Sal 4,6

Ofreced sacrificios justos y confiad en Yahvé.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_6:25; Pro_16:15; Dan_9:17

NOTAS

4:7 Expresión bíblica, frecuente en el Salterio, relativa a la benevolencia de Dios o de los reyes. El «rostro» es el aspecto exterior de algo, Sal_104:30; Gén_2:6, etc., o de un hombre, cuyos pensamientos y sentimientos hace visibles, Gén_4:5; Gén_31:2, etc. Puede, pues, designar la personalidad («mi rostro» = yo, Sal_42:6 [Sal_42:5], Sal_42:12 [Sal_42:11]; Sal_43:5, etc.) y su presencia, muy en especial a propósito de Dios cuando se dirige al hombre. Como el hombre no puede ver a Dios, Éxo_33:20+; Éxo_34:29-35, Dios no «hace brillar la luz de su rostro», ver Sal_31:17 [Sal_31:16]; Sal_44:4 [Sal_44:3]; Sal_80:4 [Sal_80:3], etc., más que en un sentido atenuado. Así hay que entender igualmente los pasajes en que el hombre busca a Dios, Sal_24:6; Sal_27:8+; Job_33:25; Amó_5:4+, o lo contempla, Sal_11:7+; Sal_42:3 [Sal_42:2]. La traducción del griego y de la Vulg.: «La luz de tu rostro está sellada (o: impresa) en nosotros» se ha de interpretar del alma creada a imagen de Dios y marcada con el sello bautismal, que hace del cristiano un «hijo de la luz», Luc_16:8; Jua_8:12+; 1Te_5:5; Efe_5:8.
Salmos 4, 6

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