6:4 En hebreo gillûlîm. El vocablo parece haber sido acuñado por Ezequiel (que lo utiliza 38 veces), tal vez por analogía con siqqusîm «horrores», «monstruos», ya empleado por Jeremías, e influenciado por 'elîlîm «falsos dioses», «naderías», utilizado por Isaías. Está emparentado con la raíz galal «rodar» y con el substantivo gelal «porquería», «excremento» (dicho vulgarmente), y debía de expresar el carácter repelente de los ídolos.