Mat 8,28-34


Los endemoniados gadarenos.
Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?» Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo. Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos a la piara de puercos.» Él les dijo: «Id.» Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas. Los porqueros huyeron, y al llegar a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados. Y he aquí que toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase de su territorio.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Mar_5:1-20; |Luc_8:26-39

[2] Mat_9:33; Mat_15:22; Mat_17:18; Luc_8:2; Hch_8:7; Hch_10:38; Hch_16:17

[3] Isa_65:4

NOTAS

8:28 (a) Así llamados por la ciudad de Gadara, situada al sudeste del lago. La var. «gerasenos» (Mc, Lc Vulg. de Mt) deriva del nombre de otra ciudad, Gerasa o quizá Corsia; la var. «guerguesenos» proviene de una conjetura de Orígenes.

8:28 (b) Dos endemoniados, en lugar de uno del texto de Mc Lc; igualmente dos ciegos en Jericó, Mat_20:30, y dos ciegos en Betsaida, Mat_9:27, milagro que es un calco del anterior. Este desdoblamiento de los personajes puede ser un procedimiento de estilo de Mt.
Mateo 8, 28

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_4:3+

[2] Luc_4:34; Stg_2:19

NOTAS

8:29 Mientras llega el día del Juicio, los demonios gozan de cierta libertad para sus crueldades en la tierra, Apo_9:5, cosa que realizan con preferencia posesionándose de los hombres, Mat_12:43-45+. Esta posesión va acompañada con frecuencia de una enfermedad, ya que ésta es, como consecuencia del pecado, Mat_9:2+, otra manifestación del dominio de Satán, Luc_13:16. Por eso los exorcismos del Evangelio, que a veces aparecen, como aquí, en su realismo, ver Mat_15:21-28 p; Mar_1:23-28 p; Luc_8:2, se hacen a menudo a modo de curación, Mat_9:32-34; Mat_12:22-24 p; Mat_17:14-18 p; Luc_13:10-17. Con su poder sobre los demonios, Jesús destruye el imperio de Satán, Mat_12:28; Luc_10:17-19; ver Luc_4:6; Jua_12:31+, e inaugura el Reino mesiánico, del que es promesa característica el Espíritu Santo, Isa_11:2+; Joe_3:1 [Joe_2:28]. Si los hombres se niegan a comprenderlo, Mat_12:24-32, los demonios lo saben bien, aquí y Mar_1:24; Mar_3:11; Luc_4:41; Hch_16:17; Hch_19:15. Jesús comunica a sus discípulos este poder de exorcismo al mismo tiempo que el poder de curaciones milagrosas, Mat_10:1, Mat_10:8, que está en conexión con aquél, Mat_8:3+; Mat_4:24; Mat_8:16; Luc_13:32.
Mateo 8, 29

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_28:43
Mateo 8, 31

NOTAS

8:32 El relato de semejante modo de acabar con los puercos tendrá, para un auditorio judeocristiano, un doble aspecto, humorístico y utilitario, como la eliminación de las ratas o de los insectos.
Mateo 8, 32

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_21:9; Mat_25:1; Jua_12:13; 1Ts_4:17

[2] Mat_12:24
Mateo 8, 34

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