“
Me llevó allá, y he aquí que había allí un hombre de aspecto semejante al del bronce. Tenía en la mano una cuerda de lino y una vara de medir, y estaba de pie en el pórtico. ”
40:3 Este «hombre» es manifiestamente un ángel que explica al profeta su visión. Esta función de intérprete, atribuida a los ángeles, es un rasgo del profetismo posterior, ver Dan_8:16; Dan_9:21 s; Dan_10:5 s; Zac_1:8 s; Zac_2:2 [Zac_1:19]; Apo_1:1; Apo_10:1-11; etc.