Jer 20,4-16

Porque así dice Yahvé: «Voy a convertirte en terror para ti mismo y para todos tus allegados, los cuales caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo estarán viendo. Y asimismo a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia y los acuchillará. Y entregaré todas las reservas de esta ciudad y todo lo atesorado, todas sus preciosidades y todos los tesoros de los reyes de Judá, en manos de sus enemigos, que los pillarán, los tomarán y se los llevarán a Babilonia. En cuanto a ti, Pasjur, y todos los moradores de tu casa, iréis al cautiverio. En Babilonia entrarás, allí morirás y allí mismo serás sepultado tú y todos tus allegados a quienes has profetizado en falso.»

Extractos de las «Confesiones».
Me has seducido, Yahvé, y me dejé seducir;
me has agarrado y me has podido.
He sido la irrisión cotidiana:
todos me remedaban.
Cada vez que abro la boca
es para clamar «¡Atropello!»,
y para gritar: «¡Me roban!»
La palabra de Yahvé ha sido para mí
oprobio y befa cotidiana.
Yo decía: «No volveré a recordarlo,
ni hablaré más en su Nombre.»
Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente,
prendido en mis huesos,
y aunque yo trabajaba por ahogarlo,
no podía.
Escuchaba las calumnias de la turba:
«¡Terror por doquier!,
¡denunciadle!, ¡denunciémosle!»
Todos aquellos con quienes me saludaba
estaban acechando un traspiés mío:
«¡A ver si se distrae, y le podremos,
y tomaremos venganza de él!»
Pero Yahvé está conmigo, cual campeón poderoso.
Y así mis perseguidores tropezarán impotentes;
se avergonzarán mucho de su imprudencia:
confusión eterna, inolvidable.
¡Oh Yahvé Sebaot, juez de lo justo,
que escrutas las entrañas y el corazón!,
vea yo tu venganza contra ellos,
porque a ti he encomendado mi causa.
Cantad a Yahvé, alabad a Yahvé,
porque ha salvado la vida de un pobrecillo
de manos de malhechores.
¡Maldito el día en que nací!,
¡el día que me dio a luz mi madre no sea bendito!
¡Maldito aquel que felicitó a mi padre diciendo:
«Te ha nacido un hijo varón»,
y le llenó de alegría!
Sea el hombre aquel semejante a las ciudades
que destruyó Yahvé sin que le pesara,
y escuche alaridos de mañana
y gritos de ataque al mediodía.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_15:10+

NOTAS

20:7 Estas imágenes de seducción y de lucha señalan la influencia de Yahvé sobre el profeta. Éste parece que aquí se rebela contra un Dios al que considera responsable de su desdicha. Resulta rara en la Biblia la expresión de tamaña desesperación (ver sin embargo, Job_3:1 s; Sal 88). Pero Jeremías mantiene la certeza de que Yahvé es el Dios de la Gracia y en lo más hondo de su angustia lanza un grito de esperanza, Jer_20:11-13.
Jeremías  20, 7

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_23:29

[2] Job_32:19-20; Sal_39:4 [Sal_39:3]
Jeremías  20, 9

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Sal_31:14 [Sal_31:13]

NOTAS

20:10 Expresión predilecta de Jeremías, que sus adversarios parodiarían, ver Jer_6:25; Jer_20:3; Jer_46:5; Jer_49:29.
Jeremías  20, 10

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] = Jer_11:20+

NOTAS

20:12 O bien: «con justicia», si seguimos a 2 mss hebr., sir., árabe. Ver Jer_11:20.
Jeremías  20, 12

NOTAS

20:13 El pobrecillo ('ebiôn), o el cuitado (`anaw), ver Jer_22:16, aquí con un sentido religioso: probado en medio de los hombres, confiado en Dios. Los «pobres de Yahvé», ver Sof_2:3+, serán la posteridad espiritual de Jeremías.
Jeremías  20, 13

NOTAS

20:14 Jeremías, llamado desde el seno de su madre, Jer_1:5, maldice el día de su nacimiento. Esta maldición, que será repetida por Jb 3, señala el punto extremo de la aflicción interior del profeta.
Jeremías  20, 14

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Job 3; Jer_1:5; Jer_15:10
Jeremías  20, 15

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_19:24-25
Jeremías  20, 16

Patrocinio