Jer 20,7-9


Extractos de las «Confesiones».
Me has seducido, Yahvé, y me dejé seducir;
me has agarrado y me has podido.
He sido la irrisión cotidiana:
todos me remedaban.
Cada vez que abro la boca
es para clamar «¡Atropello!»,
y para gritar: «¡Me roban!»
La palabra de Yahvé ha sido para mí
oprobio y befa cotidiana.
Yo decía: «No volveré a recordarlo,
ni hablaré más en su Nombre.»
Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente,
prendido en mis huesos,
y aunque yo trabajaba por ahogarlo,
no podía.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_15:10+

NOTAS

20:7 Estas imágenes de seducción y de lucha señalan la influencia de Yahvé sobre el profeta. Éste parece que aquí se rebela contra un Dios al que considera responsable de su desdicha. Resulta rara en la Biblia la expresión de tamaña desesperación (ver sin embargo, Job_3:1 s; Sal 88). Pero Jeremías mantiene la certeza de que Yahvé es el Dios de la Gracia y en lo más hondo de su angustia lanza un grito de esperanza, Jer_20:11-13.
Jeremías  20, 7

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_23:29

[2] Job_32:19-20; Sal_39:4 [Sal_39:3]
Jeremías  20, 9

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