G& . amp . amp . amp . eacute . n 24,28-32

La joven corrió a anunciar a casa de su madre todas estas cosas. Tenía Rebeca un hermano llamado Labán. Éste corrió donde el hombre, afuera, a la fuente. En efecto, en cuanto vio el anillo y los brazaletes en los brazos de su hermana y oyó decir a su hermana Rebeca: «Así me ha hablado aquel hombre», se llegó adonde él. Lo encontró todavía junto a los camellos, cerca de la fuente, y le dijo: «Ven, bendito de Yahvé. ¿Por qué te quedas parado fuera, si yo he desocupado la casa y he hecho sitio para los camellos?» El hombre entró en la casa; Labán desaparejó los camellos y les dio paja y forraje. Y ofreció al hombre y a sus acompañantes agua para lavarse los pies.

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