Mat 3,1-12


II.Promulgación del Reino de los Cielos
1.SECCIÓN NARRATIVA
Predicación de Juan el Bautista.
Por aquellos días se presenta Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos.» Este es de quien habló el profeta Isaías cuando dice:
Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas. Tenía Juan su vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero a su cintura, y su comida eran langostas y miel silvestre. Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Pero viendo venir muchos fariseos y saduceos a su bautismo, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? Dad, pues, fruto digno de conversión, y no creáis que basta con decir en vuestro interior: “Tenemos por padre a Abrahán”; porque os digo que puede Dios de estas piedras suscitar hijos a Abrahán. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo os bautizo con agua en señal de conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga.»

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Mar_1:8; |Luc_3:1-18

[2] Jua_3:23

[3] Mar_1:15; Hch_2:38+; Isa_56:1; Mat_4:17+; Mat_10:7

NOTAS

3:1 (a) Expresión estereotipada, que no tiene más que un valor de transición.

3:1 (b) Región montañosa y desolada que se extiende entre el yugo montañoso central de Palestina y la depresión del Jordán y del mar Muerto.
Mateo 3, 1

NOTAS

3:2 (a) La metánoia , etim. «cambio de mente», designa una renuncia al pecado, una «penitencia». Este pesar, que mira hacia el pasado, va acompañado normalmente de una «conversión», (verbo griego epistréfein ), por la que el hombre se vuelve hacia Dios e inicia una vida nueva. Estos dos aspectos complementarios de un mismo movimiento del alma no se distinguen siempre en el vocabulario. Ver Hch_2:38+; Hch_3:19+. Penitencia y conversión son la condición necesaria para recibir la salvación que trae el Reino de Dios. La llamada a la penitencia lanzada por Juan Bautista, ver también Hch_13:24; Hch_19:4, será repetida por Jesús, Mat_4:17; Luc_5:32; Luc_13:3, Luc_13:5, por sus discípulos, Mar_6:12; Luc_24:47, y por Pablo, Hch_20:21; Hch_26:20.

3:2 (b) En lugar de «Reino de Dios», ver Mat_4:17+, expresión propia de Mt que responde a la preocupación judía por sustituir el Nombre temible de Dios con una metáfora.
Mateo 3, 2

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_40:3+(LXX); Jua_1:23
Mateo 3, 3

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_11:8; 2Re_1:8+

[2] Lev_11:21 s
Mateo 3, 4

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_11:7

[2] Gén_13:11 (LXX)

[3] Jua_1:28
Mateo 3, 5

NOTAS

3:6 El rito de inmersión, simbolo de purificación o de renovación, era conocido en las religiones antiguas y en el Judaísmo (Bautismo de los Prosélitos, Esenios). Aun inspirándose en estos precedentes, el bautismo de Juan se distingue de ellos por tres rasgos principales: apunta a una purificación no ya ritual sino moral, Mat_3:2, Mat_3:6, Mat_3:8, Mat_3:11; Luc_3:10-14; no se repite y cobra por ello el aspecto de una iniciación; tiene un valor escatológico, ya que introduce en el grupo de los que profesan una espera activa del Mesías próximo y constituyen por anticipado su comunidad, Mat_3:2, Mat_3:11; Jua_1:19-34. Su eficacia es real, pero no sacramental, puesto que depende del Juicio de Dios, que aún ha de venir en la persona del Mesías, cuyo fuego purificará o consumirá, según que se esté bien o mal dispuesto, y quien únicamente bautizará «en el Espíritu Santo», Mat_3:7, Mat_3:10; Jua_1:33+. Este bautismo de Juan aún será practicado por los discípulos de Cristo, Jua_4:1-2, hasta el día en que quede absorbido en el nuevo rito instituido por Cristo resucitado, Mat_28:19; Hch_1:5+; Rom_6:4+.
Mateo 3, 6

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_5:35; Sal_140:3 [Sal_140:2]; Isa_59:5; Mat_12:34; Mat_23:33

[2] Amó_5:18+; Rom_1:18

NOTAS

3:7 (a) Secta de judíos, observantes de la Ley, muy apegados a la tradición oral de sus doctores. La interpretación diferente y profundizadora que Jesús da a la Ley, y su trato con los pecadores no podían menos de suscitar por parte de ellos una oposición, de la que los evangelios, sobre todo Mt, han conservado númerosos ecos: ver Mat_9:11; Mat_12:2, Mat_12:14 p, Mat_12:24; Mat_15:1; Mat_16:1, Mat_16:6 p; Mat_19:3; Mat_21:45; Mat_22:15, Mat_22:34, Mat_22:41; 23p; Luc_5:21; Luc_6:7; Luc_15:2; Luc_16:14; Luc_18:10; Jua_7:32; Jua_8:13; Jua_9:13; Jua_11:47. La polémica lanzada por Mt contra los sucesores de los fariseos ha influido muy negativamente en la opinión que se tiene de ellos. Sin embargo, Jesús mantuvo con algunos relaciones amistosas, Luc_7:36+; Jua_3:1+, y los discípulos encontraron en ellos aliados contra los saduceos, Hch_23:6-10. No se puede negar su celo, ver Rom_10:2, ni en ocasiones su rectitud, Hch_5:34. El mismo Pablo se enorgullece de su pasado fariseo, Hch_23:6; Hch_26:5; Flp_3:5.

3:7 (b) Éstos, por reacción contra los fariseos, rechazaban toda tradición fuera de la Ley escrita, ver Hch_23:8+. Menos celosos y más preocupados por la política, se reclutaban sobre todo entre las grandes familias sacerdotales, ver Mat_21:23. El partido de los sumos sacerdotes estaba compuesto en gran parte por saduceos. Éstos también se enfrentaron a Jesús, Mat_16:1; Mat_16:6; Mat_22:23, y a sus discípulos, Hch_4:1+; Hch_5:17.

3:7 (c) La ira, Núm_11:1+, del Día de Yahvé, Amó_5:18+, que debía inaugurar la era mesiánica. Ver Rom_1:18.
Mateo 3, 7

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_8:33-40

[2] Rom_9:7-8; Gál_3:7; Gál_4:21-31
Mateo 3, 9

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] = Mat_7:19 p; Mat_12:33; Isa_10:34; Jer_46:22; Luc_13:6-9; Jua_15:1-6

[2] Jua_1:26, Jua_1:33
Mateo 3, 10

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_1:27-33; Hch_1:5+

NOTAS

3:11 El fuego, medio de purificación menos material y más eficaz que el agua, simboliza ya en el AT, ver Isa_1:25; Zac_13:9; Mal_3:2-3; Sir_2:5; etc. , la intervención soberana de Dios y de su Espíritu para purificar las conciencias.
Mateo 3, 11

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_41:16;Jer_15:7; Sab_5:14; Sab_5:23; Apo_14:14; Mat_13:42, Mat_13:50

NOTAS

3:12 El fuego de la gehenna, Mat_18:9+, que consume por siempre lo que no ha podido ser purificado, Isa_66:24; Jdt_16:17; Sir_7:17; Sof_1:18; Sal_21:10 [Sal_21:9]; etc.
Mateo 3, 12

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