Jua 1,14-18

Y la Palabra se hizo carne,
y puso su Morada entre nosotros,
y hemos contemplado su gloria,
gloria que recibe del Padre como Unigénito,
lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y clama:
«Este era del que yo dije:
El que viene detrás de mí
se ha puesto delante de mí,
porque existía antes que yo.» Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés;
la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás:
el Hijo Unigénito,
que está en el seno del Padre,
él lo ha contado.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_40:5

[2] Jua_17:5+; 1Jn_1:1-3

NOTAS

1:14 (a) Ver 1Jn_4:2; 2Jn_1:7; Rom_1:3. - La «carne» designa a la humanidad en su condición de debilidad y de mortalidad, Gén_6:3; Sal_56:5 [Sal_56:4]; Isa_40:6-8; Jua_3:6; Jua_17:2. Al revestirse de nuestra humanidad, la Palabra de Dios ha asumido todas sus debilidades, incluida la muerte, Flp_2:6-8.

1:14 (b) Verbo griego eskénôsen, ver skenê. Lit.: «su tienda». Alusión a la Tienda «miskân» que, en tiempo del Éxodo, simbolizaba la presencia de Dios, Éxo_26:1+, presencia que se hizo manifiesta por la irrupción de la gloria de Dios en ella en el momento de su inauguración, Éxo_40:34-35. La Palabra, Unigénito del Padre, en quien reside el nombre temible «Yo soy», Éxo_3:14-15; Jua_8:24+, resplandeciente de esa gloria que tiene del Padre, realiza en la nueva alianza esta presencia divina que debe asegurar la salvación del pueblo de Dios, Éxo_34:9. Él es verdaderamente el Emmanuel, «Dios con nosotros», anunciado por Isa_7:14; Mat_1:23.

1:14 (c) La gloria era la garantía de la presencia de Dios, Éxo_24:16+. Ella misma no podía ser vista, Éxo_33:20+, pero se manifestaba a través de los prodigios realizados por Dios en favor de su pueblo, Éxo_15:7; Éxo_16:7. Lo mismo sucederá con la Palabra encarnada, cuyos «signos» manifiestan la gloria, Jua_2:11+; Jua_11:40, «en espera del signo» por excelencia de la resurrección, Jua_2:18-19; Jua_17:5. También del mismo modo que la gloria de Dios se reflejaba en el rostro de Moisés después de la teofanía del Sinaí, Éxo_34:29, Éxo_34:35, así el rostro de Cristo resplandeció cuando la Transfiguración (similar a la teofanía del Sinaí, ver Mat 17+), y sus discípulos pudieron ver así el reflejo de su gloria, Luc_9:32; 2Pe_1:16-18.

1:14 (d) La fórmula corresponde a la de Éxo_34:6+: «rico en amor y fidelidad» en la definición que Dios da de sí mismo a Moisés. Al régimen de la Ley sucede el del amor indefectible de Dios, que se manifiesta en Cristo, Jua_1:17.
Juan  1, 14

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] = Jua_1:30

[2] Jua_3:22+
Juan  1, 15

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Col_2:9-10

NOTAS

1:16 Es decir, «una gracia correspondiente a la gracia (que está en el Hijo único)», o: «una gracia (la de la nueva alianza) en lugar de otra gracia (la de la antigua alianza)». Otra traducción: «gracia sobre gracia».
Juan  1, 16

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_1:21+
Juan  1, 17

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_33:20+; Sir_43:31; Jua_6:46; 1Jn_4:12; Jua_3:11+; Jua_17:6+

NOTAS

1:18 En la Biblia, la expresión «hijo de Dios» no tenía un sentido trascendente y podía designar: bien a miembros del pueblo de Dios, Ose_2:1 [Ose_1:10], bien a su rey, Sal_2:7; 2Sa_7:14, bien al justo perseguido que espera el auxilio de Dios, Sab_2:16-18; Mat_4:3+. También Juan lo sabe, Jua_10:32-36, y por eso adopta la expresión «Unigénito», Jua_1:14, Jua_1:18; Jua_3:16, Jua_3:18; 1Jn_4:9, que no ofrece ningún equívoco, ver Pro_8:24. - Var. «un Dios Unigénito.
Juan  1, 18

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