Ose 2,19-20

Retiraré de su boca los nombres de los Baales,
y nunca más serán invocados por su
nombre.
Sellaré un pacto en su favor aquel día
con la bestia del campo, con el ave del cielo, con el reptil del suelo;
arco, espada y guerra los quebraré lejos de esta tierra,
y los haré reposar en seguro.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

2:21 (a) Este verbo se utiliza en la Biblia únicamente a propósito de una joven virgen. Dios suprime así totalmente el pasado adúltero de Israel, que se convierte en una criatura nueva. En la expresión «yo te desposaré en (justicia...)», lo que sigue a la preposición «en» designa la dote que el novio ofrece a su novia (igual construcción en 2Sa_3:14). Lo que Dios da a Israel en estas nupcias nuevas no son ya los bienes materiales de la alianza antigua, Ose_2:10 [Ose_2:8], sino las disposiciones interiores requeridas para que el pueblo sea en adelante fiel a la alianza. Tenemos ya aquí en germen todo lo que será desarrollado por Jeremías y Ezequiel: la alianza nueva y eterna («para siempre», Ose_2:21 [Ose_2:19]), la ley escrita en el corazón, el corazón nuevo, el espíritu nuevo, Jer_31:31-34; Eze_36:26-27. Ver Eze_36:27+.

2:21 (b) La palabra (jésed) expresa en primer lugar la idea de un vínculo, de un compromiso. En el terreno profano viene a designar la amistad, la solidaridad, la lealtad, sobre todo cuando estas virtudes proceden de un pacto. En Dios, este término expresa la fidelidad a su alianza, y la bondad que de ahí se sigue con respecto al pueblo elegido (la «gracia» en Éxo_34:6), dicho de otro modo (y es la palabra que más conviene a partir de Oseas, por referencia a la comparación de la unión conyugal) el amor de Dios a su pueblo, Sal_136:1-26; Jer_31:3, etc., y los beneficios que de él derivan, Éxo_20:6; Deu_5:10; 2Sa_22:51; Jer_32:18; Sal_18:51 [Sal_18:50]. Pero este jésed de Dios pide también en el hombre el jésed, es decir, el don del alma, la amistad confiada, el abandono, la ternura, la «piedad», en una palabra, el amor que se traduce en una alegre sumisión a la voluntad de Dios y en la caridad con el prójimo, Ose_4:2; Ose_6:6. Este ideal, que se expresa en muchos Salmos, será también el de los Jasidim o «Asideos», 1Ma_2:42+.
Oseas  2, 19

NOTAS

2:22 En Oseas el «conocimiento de Yahvé» acompaña al jésed, aquí Ose_2:21-22 [Ose_2:19-20] y Ose_4:2; Ose_6:6. No se trata, pues, de un simple conocimiento intelectual. Así como Dios «se da a conocer» al hombre ligándose a él por una alianza, manifestándole su amor (jésed) con sus beneficios, así también el hombre «conoce a Dios» por una actitud que implica la fidelidad a su alianza, el reconocimiento de sus beneficios, el amor. En esta misma línea, y dado el amplio y característico empleo de esta noción por Oseas (no menos de 20 veces), quizá no deba descartarse el sentido técnico de «conocimiento sexual», ver Gén_4:1, etc., tomado aquí metafóricamente —lo mismo que el matrimonio— para expresar la posesión vital. Así como la noción negativa —«no conocer a Yahvé»— va casi siempre en Oseas unida a la de prostitución o adulterio, es decir, rotura del matrimonio, ver Ose_2:9-10 [Ose_2:7-8]; Ose_4:1-2; Ose_5:4, así en Ose_2:22 [Ose_2:20] el conocimiento es precisamente la rúbrica del desposorio tres veces repetido y debe ser, sin duda, respuesta al conocimiento previo por parte de Dios, Ose_13:5; ver Ose_2:16 [Ose_2:14], que tendría, por tanto, sentido mucho más hondo que el de «elegir» (como en Amó_3:2+, etc.). Así, pues, en Oseas el «conocimiento» precisaría la noción más genérica de su paralelo el jésed, Ose_2:21+ [Ose_2:19], acotándola dentro de este ámbito conyugal —en torno al cual gira todo el libro— como el amor y fidelidad absoluta de un matrimonio-alianza que será ya único y definitivo porque habrá logrado ese conocimiento íntimo de total entrega y posesión recíprocas. -Sobre otras acepciones, ver Job_21:14; Pro_2:5; Isa_11:2; Isa_58:2. En la literatura sapiencial, el «conocimiento» es poco más o menos sinónimo de «sabiduría».
Oseas  2, 20

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