14:13 No se dice expresamente que esta permanencia en el Seol seguiría a la muerte y que Job volvería después a la vida. Sólo la situación imaginada evoca por sí misma esta posibilidad. Job, acorralado, se aferra a la esperanza de un refugio en la única mansión en que le es posible pensar fuera de la tierra. Porque el cielo está reservado a Dios, ver Sal_115:16. Si Job pudiera ocultarse en algún sitio durante el tiempo en que se descarga el furor divino, volvería a encontrar después el rostro de un Dios favorable. Esta situación se expone en Job_14:14-17 : por un lado, Job esperando su «relevo»; por otro, Dios, que, pasada ya su cólera, suspira por ver de nuevo a Job. Y ya no se tratará más de pecado, después del perdón total de las posibles faltas.