“
VI. Ordenanzas sobre los sacrificios.

Poderes de los sacerdotes y de los levitas
La oblación correspondiente a los sacrificios.
Yahvé dijo a Moisés: «Di a los israelitas: Cuando entréis en la tierra que yo os daré por morada, y ofrezcáis manjares abrasados a Yahvé en holocausto o sacrificio de comunión, para cumplir un voto, o como ofrenda voluntaria, o con ocasión de vuestras fiestas, ofreciendo así, de vuestros bueyes u ovejas, calmante aroma para Yahvé, el oferente presentará, para su ofrenda a Yahvé, una oblación de una décima de flor de harina amasada con un cuarto de sextario de aceite. Harás una libación de un cuarto de sextario de vino por cada cordero, además del holocausto o sacrificio de comunión. Si es un carnero, la oblación será de dos décimas de flor de harina amasada con un tercio de sextario de aceite, y la libación, de un tercio de sextario de vino, que ofrecerás como calmante aroma para Yahvé. Y si ofreces a Yahvé un novillo en holocausto o sacrificio, para cumplir un voto, o como sacrificio de comunión, se ofrecerá además del novillo una oblación de tres décimas de flor de harina amasada con medio sextario de aceite, y una libación de medio sextario de vino, como manjar abrasado de calmante aroma para Yahvé. Así se hará con cada novillo y con las reses menores, cordero o cabrito. Haréis así con cada uno de los que inmoléis, con tantos como hubiere. Así hará todo hombre de vuestro pueblo, cuando ofrezca un manjar abrasado como calmante aroma para Yahvé. Y si reside entre vosotros o entre vuestros descendientes un forastero, y ofrece un manjar abrasado como calmante aroma para Yahvé, hará lo mismo que vosotros. En la asamblea no habrá más que una norma para vosotros y para el forastero residente. Es decreto perpetuo para vuestros descendientes: será igual delante de Yahvé para vosotros y para el forastero. Una sola ley y una sola norma regirá para vosotros y para el forastero que reside entre vosotros.»
”