Mat 4,1-10


Tentaciones en el desierto.
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.» Mas él respondió: «Está escrito:
No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito:
A sus ángeles te encomendará,
y en sus manos te llevarán,
para que no tropiece tu pie en piedra alguna.» Jesús le dijo: «También está escrito:
No tentarás al Señor tu Dios.» De nuevo le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me adoras.» Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito:
Al Señor tu Dios adorarás,
y sólo a él darás culto.»

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Mar_1:12-13; |Luc_4:1-13; Deu_8:2

NOTAS

4 Jesús es conducido al desierto para ser allí tentado durante cuarenta días, como lo había sido antes Israel durante cuarenta años, Deu_8:2; Deu_8:4; ver Núm_14:34. Allí sufre tres tentaciones, subrayadas por tres citas tomadas de Deu 6-8, capítulos dominados (como la ética de Mateo) por el mandamiento de amar a Dios: Deu_6:5. Las tres tentaciones, a primera vista enigmáticas, pueden entenderse (a la luz de la interpretación tradicional judía de Deu_6:5) como tentaciones contra el amor de Dios, valor supremo: a) No amar a Dios «con todo tu corazón», esto es, no someter a Dios tus deseos interiores, revelarse contra el alimento divino el maná. b) No amar a Dios «con toda tu alma», esto es, con tu vida, con tu cuerpo físico, hasta el extremo del martirio si es preciso. c) No amar a Dios «con todas tus fuerzas», esto es, con tus riquezas, lo que se posee, los bienes exteriores. Al final, Jesús se muestra como uno que ama a Dios perfectamente.

4:1 (a) El Espíritu Santo. «Soplo» y energía creadora de Dios, que dirigía a los profetas, Isa_11:2+; Jue_3:10+, va a dirigir ahora a Jesús mismo en el cumplimiento de su misión, ver Mat_3:16+; Luc_4:1+, como más tarde dirigirá los comienzos y el desarrollo de la Iglesia, Hch_1:8+.

4:1 (b) Este nombre, que quiere decir Acusador, Calumniador, ha traducido a veces el hebreo Satán (Adversario), Job_1:6+; ver Sab_2:24+. El personaje que lo lleva, dado que se dedica a hacer caer a los hombres en culpa, es considerado responsable de todo lo que obstaculiza la obra de Dios y de Cristo: Mat_13:39; Jua_8:44; Jua_13:2; Hch_10:38; Efe_6:11; 1Jn_3:8; etc. Su derrota significará la victoria final de Dios, Mat_25:41; Heb_2:14; Apo_12:9; Apo_12:12; Apo_20:2, Apo_20:10.
Mateo 4, 1

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Heb_2:18; Heb_4:15; Sal_69:10 [Sal_69:9]; Éxo_24:18; Éxo_34:28; Deu_9:9; 1Re_19:8
Mateo 4, 2

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Job_2:1-7

NOTAS

4:3 El titulo bíblico de «Hijo de Dios» no expresa necesariamente una filiación de naturaleza, sino que puede indicar simplemente una filiación adoptiva resultante de una elección divina que establece entre Dios y su criatura relaciones de una protección particular. Así este título es aplicado a los ángeles, Job_1:6, al Pueblo elegido, Éxo_4:22; Sab_18:13, a los israelitas, Deu_14:1; Ose_2:1 [Ose_1:10]; ver Mat_5:9, Mat_5:45, etc. , a sus jefes, Sal_82:6. Por tanto, cuando se dice del Rey Mesías, 1Cr_17:13; Sal_2:7; Sal_89:27 [Sal_89:26], no exige que éste sea más que humano, y no es necesario suponer más en el pensamiento de Satán, Mat_4:3, Mat_4:6, de los endemoniados, Mar_3:11; Mar_5:7; Luc_4:41, a fortiori del centurión, Mar_15:39, ver Luc_23:47. Incluso las palabras del Bautismo, Mat_3:17, y de la Transfiguración, Mat_17:5, no implicarían de suyo más que el favor especial otorgado al Mesías-Siervo; y la pregunta del sumo sacerdote, Mat_26:63, no parece que va más allá de esta significación mesiánica. Pero el título de «Hijo de Dios» queda abierto en otros pasajes a la significación más elevada de una filiación propiamente dicha, y Jesús lo ha sugerido claramente al designarse como «el Hijo», Mat_21:37, superior a los ángeles, Mat_24:36, que tiene a Dios por «Padre» a título enteramente especial, Jua_20:17 y ver «Padre mío», Mat_7:21, etc. , porque sostiene con él relaciones únicas de conocimiento y de amor, Mat_11:27. Estas declaraciones, apoyadas por otras sobre el rango divino del Mesías, Mat_22:42-46, y sobre el origen celestial del «Hijo del hombre», Mat_8:20+, confirmadas finalmente por el triunfo de la Resurrección, han dado a la expresión «Hijo de Dios» el sentido propiamente divino que se encontrará, por ejemplo, en San Juan, Jua_1:18+. Si los discípulos no tuvieron clara conciencia de ello en vida de Jesús (los textos de Mat_14:33 y Mat_16:16, al añadir esta expresión al texto más primitivo de Mc, reflejan sin duda una fe más evolucionada), la fe que definitivamente adquirieron después de Pascua, con la ayuda del Espíritu Santo, se apoya no menos realmente en las palabras históricas del Maestro, que expresó, hasta donde podían captarlo sus contemporáneos, su conciencia de ser el Hijo propio del Padre.
Mateo 4, 3

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_8:3

[2] Sab_16:26
Mateo 4, 4

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_27:53

[2] Dan_3:28
Mateo 4, 5

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_91:11-12
Mateo 4, 6

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_6:16
Mateo 4, 7

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_21:10

[2] Deu_34:1-4
Mateo 4, 8

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_16:23-26

[2] Deu_6:13
Mateo 4, 10

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