Luc 8,52-55

Todos la lloraban y se lamentaban, pero él dijo: «No lloréis, no ha muerto; está dormida.» Y se burlaban de él, pues sabían que estaba muerta. Él, tomándola de la mano, dijo en voz alta: «Niña, levántate.» Retornó el espíritu a ella y, al punto, se levantó, y él mandó que le dieran de comer.

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