“
Y aunque mi sangre se derrame como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra fe, me alegro y congratulo con vosotros. De igual manera también vosotros alegraos y congratulaos conmigo. ”
2:17 Pablo alude a la costumbre (judía y griega) de las libaciones en los sacrificios, aplicándola metafóricamente al culto espiritual de los tiempos nuevos: la sangre derramada en el martirio vendría a añadirse al sacrificio que entre los cristianos constituye el servicio de la fe, ver Flp_3:3; Flp_4:18; Rom_1:9+.