Jua 20,24-29

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.» Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.» Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.» Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.» Dícele Jesús:
«Porque me has visto has creído.
Dichosos los que no han visto y han creído.»

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_11:16; Jua_14:15

NOTAS

20:24 Esta segunda aparición de Cristo a los discípulos es literariamente un calco de la primera. Cristo reprocha en ella a Tomás el no haber creído en el testimonio de los otros discípulos y haber exigido «ver» para creer, vv. Jua_20:24 y Jua_20:29. Como Jua_4:48+ (ver v. Jua_20:25 b) este relato se dirige a los cristianos de la segunda generación.
Juan  20, 24

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_14:27
Juan  20, 26

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_19:34+

NOTAS

20:27 Juan, al fin de su evangelio, vuelve una vez más su mirada de creyente hacia la llaga del costado, ver Jua_19:34+.
Juan  20, 27

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Luc_1:45

NOTAS

20:29 Sobre el testimonio de los Apóstoles, ver Hch_1:8+.
Juan  20, 29

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