Lev 13,4-6

Si hay en la piel una mancha blancuzca reluciente, pero no parece más hundida que la piel, y el pelo no se ha vuelto blanco, el sacerdote aislará al afectado durante siete días. El séptimo día el sacerdote lo examinará, y si comprueba que la llaga se ha estabilizado, no se ha extendido por la piel, el sacerdote lo mantendrá aislado otros siete días. Pasados esos siete días, el sacerdote lo examinará nuevamente; si ve que la llaga ha perdido su color y no se ha extendido por la piel, el sacerdote lo declarará puro; no se trata más que de una erupción. Lavará sus vestidos y quedará puro.

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