Eze 40,1-6


IV. La «torá» de Ezequiel
El Templo futuro.
El año veinticinco de nuestra cautividad, al comienzo del año, el día diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad, el mismo día, la mano de Yahvé fue sobre mí, y me llevó allá. En visiones divinas, me llevó a la tierra de Israel, y me posó sobre un monte muy alto, en cuya cima parecía que estaba edificada una ciudad, al mediodía. Me llevó allá, y he aquí que había allí un hombre de aspecto semejante al del bronce. Tenía en la mano una cuerda de lino y una vara de medir, y estaba de pie en el pórtico. El hombre me dijo: «Hijo de hombre, mira bien, escucha atentamente y presta atención a todo lo que te voy a mostrar, porque has sido traído aquí para que yo te lo muestre. Comunica a la casa de Israel todo lo que vas a ver.»

El muro exterior.
Y he aquí que por el exterior del templo había un muro, todo alrededor. La vara de medir que el hombre tenía en la mano era de seis codos de codo y palmo. Midió el espesor de la construcción: una vara, y su altura: una vara.

El pórtico oriental.
Vino luego al pórtico que miraba a oriente, subió sus gradas y midió el umbral del pórtico: una vara de profundidad.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Eze_8:3; Eze_37:1; Eze_1:1-3

NOTAS

40 La última parte del libro de Ezequiel, 40-48, presenta un plan detallado de reconstrucción religiosa y política de la nación israelita en Palestina. El profeta se inspira en el pasado que tan bien conoce, pero se esfuerza en adaptar la vieja legislación a las nuevas condiciones, y en aprovechar las recientes experiencias para evitar a Israel las tentaciones y los abusos que le han llevado a la ruina. Ezequiel aparece en adelante como el organizador que quiere plasmar las reformas, hace ya tiempo entrevistas y deseadas. Sus anteriores promesas de restauración y de alianza espiritual postulaban una organización nueva de la comunidad. Habiendo vivido en una época en que todo tenía que reconstruirse en Israel, podía dotar al Judaísmo naciente de una constitución fundamental que serviría de base a todos los esfuerzos y a todas las esperanzas futuras, desde Esdras hasta la Jerusalén celeste del Apocalipsis. El lector cristiano gustará de entender todo esto aplicado al ideal de santidad, Eze_44:23; Eze_43:7, y a la presencia de Dios, Eze_48:35, que se realizan en la Iglesia.

40:1 Por tanto en septiembre-octubre del 573: el año religioso empezaba en la primavera, pero el comienzo del año civil coincidía con el primer mes de otoño.
Ezequiel  40, 1

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_21:10

NOTAS

40:2 Evidentemente Jerusalén, pero una Jerusalén engrandecida e idealizada.
Ezequiel  40, 2

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_11:1; Apo_21:15

NOTAS

40:3 Este «hombre» es manifiestamente un ángel que explica al profeta su visión. Esta función de intérprete, atribuida a los ángeles, es un rasgo del profetismo posterior, ver Dan_8:16; Dan_9:21 s; Dan_10:5 s; Zac_1:8 s; Zac_2:2 [Zac_1:19]; Apo_1:1; Apo_10:1-11; etc.
Ezequiel  40, 3

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_25:9; Éxo_25:40
Ezequiel  40, 4

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_27:9-19; Éxo_38:9-20

[2] 2Cr_3:3; 2Cr_4:5

NOTAS

40:5 Al parecer existían dos valores para el codo: el codo ordinario de 6 palmos y el «codo mayor», más antiguo, de 7. Ezequiel precisa que se sirve de éste, que equivale a «codo (ordinario) y palmo». Véase la tabla de medidas al final del volumen.
Ezequiel  40, 5

NOTAS

40:6 (a) Las tres puertas del atrio exterior son semejantes; solamente la puerta oriental será descrita minuciosamente. Pero algunos detalles se nos escapan, ya que el texto está a menudo corrompido y la descripción resulta poco clara. Sin embargo, el plano de estas puertas es el de las puertas fortificadas de Meguidó, Jasor, Guezer, construidas desde la época de Salomón. Hay aquí un recuerdo visual de la Jerusalén preexílica.

40:6 (b) El hebr. repite: «y el umbral, una vara de profundidad», ditografía omitida por el griego.
Ezequiel  40, 6

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