Sal 78,59-69
“
Dios lo oyó y se enfureció,
desechó del todo a Israel;
abandonó la morada de Siló,
la tienda en que moraba entre los hombres.
Mandó la flor y nata al cautiverio,
a manos del adversario su esplendor;
entregó su pueblo a la espada,
contra su heredad se enfureció.
El fuego devoró a sus jóvenes,
no hubo canto nupcial para las chicas;
sus sacerdotes cayeron a cuchillo,
sus viudas no entonaron endechas.
El Señor despertó como de un sueño,
como guerrero vencido por el vino;
hirió a sus adversarios en la espalda,
los dejó humillados para siempre.
Desechó la tienda de José,
no eligió a la tribu de Efraín;
pero eligió a la tribu de Judá,
y al monte Sión, al que amaba.
Se construyó un santuario como el cielo,
como la tierra que estableció para siempre.
”
desechó del todo a Israel;
abandonó la morada de Siló,
la tienda en que moraba entre los hombres.
Mandó la flor y nata al cautiverio,
a manos del adversario su esplendor;
entregó su pueblo a la espada,
contra su heredad se enfureció.
El fuego devoró a sus jóvenes,
no hubo canto nupcial para las chicas;
sus sacerdotes cayeron a cuchillo,
sus viudas no entonaron endechas.
El Señor despertó como de un sueño,
como guerrero vencido por el vino;
hirió a sus adversarios en la espalda,
los dejó humillados para siempre.
Desechó la tienda de José,
no eligió a la tribu de Efraín;
pero eligió a la tribu de Judá,
y al monte Sión, al que amaba.
Se construyó un santuario como el cielo,
como la tierra que estableció para siempre.
”