Jua 6,1-71


3.LA PASCUA DEL PAN DE VIDA
(NUEVA OPOSICIÓN A LA REVELACIÓN)
La multiplicación de los panes.
Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían los signos que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde nos procuraremos panes para que coman éstos?» Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.» Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?» Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente.» Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda.» Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. Al ver la gente el signo que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.» Sabiendo Jesús que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo.
Jesús se reúne con sus discípulos caminando sobre el mar.
Al atardecer, bajaron sus discípulos a la orilla del mar, y subiendo a una barca, se dirigían al otro lado del mar, a Cafarnaún. Había ya oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos; soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo. Pero él les dijo: «Soy yo. No temáis.» Quisieron recogerle en la barca, pero en seguida la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.
Discurso en la sinagoga de Cafarnaún.
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos. Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún, en busca de Jesús. Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?» Jesús les respondió:
«En verdad, en verdad os digo:
vosotros me buscáis,
no porque habéis visto signos,
sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero,
sino por el alimento que permanece para vida eterna,
el que os dará el Hijo del hombre,
porque a éste es a quien el Padre, Dios,
ha marcado con su sello.» Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?» Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado.» Ellos entonces le dijeron: «¿Qué signo haces para que viéndolo creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito:
Pan del cielo les dio a comer .» Jesús les respondió:
«En verdad, en verdad os digo:
No fue Moisés quien os dio el pan del cielo;
es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios
es el que baja del cielo
y da la vida al mundo.» Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» Les dijo Jesús:
«Yo soy el pan de vida.
El que venga a mí, no tendrá hambre,
y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho:
Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí,
y al que venga a mí
no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo,
no para hacer mi voluntad,
sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado:
que no pierda nada
de lo que él me ha dado,
sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre:
que todo el que vea al Hijo y crea en él,
tenga vida eterna
y que yo le resucite el último día.» Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo.» Y decían: «¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?» Jesús les respondió:
«No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí,
si el Padre que me ha enviado no lo atrae;
y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas:
Serán todos enseñados por Dios.
Todo el que escucha al Padre
y aprende,
viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre;
sino aquel que ha venido de Dios,
ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo:
el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto
y murieron; este es el pan que baja del cielo,
para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo.
Si uno come de este pan, vivirá para siempre;
y el pan que yo le voy a dar,
es mi carne por la vida del mundo.» Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo:
si no coméis la carne del Hijo del hombre,
y no bebéis su sangre,
no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna,
y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en mí,
y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado
y yo vivo por el Padre,
también el que me coma
vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo;
no como el que comieron vuestros padres,
y murieron;
el que coma este pan vivirá para siempre.» Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaún. Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?» Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?... «El espíritu es el que da vida;
la carne no sirve para nada.
Las palabras que os he dicho son espíritu
y son vida. «Pero hay entre vosotros algunos que no creen.» Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.» Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él.
La confesión de Pedro.
Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.» Jesús les respondió: «¿No os he elegido yo a vosotros, los Doce? Y uno de vosotros es un diablo.» Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste le iba a entregar, uno de los Doce.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Mat_14:13-21; |Mar_6:32-44; Luc_9:10-17

NOTAS

6 El relato de la tradición sinóptica, recogido por Juan, se inspiraba literalmente en un relato similar protagonizado por Eliseo, 2Re_4:42-44. De este relato primitivo, Juan ha conservado la precisión de que se trataba de panes de cebada (vv. 9,13). Pero añade detalles que evocan el episodio de Moisés alimentando al pueblo de Dios durante el Éxodo; comparar Jua_6:5 con Núm_11:13; y asimismo Jua_6:7 con Núm_11:22. Jesús actúa como un nuevo Moisés; se le aclama, pues, como al profeta por excelencia, Jua_6:14; ver Jua_2:11+. Pero el pan que da aquí Jesús es el símbolo de la Sabiduría que él ha comunicado a la humanidad, como explicará el discurso siguiente, ver Deu_8:3.
Juan  6, 1

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_55:1-2

[2] Núm_11:13
Juan  6, 5

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_11:22
Juan  6, 7

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_1:40
Juan  6, 8

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Re_4:42-44
Juan  6, 9

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_2:11+

[2] Deu_18:15, Deu_18:18

[3] Jua_1:21+
Juan  6, 14

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_18:36

[2] Mar_1:34+

NOTAS

6:15 Var.: «se retiró».
Juan  6, 15

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Mat_14:22-33; |Mar_6:45-52

[2] Sal_107:23
Juan  6, 16

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_107:25
Juan  6, 19

NOTAS

6:20 La fórmula «soy yo», lit.: «Yo soy», evoca el Nombre divino, Éxo_3:14-15, que reside en Jesús, Jua_8:24+. Es en virtud de este Nombre como Jesús puede vencer a las potencias del mal, Jua_18:5+, simbolizadas por el mar desencadenado, Mat_14:22+.
Juan  6, 20

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_107:30
Juan  6, 21

NOTAS

6:22 Dos tradiciones joánicas se funden en los diálogos que vienen a continuación. Según una, el Padre es quien da el pan verdadero, a saber Jesús-Sabiduría o Palabra de Dios, Jua_6:28-51 a; Jua_6:60; según la otra, más reciente, es Jesús quien da este pan, o sea su cuerpo, Jua_6:26-27, Jua_6:51. Las dos secuencias tienen la misma estructura. Nótese también el duplicado que forman los vv. Jua_6:22 y Jua_6:24.
Juan  6, 22

NOTAS

6:23 Adic.: «después que el Señor hubo dado gracias».
Juan  6, 23

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_2:11+
Juan  6, 26

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_16:20; Isa_55:2

[2] Mat_8:20+

NOTAS

6:27 (a) Var.: «da».

6:27 (b) El sello del Espíritu recibido en el bautismo, Mat_3:16+; ver Rom_4:11+, poder de Dios para realizar los «signos». Ver Mat_12:28; Hch_10:38; Efe_1:13; Efe_4:30; 2Co_1:22.
Juan  6, 27

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_8:10+

NOTAS

6:29 A las «obras» de los judíos, Jesús contrapone la fe en el enviado de Dios.
Juan  6, 29

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_16:1-4; Mar_15:32; Luc_11:29-32; Jua_1:21+; Jua_2:11+; Éxo_16:4 s+
Juan  6, 30

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_78:24

NOTAS

6:31 El maná de Éxo_16:1+ se consideraba como el alimento del pueblo mesiánico, Sal_78:23-24; Sal_105:40; Sab_16:20-22+.
Juan  6, 31

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_2:19+
Juan  6, 34

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Pro_9:1-6; Sir_24:19-22; Isa_55:1-3; Jua_4:14; Jua_4:10+

NOTAS

6:35 (a) Primera de siete (cifra que indica la totalidad) fórmulas por las que Jesús se define a sí mismo. Él es: el verdadero pan, Jua_6:35, Jua_6:48, Jua_6:51, la verdadera luz, Jua_8:12, la puerta, Jua_10:7, Jua_10:9, el buen pastor, Jua_10:11, Jua_10:14, la resurrección, Jua_11:25, el camino, Jua_14:6, la verdadera vid, Jua_15:1, Jua_15:5.

6:35 (b) Jesús, como la Sabiduría, Pro_9:1, invita a los hombres a su banquete. Para Juan, Jesús es esta Sabiduría de Dios, a la que la Revelación bíblica tendía a personificar, ver Jua_3:11-12+. Tal convicción se apoya en la enseñanza de Cristo, perceptible ya en los Sinópticos, Mat_11:19; Luc_11:31, pero mucho más acentuada aquí: de origen misterioso, Jua_7:27-29; Jua_8:14, Jua_8:19; ver Job_28:20-28, sólo Jesús conoce los misterios de Dios y los revela a los hombres, Jua_3:11-12, Jua_3:31; ver Mat_11:25-27 p; Sab_9:13-18; Bar_3:29-38, pan vivo que calma el hambre, Jua_6:35 : ver Pro_9:1-6; Sir_24:19-22; Mat_4:4 (ver Deu_8:3).
Juan  6, 35

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_2:11+
Juan  6, 36

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_9:24, Jua_9:35; Gén_3:23-24; Apo_7:14; Apo_19:9; Apo_22:14, Apo_22:17

NOTAS

6:37 «Venir o ir a Jesús», equivale a creer.
Juan  6, 37

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_4:34; Jua_5:30; Jua_14:31; Jua_12:27+
Juan  6, 38

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_3:35+; Jua_10:28-29; Jua_17:12

NOTAS

6:39 Contrastar con Jua_11:24-26. El tema de la resurrección «en el último día» (vv. 39,40,44,54; ver Jua_12:48) fue probablemente añadido por el último redactor a fin de reintroducir en el evangelio la escatología según Daniel, ver Introd.
Juan  6, 39

NOTAS

6:40 «Ver» al Hijo, es discernir y reconocer que realmente es el Hijo enviado por el Padre, ver Jua_12:45; Jua_14:9; Jua_17:6+.
Juan  6, 40

NOTAS

6:41 Como los hebreos en el desierto, ver Éxo_16:2; Éxo_17:3; Núm_11:1; Núm_14:27; 1Co_10:10.
Juan  6, 41

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_13:54-57; Mar_6:1-6
Juan  6, 42

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_16:17
Juan  6, 44

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_54:13; Jer_31:33 s; 1Jn_2:20, 1Jn_2:27
Juan  6, 45

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_33:20+; Jua_1:18; 1Jn_4:12; Jua_7:29
Juan  6, 46

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co_10:3-5
Juan  6, 49

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_8:51
Juan  6, 50

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Luc_22:19 p; 1Co_11:24

NOTAS

6:51 (a) Referencia a Gén_3:22 : «... y comiendo de él viva para siempre». Con su enseñanza, Cristo-Sabiduría nos da acceso de nuevo al árbol de la vida del que Adán había sido privado, Pro_3:18. Ya nunca más seremos arrojados del paraíso, Jua_6:37; ver Gén_3:23.

6:51 (b) Se sobrentiende: «dada» o «entregada (como precisan muchos mss). Este giro conciso recuerda a 1Co_11:24 : «Este es mi cuerpo que se da por vosotros», ver Luc_22:19. Alusión a la Pasión. Pero Juan sustituye el término «cuerpo» por «carne» que designaba al hombre en su condición de debilidad y de mortalidad, Jua_1:14+. En el judaísmo, la expresión más compleja «la carne y la sangre» significaba lo mismo, Mat_16:17; 1Co_15:50; Efe_6:12. Comparar por tanto los vv. Jua_6:56 y Jua_6:57.
Juan  6, 51

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_1:14+; Mat_8:20+
Juan  6, 53

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_15:4-5

NOTAS

6:56 «Estar en», y más todavía «permanecer en», con bastantes variantes en cuanto a los sujetos y complementos, es uno de los rasgos propios del lenguaje joánico. La relación de presencia interior que así se expresa está evidentemente determinada por la naturaleza de las realidades o personas en cuestión: una es siempre mayor que la otra, sobre todo si se trata de una persona divina. Esto se observa particularmente si la relación es recíproca, como aquí, Jua_10:38; Jua_14:10, Jua_14:20; Jua_15:4-7; Jua_17:21-23, Jua_17:26; 1Jn_2:24; 1Jn_3:24; 1Jn_4:12-16.
Juan  6, 56

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_5:26

NOTAS

6:57 La Eucaristía comunica a los fieles la vida que el Hijo recibe del Padre.
Juan  6, 57

NOTAS

6:58 Adic.: «el maná» o: «en el desierto».
Juan  6, 58

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_3:11+

[2] Jua_1:48+

NOTAS

6:60 Aquí se reanuda el diálogo sobre Jesús-Sabiduría, interrumpido por la inserción de la sección propiamente eucarística. El escándalo de los discípulos obedece a que Jesús ha afirmado haber bajado del cielo, Jua_6:51 a; ver Jua_6:41; Jesús responde anunciando su ascensión que probará su verdadero origen (v. 62).
Juan  6, 60

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_8:20+; Jua_12:32+
Juan  6, 62

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_20:27+; 1Co_15:45; 2Co_3:6

[2] Jua_3:11+; Jua_12:49-50

NOTAS

6:63 Las palabras de Jesús respecto del pan celestial manifiestan una realidad divina que sólo el Espíritu, ver Jua_1:33+, puede hacernos comprender, ver Jua_14:26+, y que es fuente de vida para el hombre.
Juan  6, 63

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_1:48+
Juan  6, 64

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_6:44
Juan  6, 65

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Mat_16:16 p
Juan  6, 67

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_8:3; Hch_7:38; Hch_3:14+
Juan  6, 68

NOTAS

6:69 Es decir: el enviado y elegido de Dios, consagrado y unido a él de modo eminente, el Mesías, ver Jua_10:36; Jua_17:19; ver Mar_1:24+. -Var.: «tú eres el Cristo, el Hijo de Dios», o: «el Hijo de Dios vivo», ver Mat_16:16.
Juan  6, 69

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_13:18
Juan  6, 70

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_13:2, Jua_13:27

NOTAS

6:71 Este anuncio anticipado de la traición de Judas debe de ser de la misma tradición joánica que el diálogo eucarístico de los vv. Jua_6:51-59, ver Luc_22:14-23.
Juan  6, 71

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