Sir 40,1-10


Miseria del hombre.
Penoso destino se ha asignado a todo hombre,
pesado yugo grava sobre los hijos de Adán,
desde el día en que salen del seno materno,
hasta el día de su regreso a la madre de todos.
El objeto de sus reflexiones, la ansiedad de su corazón
es la espera angustiosa del día de la muerte.
Desde el que está sentado en un trono glorioso
hasta el que yace humillado en la ceniza y el polvo;
desde el que lleva púrpura y corona
hasta el que se cubre con harapos;
todos conocen la ira y la envidia, la turbación y la inquietud,
el miedo a la muerte, el resentimiento y la discordia.
Y mientras descansa en el lecho,
los sueños nocturnos alteran sus pensamientos.
Descansa un poco, apenas un instante,
y ya en sueños o en vigilia,
se ve turbado por sus propias visiones,
como si fuese un fugitivo que huye del combate,
que al sentirse libre, se despierta,
sorprendido de su infundido temor.
Éste es el destino de toda criatura, del hombre hasta la bestia,
pero para los pecadores es siete veces peor:
muerte, sangre, discordia, espada,
adversidades, hambre, tribulación, azote.
Todo esto fue creado para los malvados,
y por su culpa se produjo el diluvio.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_3:16-19; Job_7:1 s; Job_14:1-2+

[2] Job_1:21+

NOTAS

40 Esta exposición sobre la miseria universal contrasta con el cap. precedente. No hay incoherencia en el pensamiento de Ben Sirá. Esta miseria tiene explicación, puesto que es consecuencia del pecado, Sir_40:10.

40:1 «regreso» griego 248, hebr.; «inhumación» texto recibido.
Eclesiástico 40, 1

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_28:65-67; Job_7:4; Ecl_2:23; Ecl_8:16

NOTAS

40:5 Según el hebr. (dudoso) y el contexto, puede entenderse: el sueño le trae otras ideas no menos penosas. Ver Ecl_2:22-23.
Eclesiástico 40, 5

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sir_39:25; Sir_39:29
Eclesiástico 40, 10

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