Rom 8,33-39

¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, e intercede por nosotros? ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos más que vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Zac_3:1 s
Romanos  8, 33

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_50:8

[2] Hch_2:23; Sal_110:1; Heb_7:25+
Romanos  8, 34

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_44:23 [Sal_44:22]; 1Ts_3:4; 2Ti_3:12
Romanos  8, 36

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jua_16:33
Romanos  8, 37

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Efe_1:21+
Romanos  8, 38

NOTAS

8:39 «Potestades», «altura», «profundidad» designan sin duda las fuerzas misteriosas del cosmos, más o menos hostiles al hombre, según la concepción de los antiguos. Ver Efe_1:21; Efe_3:18.
Romanos  8, 39

Patrocinio