Sal 40,6-8

¡Cuántas maravillas has hecho,
Yahvé, Dios mío,
cuántos designios por nosotros;
nadie se te puede comparar!
Quisiera publicarlos, pregonarlos,
mas su número es incalculable.
No has querido sacrificio ni oblación,
pero me has abierto el oído;
no pedías holocaustos ni víctimas,
dije entonces: «Aquí he venido».
Está escrito en el rollo del libro

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Heb_10:5-7

[2] Isa_50:5

[3] Amó_5:21+; Sal_50:7-15; Sal_51:18-19 [Sal_51:16-17]; Sal_69:31-32 [Sal_69:30-31]

NOTAS

40:7 Lit. «cavado». Dios comunica su voluntad al fiel, ver Isa_50:5. Una variante del griego: «Tú me has formado un cuerpo» fue interpretada en sentido mesiánico y aplicada a Cristo, Heb_10:5 s.
Salmos 40, 6

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_37:31; Jua_4:34; Jua_8:29

NOTAS

40:9 La obediencia vale más que el sacrificio, 1Sa_15:22. Los profetas alertaron con frecuencia a Israel contra prácticas que no empeñaban el corazón, Amó_5:21+, ver Gén_8:21+, o contra una confianza presuntuosa en la presencia de Dios en su Templo, ver Jer_7:3-4+. En el Judaísmo posterior al destierro, sea cual fuere aún la importancia del Templo como señal de salvación, Zac_1:16, el culto interior se va afinando más y más, y las disposiciones del corazón, la oración, la obediencia, el amor, cobran por sí mismas valor de culto, Sal 50; Sal_51:19 [Sal_51:17]; Sal_69:31-32 [Sal_69:30-31]; Sal_141:2; Pro_21:3; ver también Tob_4:11; Sir 34:18—35:10. Esta evolución prepara la supervivencia del Judaísmo después de la destrucción del Templo y proseguirá en el NT, Rom_1:9+; Rom_12:1+.
Salmos 40, 8

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