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y enviaron la túnica de manga larga, haciéndola llegar hasta su padre con este recado: «Esto hemos encontrado: examina si se trata de la túnica de tu hijo, o no.» Él la examinó y dijo: «¡Es la túnica de mi hijo! ¡Algún animal feroz lo ha devorado! ¡José ha sido despedazado!» Jacob desgarró su vestido, se echó un sayal a la cintura e hizo duelo por su hijo durante muchos días.

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