Hch 13,16-25
“
Pablo se levantó, hizo señal con la mano y dijo:
Predicación de Pablo ante los judíos.
«Israelitas y cuantos teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo durante su permanencia en la tierra de Egipto y los sacó con su brazo extendido. Y durante unos cuarenta años los rodeó de cuidados en el desierto; después, habiendo exterminado siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su tierra, por unos cuatrocientos cincuenta años. Después de esto les dio jueces hasta el profeta Samuel. Luego pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien precisamente dio este testimonio: He encontrado a David, el hijo de Jesé, un hombre según mi corazón, que realizará todo lo que yo quiera. De su descendencia, Dios, según la Promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús. Juan predicó como precursor, antes de su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel. Al final de su carrera, Juan decía: “Yo no soy el que vosotros os pensáis, sino mirad que viene detrás de mí aquel a quien no soy digno de desatar las sandalias de los pies.” ”
Predicación de Pablo ante los judíos.
«Israelitas y cuantos teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo durante su permanencia en la tierra de Egipto y los sacó con su brazo extendido. Y durante unos cuarenta años los rodeó de cuidados en el desierto; después, habiendo exterminado siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su tierra, por unos cuatrocientos cincuenta años. Después de esto les dio jueces hasta el profeta Samuel. Luego pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien precisamente dio este testimonio: He encontrado a David, el hijo de Jesé, un hombre según mi corazón, que realizará todo lo que yo quiera. De su descendencia, Dios, según la Promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús. Juan predicó como precursor, antes de su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel. Al final de su carrera, Juan decía: “Yo no soy el que vosotros os pensáis, sino mirad que viene detrás de mí aquel a quien no soy digno de desatar las sandalias de los pies.” ”