8:1 Quizá el arpa, o alguna melodía de origen filisteo.
8:2 (a) El nombre divino permite al creyente, desde que aprende a pronunciarlo, participar de la gloria de Yahvé, ver Sal_8:6 [Sal_8:5]. El hombre, hecho a imagen de Dios, queda así asociado a su soberanía, ver Sal_20:2 [Sal_20:1]; Sal_34:3 [Sal_34:2], Sal_34:8 [Sal_34:7]; Isa_63:17. Es, sin duda, este tema el que ha originado la vinculación con el salmo precedente.