Hch 23,6-9

Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, gritó en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, discípulo de fariseos; por la esperanza en la resurrección de los muertos me juzgan.» Al decir él esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos y la asamblea se dividió. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; mientras que los fariseos profesan todo eso. Se produjo, pues, un gran griterío. Se pusieron en pie algunos escribas del partido de los fariseos y se oponían diciendo: «No encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si acaso le habló un espíritu o un ángel?»

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Hch_26:5; Flp_3:5

[2] Hch_24:15, Hch_24:21; Hch_26:6 s; Hch_28:20; Dan_12:1-3; 2 M 7; Hch_4:1+
Hechos 23, 6

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_22:23

NOTAS

23:8 Los fariseos creían que el individuo participaría de la vida del mundo futuro por medio de, o bien un cuerpo glorificado, como un ángel (ver Mat_22:30 y par; Hch_12:15; 1Co_15:42-44), o bien un alma inmortal («espíritu»; ver Luc_24:39). Por el contrario, los saduceos rechazaban una y otra creencia, y por tanto toda forma de resurrección. Sobre este punto, Pablo va a encontrar aliados en los fariseos, ver Hch_4:1+.
Hechos 23, 8

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Hch_5:34 s

NOTAS

23:9 La hipótesis parece querer explicar la aparición en el camino de Damasco: Pablo podría haber visto una aparición de Jesús resucitado de entre los muertos; ver Hch_12:15+; Hch_23:8+.
Hechos 23, 9

Patrocinio