“
Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal que están en el aire. ”
6:12 (b) Se trata de los espíritus que en opinión de los antiguos gobernaban los astros y, por medio de ellos, todo el universo. Residen «en los cielos», Efe_1:20; Efe_3:10; Flp_2:10, o «en el aire», Efe_2:2, entre la tierra y la morada divina; coinciden, en parte, con lo que Pablo llama en otro lugar los «elementos del mundo», Gál_4:3. Fueron infieles a Dios y quisieron hacer a los hombres esclavos suyos por el pecado, Efe_2:2; pero Cristo vino a liberarnos de su esclavitud. Efe_1:21; Col_1:13; Col_2:15; Col_2:20; los cristianos, armados con la fuerza de Cristo, pueden en adelante luchar contra ellos.