Sab 14,29-31

Como confían en ídolos sin vida,
no temen que el jurar en falso les pueda perjudicar.
Pero un doble castigo les aguarda:
por hacerse una idea falsa de Dios, al entregarse a los ídolos,
y por jurar injustamente y con engaño, despreciando la santidad.
Porque no es el poder de aquellos por los que juran,
sino el castigo de los que pecan
quien persigue siempre las transgresiones de los malvados.

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