Sab 1,12-14

No persigáis la muerte con vuestra vida perdida
ni os busquéis la ruina con las obras de vuestras manos;
porque Dios no hizo la muerte
ni se alegra con la destrucción de los vivientes.
Él lo creó todo para que subsistiera:
las criaturas del mundo son saludables,
no hay en ellas veneno de muerte
ni el abismo reina sobre la tierra,

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Pro_8:36
Sabiduría 1, 12

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sab_2:23-24; Sab 11:23—12:1; Eze_18:32; Eze_33:11

NOTAS

1:13 El autor considera a la vez la muerte física y la muerte espiritual, ligadas mutuamente: la causa de la muerte es el pecado, y para el hombre pecador, la muerte física es también la muerte espiritual y eterna. El autor remite aquí al relato de Gn 2-3 para deducir de él las intenciones del Creador: el hombre ha sido creado para la inmortalidad y nada puede frustar en la creación la voluntad divina; por el contrario, «las criaturas» ayudan a la salvación del hombre. -San Pablo, Rom_5:12-21+, volverá sobre esta doctrina de la muerte introducida por el pecado, contraponiendo al primer Adán pecador el nuevo Adán salvador.
Sabiduría 1, 13

NOTAS

1:14 (a) Lit. «para ser». Dios, «El que es», Éxo_3:14+, ha creado todas las cosas para que «sean», para que tengan una vida real, consistente, duradera.

1:14 (b) El «abismo», lit. «Hades» —el Seol de los hebreos, Núm_16:33+— no representa aquí la mansión de los muertos, sino el poder de la Muerte, personificada, ver Mat_16:18; Apo_6:8; Apo_20:14.
Sabiduría 1, 14

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