Sal 139,13-16

Porque tú has formado mis riñones,
me has tejido en el vientre de mi madre;
te doy gracias por tantas maravillas:
prodigio soy, prodigios tus obras.
Mi aliento conocías cabalmente,
mis huesos no se te ocultaban,
cuando era formado en lo secreto,
tejido en las honduras de la tierra.
Mi embrión veían tus ojos;
en tu libro están inscritos
los días que me has fijado,
sin que aún exista el primero.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Job_10:8-11
Salmos 139, 13

NOTAS

139:14 «conocías» conj.; «conociendo» hebr.
Salmos 139, 14

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mal_3:16; Dan_7:10; Sal_69:29 [Sal_69:28]

[2] Sal_31:16 [Sal_31:15]; Job_14:15

NOTAS

139:16 Texto difícil. El salmista medita sobre la omnisciencia divina: Dios conoce al hombre y su destino, incluso antes de su nacimiento, ver Sal_22:11 [Sal_22:10]; Sal_71:16. Para el hombre, en cambio, el misterio es impenetrable.
Salmos 139, 16

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