Stg 1,13-18

Ninguno, cuando sea probado, diga: «Es Dios quien me prueba»; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie. Sino que cada uno es probado, arrastrado y seducido por su propia concupiscencia. Después la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz al pecado; y el pecado, una vez consumado, engendra muerte.
Aceptar la palabra y ponerla por obra.
No os engañéis, hermanos míos queridos: toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni fase de sombra. Nos engendró por su propia voluntad, con palabra de verdad, para que fuésemos como las primicias de sus criaturas.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sir_15:11-20; Pro_19:3; 1Co_10:13; Rom_7:8-10

NOTAS

1:13 Aquí la prueba es la tentación, ver 1Co_10:13+. El que se deja arrastrar al mal no debe echar su falta sobre Dios, que no puede querer el mal. El pecado procede del interior del hombre, Rom_7:8, y, de suyo, lleva a un estado totalmente opuesto a la corona de vida, v. Stg_1:12; Rom_6:23.
Santiago 1, 13

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Rom_5:12; Rom_6:23; Heb_6:1+
Santiago 1, 15

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_7:11

[2] Jua_3:3, Jua_3:27

[3] Jua_8:12+; 1Jn_1:5

NOTAS

1:17 (a) Om. (Vet. Lat): «viene de lo alto».

1:17 (b) Dios, creador de las luminarias celestes, Gén_1:14-18 y fuente de toda luz espiritual, Jua_1:4+; Jua_8:12+; 1Jn_1:5; ver 1Pe_2:9. Las imágenes que siguen vienen sugeridas por el movimiento de los astros. Var.: «en quien no hay cambio que provenga del movimiento de la sombra».
Santiago 1, 17

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Pe_1:23+; Jua_1:12-13

[2] Apo_14:4

NOTAS

1:18 (a) Esta «palabra de verdad» es el conjunto de la revelación de Dios a los hombres, llamada también «Ley de la libertad», «Ley regia», ver Stg_1:21-25; Stg_2:8.

1:18 (b) St sólo habla de la «gracia» en Stg_4:6. Aquí menciona algo equivalente en este nuevo nacimiento, debido a la palabra de Dios, Jua_1:12+; Jua_3:3; 1Pe_1:23, y que con sus primogénitos constituye el pueblo de Dios, ver Deu_18:4; 1Co_15:20; Rom_8:23; Rom_16:5. Esta palabra es plantada en los corazones (lit. «innata») por la predicación del Evangelio que salva, v. Stg_1:21, y la fe que es la aceptación de este anuncio, ver 1Ts_2:13+. Vestigios de catequesis bautismal.
Santiago 1, 18

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