Sal 18,9-14

De su nariz salía una humareda,
de su boca un fuego abrasador
(y lanzaba carbones encendidos).
Inclinó los cielos y bajó,
con espeso nublado a sus pies;
volaba a lomos de un querubín,
sostenido por las alas del viento.
Se puso como tienda un cerco de tinieblas,
de aguas oscuras y espesos nubarrones;
el brillo de su presencia despedía
granizo y ascuas de fuego.
Tronó Yahvé en el cielo,
lanzó el Altísimo su voz;

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_33:26; Sal_68:5+ [Sal_68:4]

NOTAS

18:11 Los querubines que estaban sobre el arca, Éxo_25:18+, e inspiraron a Ezequiel su visión del carro divino, Eze_1:5 s+, sirven de trono a Yahvé, 1Sa_4:4; 2Sa_6:2; 2Re_19:15. A partir de la destrucción del Templo, simbolizan seres celestes.
Salmos 18, 10

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_13:21+; Éxo_19:16; Deu_4:11
Salmos 18, 11

NOTAS

18:13 «el brillo de su presencia despedía» en 2 S 22; hebr. corrompido (lit. «sus nubes pasaron»).
Salmos 18, 12

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal 29; Sal_77:18-19 [Sal_77:17-18]; Éxo_19:19; Job_36:29-30

NOTAS

18:14 Hebr. repite aquí 13b, omitido por griego y 2 S 22.
Salmos 18, 13

Patrocinio