Job 16,18-21

¡No cubras, tierra, mi sangre!
¡Que nada pare mis gritos!
Pues tengo en el cielo mi testigo,
mi defensor habita en lo alto,
que interpreta ante Dios mis pensamientos,
ante quien vierto mis lágrimas.
Que él juzgue entre el hombre y Dios,
como suele ocurrir entre mortales,

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_8:3-4

NOTAS

16:18 La sangre clama venganza a Dios mientras no quede cubierta con el polvo de la tierra, Gén_4:10; Gén_37:26; Isa_26:21; Eze_24:8. Job, herido de muerte, quiere que subsista una llamada permanente para vengar su causa, ver Sal_5:11 [Sal_5:10]: su sangre sobre la tierra y, junto a Dios, el clamor de su oración. Ésta, personificada, será ante Dios el «testigo» y el «defensor» de Job, Job_16:19. Pero estos términos pueden aplicarse también a Dios, al Dios de la fidelidad y de la bondad, a quien Job apelaría en un arrebato de esperanza. También podemos pensar que se trata de un mediador de Job. El contexto parece favorecer la primera interpretación.
Job  16, 18

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Job_19:25+
Job  16, 19

NOTAS

16:20 «que interpreta» corr.; «mis intérpretes» o «mis burladores» hebr. - «ante quien» según el griego; omitido por el hebr.
Job  16, 20

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