Sal 37,1-4


SALMO 37 (36)
Destino del justo y del impío
De David.

Alef.
No te acalores por los malvados,
ni envidies a los que hacen el mal,
pues pronto se secan como el heno,
como la hierba tierna se marchitan.

Bet.
Confía en Yahvé y obra el bien,
vive en la tierra y cuida tu fidelidad,
disfruta pensando en Yahvé
y te dará lo que pida tu corazón.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal 73; Job_21:7-26

[2] Pro_23:17; Pro_24:1; Pro_24:19; Mal_2:17; Mal_3:14; Sal_90:6; Sal_103:15; Isa_40:7

NOTAS

37 A los que indigna la felicidad de los malvados, este salmo alfabético, el «espejo de la Providencia» (Tertuliano), contrapone la enseñanza de los sabios sobre la retribución temporal de los justos y de los malvados. Este debate se repetirá en el Eclesiastés, ver Ecl_8:11-14, y en Job.
Salmos 37, 1

NOTAS

37:3 La Tierra Santa, ver Sal_25:13; Deu_16:20. Estas promesas serán retomadas en sentido espiritual por las Bienaventuranzas, Mat_5:3-4, ver Rom_4:13.
Salmos 37, 3

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