Sir 34,1-5


Los sueños.
Las esperanzas vanas y engañosas son propias del necio,
los sueños dan alas a los insensatos.
Atrapar sombras y perseguir viento
es fiarse de los sueños.
Espejo y sueño son cosas semejantes,
frente a un rostro, la imagen de un rostro.
De lo impuro, ¿puede salir algo puro?;
de la mentira, ¿puede salir algo verdadero?
Adivinaciones, augurios y sueños son vanas ilusiones,
como fantasías de una mujer en parto.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

34 En el AT Dios se sirve a veces de los sueños para instruir a los hombres: Gén_28:10-17; Gén_31:10-13, Gén_31:24; Gén_37:5-11; Gén_41:1-36, etc. Ver Núm_12:6. Ver asimismo Mat_1:20-23; Mat_2:13, Mat_2:22. Pero el recurso a los sueños como medio ordinario de adivinación es censurado por los profetas y legisladores: Jer_29:8; Ecl_5:6 [Ecl_5:7]; Lev_19:26; Deu_13:2-6 [Deu_13:1-5]; Deu_18:9-14. Ben Sirá adopta esta última actitud sin dejar de reconocer la posibilidad de sueños auténticamente divinos (Sir_34:6).
Eclesiástico 34, 1

NOTAS

34:3 «Espejo y sueño» conj. (ver la continuación); «visión de sueños» griego. -El sueño, como el espejo, sólo presenta una imagen irreal; o también: el sueño sólo refleja lo que el soñador lleva en sí, sin enseñarle cosa alguna y sin más garantías (ver Sir_34:4).
Eclesiástico 34, 3

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Job_14:4
Eclesiástico 34, 4

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Ecl_5:6 [Ecl_5:7]
Eclesiástico 34, 5

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