Ver contexto
Sus hijos romperán las hostilidades y reunirán ejércitos numerosos; y uno de ellos vendrá y pasará como una inundación, luego regresará y reanudará los combates hasta la fortaleza. (Daniel  11, 10) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וּ‎(וְ)

Hebrew|*û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

בָנָ֣יו‎(בֵּן)

Hebrew|*vānˈāʸw|son

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1121] [b.ca.aa] [254]
[בן] [GES1052] [BDB1189] [HAL1201]

יִתְגָּר֗וּ‎(גָּרָה)

Hebrew|yiṯgārˈû|stir

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hitpa“el


[H1624] [c.cx.aa] [378]
[גרה] [GES1533] [BDB1730] [HAL1747]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

אָסְפוּ֙‎(אָסַף)

Hebrew|ʔāsᵊfˌû|gather

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H622] [a.ev.aa] [140]
[אסף] [GES601] [BDB636] [HAL654]

הֲמֹון֙‎(הָמֹון)

Hebrew|hᵃmôn|commotion

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1995] [e.bt.ab] [505a]
[המון] [GES1929] [BDB2153] [HAL2149]

חֲיָלִ֣ים‎(חַיִל)

Hebrew|ḥᵃyālˈîm|power

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2428] [h.bg.ab] [624a]
[חיל] [GES2365] [BDB2641] [HAL2635]

רַבִּ֔ים‎(רַב)

Hebrew|rabbˈîm|much

Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7227] [t.ae.ab] [2099a]
[רב] [GES7193] [BDB7921] [HAL7838]

וּ‎(וְ)

Hebrew|û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

בָ֥א‎(בֹּוא)

Hebrew|vˌā|come

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H935] [b.ap.aa] [212]
[בוא] [GES919] [BDB997] [HAL1011]

בֹ֖וא‎(בֹּוא)

Hebrew|vˌô|come

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: unknown
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: infinitive (absolute)
Verbal stem: qal


[H935] [b.ap.aa] [212]
[בוא] [GES919] [BDB997] [HAL1011]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

שָׁטַ֣ף‎(שָׁטַף)

Hebrew|šāṭˈaf|wash off

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H7857] [v.cs.aa] [2373]
[שטף] [GES7817] [BDB8600] [HAL8530]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

עָבָ֑ר‎(עָבַר)

Hebrew|ʕāvˈār|pass

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H5674] [p.ah.aa] [1556]
[עבר] [GES5627] [BDB6220] [HAL6137]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יָשֹׁ֥ב‎(שׁוּב)

Hebrew|yāšˌōv|return

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H7725] [v.bn.aa] [2340]
[שוב] [GES7693] [BDB8470] [HAL8388]

וְ‎(וְ)

Hebrew|*wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יִתְגָּרֶ֖ה‎(גָּרָה)

Hebrew|*yiṯgārˌeh|stir

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hitpa“el


[H1624] [c.cx.aa] [378]
[גרה] [GES1533] [BDB1730] [HAL1747]

עַד‎(עַד)

Hebrew|ʕaḏ-|unto

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5704] [p.aq.ad] [1565c]
[עד] [GES5654] [BDB6249] [HAL6171]

מָעֻזֹּֽו‎(מָעֹוז)

Hebrew|*māʕuzzˈô|fort

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4581] [p.bf.ab] [1578a]
[מעוז] [GES4494] [BDB5017] [HAL4929]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



11. Las luchas entre Siria y Egipto. Persecución de los Judíos.
En este capítulo encontramos explicitados al detalle hechos que en los capítulos anteriores fueron anunciados de un modo más general. Aunque no se dan nombres concretos - según el estilo de la literatura apocalíptica - , sin embargo, los detalles que se describen son tales, que no es difícil identificarlos históricamente. La narración empieza de modo más genérico, con alusiones al reino de Persia y de Grecia, para centrarse en las relaciones minuciosas de los dos reinos - seléucida de Siria y lagida de Egipto - que tenían más trascendencia en la vida política y religiosa del pueblo judío.

Luchas entre los reyes de Siria y de Egipto (1-19).
1 El año primero de Darío el medo, yo estuve allá para animarle y sostenerle. 2 Y ahora voy a darte a saber la verdad: Habrá todavía tres reyes en Persia, y el cuarto acumulará más riquezas que los otros; cuando por sus riquezas sea poderoso, se levantará contra el reino de Grecia. 3 Pero se alzará un rey valeroso que dominará con gran poder y hará cuanto quiera. 4 Y cuando esté en la altura, se romperá su reino y será dividido hacia los cuatro vientos; no será de sus descendientes ni ya tan poderoso como fue, pues será dividido y pasará a otros distintos de ellos. 5 El rey del mediodía vendrá, se hará fuerte, pero uno de sus jefes será más fuerte que él y dominará, siendo potente su dominación. 6 Al cabo de algunos años se aliarán, y la hija del rey del mediodía vendrá al rey del norte para restablecer la concordia, pero no conservará ella la fuerza de su brazo ni permanecerá él en su brazo; ella será entregada, y con ella los que la trajeron, con su padre y con el que entonces había sido su sostén. 7 Un retoño de sus raíces se alzará en su lugar y vendrá con ejército y entrará en las plazas fuertes del rey del norte; dispondrá de ellas y se hará poderoso. 8 Aun a sus dioses, sus imágenes fundidas y sus objetos preciosos de plata y oro los cogerá y se los llevará a Egipto. Estará luego algunos años alejado del rey del norte, 9 y éste marchará contra el rey del mediodía y se volverá a su tierra. 10 Su hijo saldrá a campaña y reunirá una muy fuerte muchedumbre de tropas, avanzará y se derramará como un torrente; se desbordará, pero se volverá, y llevará las hostilidades hasta la Fortaleza, 11 El rey del mediodía se enfurecerá, y, saliendo, atacará al rey del norte, levantará una gran muchedumbre, y las tropas del rey del norte serán puestas en sus manos. 12 Esta muchedumbre se ensoberbecerá, y el corazón del rey se hinchará, derribará a muchos millares, pero no triunfará, 13 porque el rey del norte volverá con una muchedumbre más numerosa que la primera, y al cabo de algún tiempo marchará con un gran ejército y muchos aprestos. 14 Entonces se alzarán muchos contra el rey * del mediodía, y hombres violentos de su pueblo se rebelarán para cumplir la visión y sucumbirán. 15 El rey del norte avanzará y alzará baluartes y se apoderará de ciudades fuertes. Los ejércitos del mediodía no resistirán, faltos de fuerza para resistir. 16 El que avanza contra él hará lo que quiera y nadie podrá resistirle, y se quedará en lo mejor de la tierra, exterminando cuanto caiga en su mano. 17 Querrá adueñarse de todo el reino del mediodía, y le dará su hija por mujer con la intención de llevarle a la ruina; pero no sucederá esto, la cosa no le saldrá como quería. 18 Volverá sus ojos del lado de las islas y tomará muchas, pero un jefe pondrá fin al oprobio que sobre ellas quiso echar, y el oprobio recaerá sobre él. 19 Acogeráse luego a las fortalezas de su tierra, pero se tambaleará y caerá y no se le hallará.

La frase del í. é el año primero de Darío el medo parece glosa de un escriba que quiere datar la profecía al estilo de otros capítulos anteriores 1. El texto exige continuar el relato anterior, en que está hablando el ser refulgente que es la personificación del designio de Dios en la historia, el cual es ayudado por Miguel, el valedor de los derechos del pueblo judío. Va a explicitar lo que antes dijo, empezando por la historia de los reyes de Persia. Los cuatro reyes de Persia de que habla, parecen ser: Ciro (550-529), Cambises (529-521), Darío Histaspes (521-485), y el cuarto, famoso por sus riquezas, que hará la guerra a Grecia, es Jerjes (485-465), el cual en 480 intentó invadir el continente europeo para derrotar a Grecia 2. Aunque los persas fueron derrotados en el sigloV reiteradamente por los valerosos griegos (en Platea, Salamina, Maratón), sin embargo, el que dará el golpe de gracia al imperio persa es Alejandro Magno, que es el rey valeroso del í.3. Pero su imperio será efímero, pues en el cénit de sus victorias militares y en plena juventud morirá en Babilonia en 323 a.C., siendo dividido su reino hacia los cuatro vientos, es decir, entre los cuatro generales o Diadocos 3. Ninguno de ellos será de sus descendientes (v.4). En efecto, los dos hijos de Alejandro fueron asesinados unos trece años después de la muerte del gran macedonio4. Por otra parte, el imperio desmembrado nunca llegó a ser tan poderoso como en tiempo de Alejandro. El hagiógrafo, después de enumerar a grandes rasgos la historia de Persia y de Grecia bajo Alejandro, pasa a hablar detalladamente de las incidencias político-militares dé dos de los sucesores del caudillo macedonio (los Seléucidas de Siria y los Lagidas de Egipto), porque afectan a la trayectoria histórica del pueblo judío. El rey del mediodía es el de los Ptolomeos de Egipto; luchará denodadamente por la posesión de Palestina, que se hallaba en la encrucijada geográfica de ambos reinos rivales. En la distribución del imperio de Alejandro, Egipto y Libia quedaron bajo la égida del general Ptolomeo I, hijo de Lagos (de ahí el nombre de lagida dado a su dinastía). Desde el 322 al 306 a.C. gobernó sus provincias con la categoría de estratega, pretendiendo después el título de rey. Es el rey del mediodía de que habla el v.5.
Uno de sus jefes o generales llegó a ser más fuerte que él. Se trata del general Seleuco Nicator, a quien en principio le correspondió la satrapía de Babilonia y Siria en la convención de Triparadisus del 321 a.C.; pero por las intrigas de Antígono (a quien había correspondido el Asia Menor) tuvo que refugiarse en Egipto, sirviendo como general de Ptolomeo I Lagos. Después de la batalla de Gaza en 312 y después de recuperar su satrapía de Babilonia, fundó un reino propio en Siria (de su nombre Seleuco se llamará la dinastía de Siria de los Seléucidas) 5. Su dominación fue creciendo desmesuradamente al vencer a su contrincante Antígono en Ipso (301 a.C.); y su reino comprendía entonces desde Frigia y Capadocia hasta el Indus, siendo en realidad un gran imperio, cuya capital desde el año 300 es Antioquía de Siria.
Naturalmente, al punto surgieron los choques con los Lagidas de Egipto. El hagiógrafo, deseoso de centrar su narración en la época de los Macabeos, pasa por alto las incidencias habidas entre el sucesor de Seleuco I (Antíoco I Soter: 281-261/60) y los Lagidas, diciendo que después de algunos años (v.6) se entablaron conversaciones diplomáticas para poner fin a las hostilidades. Para ello, Ptolomeo II Filadelfo (285-246) intentó casar a su hija Berenice con su rival Antíoco II Theos (261/60-247/46) de Siria, pero poniendo como condición que éste se divorciara de su mujer Laodice, y, en consecuencia, los hijos habidos de ésta renunciaran a la herencia del trono. Con ello, Ptolomeo creía poder un día anexionarse el imperio de Siria.
Pero, a la muerte de éste, Antíoco II de Siria se divorció de Berenice, tomando su antigua mujer. Es a lo que alude el v.6, al decir que la hija del rey del mediodía no conservará la fuerza de su brazo. Y esto es un eco de la famosa frase de la mezcla de hierro y de arcilla de los pies de la estatua de diversos metales del c.2, donde en el v.43 se habla de alianza humana. La afrenta fue vengada por un retoño de sus raíces (v.7), es decir, un hermano de ella, llamado Ptolomeo III Evergetes (264-221), que emprendió una campaña contra el ejército de Seleuco II Calínico de Siria (246-226), sucesor de Antíoco II. El rey del mediodía (Egipto) se apoderó de las plazas fuertes del rey del norte (v.7), es decir, de Seleucia, puerto de Antioquía de Siria, llegando hasta Babilonia y volviendo después a Egipto con un gran botín (v.8).
Después de unos años de paz entre Siria y Egipto, el rey del norte (Siria), Seleuco II Calínico, dirigió una campaña de revancha contra el rey del mediodía (Egipto), pero fue derrotado, y tuvo que volverse a su tierra defraudado (v.8). Pero su hijo Antíoco III el Graude (223-187)6 atacó Palestina, que estaba bajo el dominio de Ptolomeo -IV Filopator (221-203), rey de Egipto. Al principio, aquél tomó la mayor parte del país (avanzará, se derramará como un torrente., v.10), pero al fin fue derrotado en Rafia (217 a.C.) (la Fortaleza del rey de Egipto), con lo que Palestina volvió a quedar bajo la férula de los Ptolomeos. Entonces el rey del mediodía, Ptolomeo Filopator, tomará la revancha después de haber reunido una gran muchedumbre de ejército (70.000 de infantería, 5.000 de caballería y 73 elefantes), y derrotará al rey del norte, cuyo ejército estaba formado por 62.000 soldados de infantería, 6.000 de a caballo y 102 elefantes.
Palestina quedó de nuevo bajo Egipto. Pero el rey de Egipto no supo aprovechar su victoria, mientras que Antíoco III el Grande, después de haber tenido espectaculares victorias en Persia y Asia
Menor, reunió un gran ejército y atacó de nuevo a Egipto (v.13), llegando hasta Gaza, en la misma frontera egipcia, siendo favorecido por las luchas intestinas habidas en Egipto bajo la minoría de edad de Ptolomeo V Epífanes (203-181), hijo de Ptolomeo IV (v.14)7·
A los insurrectos egipcios se les sumaron hombres violentos (v.14), que parecen ser los del partido de Tobías Amonita, que en su lucha contra los judíos favorecían a los Seléucidas de Siria, pues los egipcios eran tolerantes 8. Con su conducta hostil a los judíos cumplirán la visión relativa a la persecución de la época macabea, tal como está en el libro de Daniel (v.14). El rey del norte, Antíoco el Grande, vencerá a los ejércitos del mediodía (Egipto) en la famosa batalla de Banias (Cesárea de Filipo de los Evangelios) en 198 a.C. Como consecuencia de esta victoria, el rey de Siria se quedará con lo mejor de la tierra, que es la tierra hermosa del 8:9, es decir, Palestina 9. Queriendo dominar Egipto, ofreció su hija (v.16), Cleopatra, al rey de Egipto Ptolomeo V. No quería atacar militarmente a Egipto, porque entonces había de chocar con el poder del imperio romano, cuyos embajadores, venidos a Egipto para llevar la noticia de la victoria sobre Aníbal, le habían dicho en Alejandría a Antíoco III el Grande que no tocase el reino de Ptolomeo V.
El rey de Siria logró casar a su hija con Ptolomeo V, celebrándose las bodas en Rafia, donde poco antes había sido derrotado. Pero, a pesar del éxito inicial diplomático, la cosa no le saldrá como quería (v.17), porque su hija seguirá más bien una política favorable a su marido. Empujado por sus éxitos, quiso extender su dominio a las islas (v.18) o costas del Mediterráneo. En efecto, en 197 a.C. ocupó el Asia Menor y en 192 a.C. desembarcó en Grecia, apoderándose de la parte situada al norte de Corinto. Pero en 191 a.C. le salió al paso el ejército romano, venciéndole en las Termopilas y después definitivamente en Magnesia, bajo las órdenes de Lucio Cornelio Escipión el Asiático. Con esta victoria, el caudillo romano le devolverá el oprobio (v.18) o insulto que Antíoco el Grande había hecho a los embajadores de Roma, que le reprochaban el haber recibido al vencido Aníbal10. Después de la derrota de Magnesia tuvo Antíoco III el Grande que abandonar el Asia Menor, retirándose a las fortalezas de su tierra de Siria (v.18); hasta que al fin caerá asesinado en Elimaide por haber querido apoderarse del tesoro del templo (187 a.C.).

La persecución de los judíos (20-45).
20 El que le sucederá mandará al ornamento del reino un exactor, pero en pocos días será quebrantado, y no por ira ni por guerra. 21 Un hombre despreciable ocupará su puesto, sin estar investido de la dignidad real. Aparecerá de improviso y se apoderará del reino por la intriga. 22 Las tropas, que se derramarán como un torrente, quedarán sumergidas ante él y aniquiladas, así como también un príncipe de la alianza. 23 Después de haberse concertado con él, usará de engaños, se pondrá en marcha y con poca gente vencerá. 24 Entrará de improviso en los lugares más fértiles de la provincia y hará lo que no hicieron sus padres ni los padres de sus padres. Repartirá el botín, los despojos y las riquezas, y traerá designios contra las fortalezas; todo esto durante algún tiempo. 25 Al frente de un gran ejército empleará su fuerza y su ardor contra el rey del mediodía. El rey del mediodía se empeñará en la guerra con un ejército poderoso y muy numeroso, pero no le resistirá, porque le harán traición. 26 Los que comen su pan le quebrantarán y su ejército será destruido, cayendo muchos muertos. 27 Los dos reyes meditarán en su corazón hacerse mal, y, sentados a la misma mesa, hablarán falazmente, mas no les servirá de nada, porque llegará el fin al tiempo señalado. 28 Volverá a su tierra con grandes riquezas y será en su corazón hostil a la alianza santa, y obrará contra ella; luego se volverá a su tierra. 29 Al tiempo determinado marchará de nuevo contra el mediodía, pero esta última vez no sucederán las cosas como en la primera; 30 vendrán contra él naves de Italia, y descorazonado, retrocederá. Luego, furioso contra la alianza santa, no se quedará inactivo, y volverá a concertarse con los que abandonaron la alianza santa. 31 A su orden se presentarán tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y harán cesar el sacrificio perpetuo, y alzarán la abominación desoladora. 32 Seducirá con sus halagos a los traidores a la alianza santa, pero el pueblo que conoce a Dios obrará con firmeza, 33 y los sabios entre ellos instruirán a la muchedumbre. Caerán de entre ellos por un tiempo a la espada, al fuego, al cautiverio y al pillaje, 34 y, mientras sucumben, tendrán poco socorro, y muchos se unirán a ellos hipócritamente. 35 Sucumbirán también algunos de los sabios para que sean depurados, purificados y blanqueados, hasta que llegue el fin, que no llegará sino al tiempo determinado. 36 El rey hará lo que quiera, y se gloriará por encima de todos los dioses, y del Dios de los dioses dirá cosas increíbles. Prosperará hasta que llegue la ira a su consumación, porque lo que está decretado se cumplirá. 37 No respetará ni aun al dios de sus padres ni a la delicia de las mujeres; no respetará dios alguno, porque se glorificará a sí mismo por encima de todos. 38 Honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que no conocieron sus padres; le honrará con oro y plata, con piedras preciosas y cosas de gran valor. 39 A ese dios extraño dedicará las plazas fuertes, y colmará de honores a los que le reconozcan, y los hará dominar sobre muchos, distribuyéndoles tierras en merced. 40 Al fin de los tiempos, el rey del mediodía chocará con el del norte, y el rey del norte caerá sobre él como una tempestad, con carros y jinetes y numerosas naves; avanzará por las tierras, se derramará como un torrente y se desbordará. 41 Entrarán en la tierra gloriosa y sucumbirán muchos, pero Edom, Moab y los príncipes de los hijos de Amón se librarán de sus manos. 42 Extenderá su mano sobre muchas tierras, y no escapará la de Egipto; 43 se adueñará de tesoros de oro y plata y de todas las preciosidades de Egipto; libios y etíopes le seguirán. 44 Pero nuevas venidas del oriente y del norte le asustarán, y partirá muy enfurecido, con ánimo de exterminar a muchos. 45 Alzará la tienda de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo. Mas luego llegará su fin sin que nadie pueda socorrerle.

El sucesor de Antíoco III el Grande, Seleuco IV Filopator (187-175), enviará a un exactor (v.20), Heliodoro, ministro de finanzas, a Jerusalén para apoderarse del tesoro del templo 11, como lo había hecho su padre en el templo de Elimaide. Necesitado de dinero después de la gran derrota ante los romanos, y para cumplir lo pactado en la paz de Apamea, el sucesor de Antíoco III el Grande se decidió a llenar sus arcas en Palestina, el ornamento del reino, frase que es paralela a la tierra hermosa del v.16. El hagiógrafo reserva para el país donde moran los adoradores del verdadero Dios los mejores calificativos. Pero el rey de Siria será quebrantado, y no en lucha campal cuerpo a cuerpo, sino dolosamente (no por ira ni por guerra, v.20), sino envenenado a instigación de su ministro Heliodoro.
El hombre despreciable (v.21) que por la intriga se apodera del reino, es Antíoco IV Epífanes (175-163), hermano de Seleuco IV, que estaba como rehén en Roma, según lo estipulado entre los romanos y su padre Antíoco III el Grande. Su hermano Seleuco le rescató, enviando en su sustitución a su hijo Demetrio. Al morir inesperadamente Seleuco IV, llegaba Antíoco IV a Antioquía, y con el apoyo del rey de Pérgamo logró asegurarse el trono, vacante por la muerte de su hermano, en contra de los derechos del príncipe heredero, Demetrio, que estaba en Roma. El hagiógrafo le llama hombre despreciable (en 1Ma_1:11 se le llama raíz de pecado), quizá en oposición al título que se había dado de Epífanes, que significa manifiesto, esplendente (el título completo es dios manifiesto, como si fuera una encarnación de la divinidad).
Al poco de subir al trono invadió Judá, destituyendo al príncipe de la alianza (v.22), el sumo sacerdote Onías III, llamado príncipe de la alianza por ser jefe religioso de la comunidad israelita, que tenía un régimen teocrático, basado en la alianza entre Yahvé e Israel12. El sumo sacerdote depuesto buscó refugio en Dafne (cerca de Antioquía de Siria), y allí fue asesinado en 171 a.C. 13 Como hemos visto en 9:25, es el ungido-jefe asesinado mencionado en la profecía de las setenta semanas. Antíoco IV tuvo que hacer frente al ejército acaudillado por Heliodoro, venciéndole (las tropas, que se derramarán como un torrente, quedaran sumergidas ante él., v.22). En su labor de captación para la helenización del pueblo judío usó de engaños, ganando al principio poca gente. Deseoso de captarse amigos, multiplicaba sus prodigalidades a costa de expolios en las provincias más fértiles. y en las fortalezas de su reino (v.24) 14.
Repuesto de las derrotas militares de su padre, quiso tentar fortuna, atacando al rey del mediodía, Ptolomeo VI Filometor, nieto, por su madre, de Antíoco III el Grande y sobrino, por tanto, de Antíoco IV Epífanes. La campaña tuvo lugar en 169 a.C. El rey de Egipto fue derrotado en Pelusio, siendo hecho prisionero; el desastre se debió, sobre todo, a los malos consejos de los tutores del rey, Euleo y Leneo, que le instigaron a atacar al rey de Siria. Se dice de ellos que comen su pan (v.26), por la gran intimidad que tenían con el rey egipcio. Fueron los causantes de la derrota del ejército, en el que hubo muchos muertos. Una vez en poder de Antíoco IV, su sobrino Ptolomeo Filometor trató de ganarle a su causa, y ambos reyes mantuvieron una paz aparente, pero interiormente estaban buscando la ocasión de revancha (meditaron en su corazón hacerse mal, y, sentados a la misma mesa, hablaban falazmente., v.27).
Antíoco quiso hacer ver a su sobrino que, conquistando él Egipto, aquél estaría más seguro en el trono; pero la estratagema no les servirá de nada, porque en los designios divinos llegará al fin el tiempo señalado, es decir, la derrota de los planes del rey sirio. Acompañado de su sobrino Ptolomeo, el rey sirio avanzó sobre Menfis, pero una facción nacionalista proclamó en Alejandría como rey de Egipto a Ptolomeo Fiscón, hermano de Ptolomeo Filometor. Antíoco IV intentó tomar la ciudad rebelde; pero, convencido de su inexpugnabilidad, se volvió, cargado de grandes riquezas (v.28), a su tierra siria 15. Al pasar por Palestina saqueó el templo de Jerusalén (su corazón fue hostil a la alianza, v.28). Todos los expolios le eran insuficientes para su prodigalidad 16.
Después de saquear el templo de Jerusalén, dejó en la ciudad una guarnición siria 17; un año más tarde emprendió una nueva campaña contra Egipto (v.29), enfurecido porque su sobrino Ptolomeo Filometor se había aliado con su hermano Ptolomeo Fiscón en contra de sus intereses políticos sobre Egipto. Pero el fracaso en esta^expedición fue total, ya que tuvo que habérselas con los temibles* romanos 18. En efecto, al llegar a Alejandría se encontró con Popilio Laenas, que traía un ultimátum del senado romano, en el que se le exigía la inmediata evacuación de Egipto. Antíoco IV pidió tiempo para pensar y consultar la resolución, pero el delegado romano, trazando un círculo con su bastón alrededor de Antíoco, le dijo que no saliera de éste mientras no diera respuesta a su ultimátum. La humillación no pudo ser mayor. El rey sirio dijo que haría lo que pedía el senado romano.
No le quedó, pues, sino retornar a su país; pero, enfurecido, desahogó su cólera contra Palestina, persiguiendo a los judíos (la alianza santa, v.30), concertándose con los judíos apóstatas que abandonaron la alianza santa. Su plan era helenizar al pueblo judío para asimilarlo a su reino, creando así una fuerza política más vigorosa 19. Su obra persecutoria empezó por fundar un gimnasio al estilo griego y culminó en la profanación del templo y la fortaleza, o colina fortificada sobre la que se asentaba el santuario, haciendo cesar el sacrificio perpetuo y erigiendo en el altar de los holocaustos la abominación desoladora (v.31), o ídolo de Júpiter Olímpico 20. Su obra helenizadora, basada en halagos y facilidades a los apóstatas de la religión judía, tuvo cierto éxito, pero el pueblo que conoce a Dios reaccionó con firmeza (v.32). Es una alusión a las gestas heroicas del anciano Eleazar con su protesta enérgica y de la madre de los siete hijos, que dio la mayor lección de fortaleza religiosa de la historia universal21. El hagiógrafo llama a los piadosos que resistieron a la helenización Zos sabios; son los asideos, de que nos hablan los libros de los Macabeos 22. Este grupo fiel predicaba la lealtad a la ley judía, siendo ayudado por el reducido socorro de los Macabeos (v.34).
La guerra contra los sirios será cruenta y muchos morirán a la espada y al fuego (v.33). En la persecución perecerán algunos de los sabios y fieles mantenedores de los derechos religiosos judíos, durando esta situación hasta que llegue el fin, que no llegará sino al tiempo determinado (v.35) en los designios divinos. La persecución servirá para que sean depurados, purificados y blanqueados en sus ideales religiosos. En estos tiempos de lucha, muchos se unirán hipócritamente (v.34) a los mantenedores de los derechos de Dios, pero no con sinceridad, sino por cálculos humanos y por miedo al castigo de Judas Macabeo 23.
Antíoco IV, en el colmo de su delirio, se asimila al Júpiter Olímpico, cuyos emblemas hace representar sobre sus monedas (v.36), hablando blasfemamente del Dios de los dioses, que es Yahvé. Pero le llegará su hora, porque lo que está decretado se cumplirá. El hagiógrafo constantemente alude a los designios de Dios sobre la historia de su pueblo, y piensa en la hora de su manifestación airada para vengar tantos ultrajes contra su pueblo. El soberbio rey de Siria no respetó siquiera al dios de sus padres (v.37), Apolo, cuya imagen aparece en las monedas de los predecesores de Antíoco IV, y la sustituyó por la de Júpiter Olímpico, con el que llegó a identificarse 24. La delicia de las mujeres es la divinidad Adonis-Tammuz, de origen sirio-babilónico, cuya muerte era ritualmente lamentada por las mujeres de Siria 25. Como expoliador de templos, se puede decir en verdad que Antíoco IV no respetará dios alguno, suplantando a las divinidades tradicionales de su país y proponiendo como divinidad a adorar al dios de las fortalezas (v-38), probablemente Júpiter Capitolino (o Zeus Olímpico), cuya imagen había visto muchas veces durante su estancia en Roma cuando era rehén. Sabemos que a este dios le dedicó un suntuoso templo en Antioquía 26 y las plazas fuertes (v.39), como Dura-Europos, en el desierto sirio; Beisán, Gerasa, e intentó hacer lo mismo en Jerusalén27. A los que se prestaban a su política de helenización les daba con largueza honores. y tierras a merced 28.
Después de habernos presentado al detalle la historia de Antíoco IV Epífanes, anuncia el profeta su futuro desastroso. Hasta ahora las indicaciones eran netamente históricas, pero en adelante va a entrar en la zona de la profecía propiamente tal, como lo indica la expresión al fin de los tiempos (v.40), que para él es el fin de la persecución y el principio de una nueva era venturosa, la del mesianismo, anunciada en 9:24. En la parte propiamente profética, los detalles son nebulosos y no se pueden controlar históricamente. El autor del libro de Daniel como profeta había tenido una revelación sobre el fin deshonroso del perseguidor del pueblo judío, y nos la describe en sus detalles a base de elementos y clisés tradicionales en la literatura bíblica anterior 29.
No sabemos que haya habido otra expedición de Antíoco contra Egipto, como parece indicarse en el v.40 30. Muchos autores creen que en estos versículos se trata de una recapitulación de las anteriores campañas de Antíoco IV. Los v.40-45 serían, según esta hipótesis, como un duplicado de lo que se dice en los v.21-39, añadido por algún compilador posterior. Pero, como antes dijimos, es preferible considerar estos versos como pro/éticos; y, por tanto, sus detalles no han de tomarse al pie de la letra; lo sustancial del hecfco es el fin desastroso del perseguidor Antíoco IV Epífanes. El hagiógrafo-profeta supone al ejército de éste invadiendo la tierra gloriosa, o Palestina (v.41), dejando de lado, por razones estratégicas, a Edom, Moab y Amón, en TransJordania. Después de haber conseguido grandes victorias en Egipto y Libia, se volverá precipitadamente a causa de las nuevas venidas de oriente y del norte (v.44); como hizo Senaquerib cuando asediaba a Jerusalén 31.
Al volver de Egipto, alzará la tienda de su palacio (v.45), o tienda real de campaña 32, entre los mares y el monte glorioso y santo, es decir, entre el Mediterráneo y la colina de Sión. Antíoco IV, que había perseguido enconadamente al pueblo judío, debía morir (por idealización profética) en tierra de Palestina, frente a la colina majestuosa de Yahvé, donde tantas profanaciones se habían cometido. Esto es ya un clisé de la literatura profética, pues Ezequiel, Joel y Zacarías presentan también a los enemigos de Israel derrotados y muertos en las proximidades de Jerusalén 33. De hecho sabemos que Antíoco IV Epífanes murió cerca de Susa, en Persia 34. Al sublevarse los armenios y partos, se dirigió hacia oriente, y en Elimaida intentó saquear el templo, como su padre; pero no se lo permitió el pueblo amotinado; allí se enteró de la derrota de su ejército a manos de Judas Macabeo 35; quiso volverse con su ejército a Palestina con ánimos de arrasarla 36, pero cayó enfermo y murió en Tabae, cerca de Susa 37. Cuando el autor del libro de Daniel redactó su compilación, aún no había tenido lugar la muerte del perseguidor, pero la anunció concretamente, si bien idealizándola en los detalles, conforme a la tradición profética bíblica.

1 Cf. 7:1; 8:1; 9:1; 10:1. - 2 Cf. Herodoto, 7:20-99, donde se detalla la fuerza y riqueza de Jerjes. - 3 Sobre la división del imperio de Alejandro entre sus generales, véase lo que heraos dicho en el capítulo anterior. - 4 Parece que el instigador del asesinato de los dos hijos de Alejandro (el legítimo - nacido después de su muerte - , habido de Roxana, se llamaba Alejandro, y el ilegítimo, de Barsine, se llamaba Heracles) fue Casandro. Cf. Diodoro de Sic., XIX 105; XX 22. - 5 En 312 comenzó la era de los Seléucidas, seguida en la cronología de los libros de los Macabeos. Cf. 1Ma_1:10. - 6 A Seleuco II Calínico le sucedió su hijo Seleuco III Ceraunos, que sólo reinó dos años (226-223), siendo asesinado. Su sucesor fue su hermano Antíoco III el Grande. - 7 Cf. Polibio, XV 25:34. - 8 Cf. Flavio Josefo, Ant. 12:4:6. - 9 En Jer_2:19, Palestina es llamada la más bella heredad, y en Eze_20:6.9, la tierra que es la más hermosa de las tierras. - 10 Según Tito Livio (XXXIII 40), Antíoco había respondido a la reclamación de los romanos que no les importaba lo que hacía Antíoco en Asia, como no importaba a éste lo que hacían los romanos en Italia. - 11 Cf. 2Mac3:7s. - 12 Sobre el carácter de Antíoco IV Epífanes véase el artículo de F. M. abel, Antiochus Epiphane, en Vivre et penser: RB (1941) 231-54. - 13 En Eco_50:1-21 se hace el cálido elogio de Onías III ,1o que indica la alta estima en que estaba en los medios cultos del judaismo. - 14 Cf. 1Ma_3:30; Ôßôï Livio, 41:20; Polibio, 26:10. - 15 Cf. 1Ma_1:19. - 16 Los embajadores de Antíoco IV Epífanes llevaron a los romanos una corona de cincuenta talentos, y en Grecia repartieron regalos exorbitantes entre sus habitantes. Cf. Polibio, XXVIII 18. - 17 Cf. 1Ma_1:20-25; 2Ma_5:11-21. - 18 En hebreo se dice naves de Kittim, literalmente naves de Chipre; pero esta denominación después designó a las costas del Mediterráneo en general (cf. Jer_2:10; Eze_27:6); y en la época de los Macabeos, los pueblos marítimos occidentales (cf. 1Ma_1:1; Eco_8:5). En él Comentario de Habacuc de ios rollos hallados junto al mar Muerto se llama a los romanos kittim. - 19 Cf. 1Ma_1:11-15; 2Ma_4:4-17. - 20 Cf. 1Ma_1:41-53-543; Dan_8:3; Dan_9:27; Dan_12:11; 1Ma_1:54. - 21 Cf. 2Ma_6:18s; 7,is. - 22 Cf. 1Ma_7:13; 2Ma_14:5. - 23 Cf. 1Ma_6:21; 1Ma_7:13; 1Ma_9:23. - 24 Desde 169 al 166 es representado en las monedas con los emblemas de la divinidad, y la inscripción Antíoco, dios manifiesto. Desde 166, su imagen es la de Zeus Olímpico con la inscripción Rey Antíoco, dios manifiesto, victorioso (F. M. abel, a.c., 2545). Lo que se dice aquí de Antíoco corresponde a lo que se dijo del pequeño cuerno del 0.7, del macho cabrío del c.8. Así se dice de él: hará lo que le plazca (8:25); se exaltará a sí mismo (8:10.11.25); hablará altaneramente (7:8.25), etc. (saydon, o.c., p.661). - 25 Cf. Isa_17:10; Eze_8:14. - 26 Tito Livio, XLI 20. - 27 Cf. Abel, a.c., 242. - 28 Cf. 2 Mac 4:8-2Cr_10:24. - 29 Cf: Isa_10:28-34; 37:7; Eze_39:4; Joe_3:2.12-13; Zac_14:2. - 30 Porfirio dice que hubo otra expedición contra Egipto de Antíoco IV en el año n de su reinado. Cf. san jerónimo, In Dan. 9:40: PL 25:572. Pero probablemente Porfirio depende del texto bíblico. El autor racionalista quería a toda costa aplicar los versos de la Biblia a Antíoco IV. - 31 Cf. 1837:7. - 32 La palabra empleada por palacio es persa y sólo aparece aquí en el A.T. - 33 Cf. Eze_39:4; Joe_3:2.12-13; Zac_14:2. - 34 Cf. 1Ma_3:31-371Ma_3:--35 Cf. 1Ma_6:1-7; 2Ma_9:1-3. - 36 Cf. 2 Mac 9:4- - 37 Cf. Polibio, 31, II.


Greek Bible (Septuagint Alt. Versions + SBLGNT Apparatus)

(11:1) καὶ ἐν τῷ ἐνιαυτῷ τῷ πρώτῳ Κύρου τοῦ βασιλέως εἶπέν μοι ἐνισχῦσαι καὶ ἀνδρίζεσθαι
(11:2) καὶ νῦν ἦλθον τὴν ἀλήθειαν ὑποδεῖξαί σοι ἰδοὺ τρεῖς βασιλεῖς ἀνθεστήκασιν ἐν τῇ Περσίδι καὶ ὁ τέταρτος πλουτήσει πλοῦτον μέγαν παρὰ πάντας καὶ ἐν τῷ κατισχῦσαι αὐτὸν ἐν τῷ πλούτῳ αὐτοῦ ἐπαναστήσεται παντὶ βασιλεῖ *ἑλλήνων
(11:3) καὶ στήσεται βασιλεὺς δυνατὸς καὶ κυριεύσει κυριείας πολλῆς καὶ ποιήσει καθὼς ἂν βούληται
(11:4) καὶ ἐν τῷ ἀναστῆναι αὐτὸν συντριβήσεται ἡ βασιλεία αὐτοῦ καὶ μερισθήσεται εἰς τοὺς τέσσαρας ἀνέμους τοῦ οὐρανοῦ οὐ κατὰ τὴν ἀλκὴν αὐτοῦ οὐδὲ κατὰ τὴν κυριείαν αὐτοῦ ἣν ἐδυνάστευσε ὅτι ἀποσταθήσεται ἡ βασιλεία αὐτοῦ καὶ ἑτέρους διδάξει ταῦτα
(11:5) καὶ ἐνισχύσει βασιλείαν Αἰγύπτου καὶ εἷς ἐκ τῶν δυναστῶν κατισχύσει αὐτὸν καὶ δυναστεύσει δυναστεία μεγάλη ἡ δυναστεία αὐτοῦ
(11:6) καὶ εἰς συντέλειαν ἐνιαυτῶν ἄξει αὐτούς καὶ εἰσελεύσεται βασιλεὺς Αἰγύπτου εἰς τὴν βασιλείαν τὴν βορρᾶ ποιήσασθαι συνθήκας καὶ οὐ μὴ κατισχύσῃ ὅτι ὁ βραχίων αὐτοῦ οὐ στήσει ἰσχύν καὶ ὁ βραχίων αὐτοῦ ναρκήσει καὶ τῶν συμπορευομένων μετ’ αὐτοῦ καὶ μενεῖ εἰς ὥρας
(11:7) καὶ ἀναστήσεται φυτὸν ἐκ τῆς ῤίζης αὐτοῦ καθ’ ἑαυτόν καὶ ἥξει ἐπὶ τὴν δύναμιν αὐτοῦ ἐν ἰσχύι αὐτοῦ βασιλεὺς βορρᾶ καὶ ποιήσει ταραχὴν καὶ κατισχύσει
(11:8) καὶ τοὺς θεοὺς αὐτῶν καταστρέψει μετὰ τῶν χωνευτῶν αὐτῶν καὶ τοὺς ὄχλους αὐτῶν μετὰ τῶν σκευῶν τῶν ἐπιθυμημάτων αὐτῶν τὸ ἀργύριον καὶ τὸ χρυσίον ἐν αἰχμαλωσίᾳ ἀποίσουσιν εἰς Αἴγυπτον καὶ ἔσται ἔτος βασιλεῖ βορρᾶ
(11:9) καὶ εἰσελεύσεται εἰς βασιλείαν Αἰγύπτου ἡμέρας καὶ ἐπιστρέψει ἐπὶ τὴν γῆν αὐτοῦ
(11:10) καὶ ὁ υἱὸς αὐτοῦ καὶ ἐρεθισθήσεται καὶ συνάξει συναγωγὴν ὄχλου πολλοῦ καὶ εἰσελεύσεται κατ’ αὐτὴν κατασύρων παρελεύσεται καὶ ἐπιστρέψει καὶ παροξυνθήσεται ἐπὶ πολύ
(11:11) καὶ ὀργισθήσεται βασιλεὺς Αἰγύπτου καὶ πολεμήσει μετὰ βασιλέως βορρᾶ καὶ παραδοθήσεται ἡ συναγωγὴ εἰς τὰς χεῖρας αὐτοῦ
(11:12) καὶ λήψεται τὴν συναγωγήν καὶ ὑψωθήσεται ἡ καρδία αὐτοῦ καὶ ταράξει πολλοὺς καὶ οὐ μὴ φοβηθῇ
(11:13) καὶ ἐπιστρέψει βασιλεὺς βορρᾶ καὶ συνάξει πόλεως συναγωγὴν μείζονα παρὰ τὴν πρώτην κατὰ συντέλειαν καιροῦ ἐνιαυτοῦ καὶ εἰσελεύσεται εἰς αὐτὴν ἐπ’ αὐτὸν ἐν ὄχλῳ πολλῷ καὶ ἐν χρήμασι πολλοῖς
(11:14) καὶ ἐν τοῖς καιροῖς ἐκείνοις διάνοιαι ἀναστήσονται ἐπὶ τὸν βασιλέα Αἰγύπτου καὶ ἀνοικοδομήσει τὰ πεπτωκότα τοῦ ἔθνους σου καὶ ἀναστήσεται εἰς τὸ ἀναστῆσαι τὴν προφητείαν καὶ προσκόψουσι
(11:15) καὶ ἐπελεύσεται βασιλεὺς βορρᾶ καὶ ἐπιστρέψει τὰ δόρατα αὐτοῦ καὶ λήψεται τὴν πόλιν τὴν ὀχυράν καὶ οἱ βραχίονες βασιλέως Αἰγύπτου στήσονται μετὰ τῶν δυναστῶν αὐτοῦ καὶ οὐκ ἔσται αὐτῷ ἰσχὺς εἰς τὸ ἀντιστῆναι αὐτῷ
(11:16) καὶ ποιήσει ὁ εἰσπορευόμενος ἐπ’ αὐτὸν κατὰ τὸ θέλημα αὐτοῦ καὶ οὐκ ἔσται ὁ ἀνθεστηκὼς ἐναντίον αὐτοῦ καὶ στήσεται ἐν τῇ χώρᾳ καὶ ἐπιτελεσθήσεται πάντα ἐν ταῖς χερσὶν αὐτοῦ
(11:17) καὶ δώσει τὸ πρόσωπον αὐτοῦ ἐπελθεῖν βίᾳ πᾶν τὸ ἔργον αὐτοῦ καὶ συνθήκας μετ’ αὐτοῦ ποιήσεται καὶ θυγατέρα ἀνθρώπου δώσει αὐτῷ εἰς τὸ φθεῖραι αὐτήν καὶ οὐ πείσεται καὶ οὐκ ἔσται
(11:18) καὶ δώσει τὸ πρόσωπον αὐτοῦ ἐπὶ τὴν θάλασσαν καὶ λήψεται πολλοὺς καὶ ἐπιστρέψει ὀργὴν ὀνειδισμοῦ αὐτῶν ἐν ὅρκῳ κατὰ τὸν ὀνειδισμὸν αὐτοῦ
(11:19) ἐπιστρέψει τὸ πρόσωπον αὐτοῦ εἰς τὸ κατισχῦσαι τὴν χώραν αὐτοῦ καὶ προσκόψει καὶ πεσεῖται καὶ οὐχ εὑρεθήσεται
(11:20) καὶ ἀναστήσεται ἐκ τῆς ῤίζης αὐτοῦ φυτὸν βασιλείας εἰς ἀνάστασιν ἀνὴρ τύπτων δόξαν βασιλέως καὶ ἐν ἡμέραις ἐσχάταις συντριβήσεται καὶ οὐκ ἐν ὀργῇ οὐδὲ ἐν πολέμῳ
(11:21) καὶ ἀναστήσεται ἐπὶ τὸν τόπον αὐτοῦ εὐκαταφρόνητος καὶ οὐ δοθήσεται ἐπ’ αὐτὸν δόξα βασιλέως καὶ ἥξει ἐξάπινα κατισχύσει βασιλεὺς ἐν κληροδοσίᾳ αὐτοῦ
(11:22) καὶ τοὺς βραχίονας τοὺς συντριβέντας συντρίψει ἀπὸ προσώπου αὐτοῦ
(11:23) καὶ μετὰ τῆς διαθήκης καὶ δήμου συνταγέντος μετ’ αὐτοῦ ποιήσει ψεῦδος καὶ ἐπὶ ἔθνος ἰσχυρὸν ἐν ὀλιγοστῷ ἔθνει
(11:24) ἐξάπινα ἐρημώσει πόλιν καὶ ποιήσει ὅσα οὐκ ἐποίησαν οἱ πατέρες αὐτοῦ οὐδὲ οἱ πατέρες τῶν πατέρων αὐτοῦ προνομὴν καὶ σκῦλα καὶ χρήματα αὐτοῖς δώσει καὶ ἐπὶ τὴν πόλιν τὴν ἰσχυρὰν διανοηθήσεται καὶ οἱ λογισμοὶ αὐτοῦ εἰς μάτην
(11:25) καὶ ἐγερθήσεται ἡ ἰσχὺς αὐτοῦ καὶ ἡ καρδία αὐτοῦ ἐπὶ τὸν βασιλέα Αἰγύπτου ἐν ὄχλῳ πολλῷ καὶ ὁ βασιλεὺς Αἰγύπτου ἐρεθισθήσεται εἰς πόλεμον ἐν ὄχλῳ ἰσχυρῷ σφόδρα λίαν καὶ οὐ στήσεται ὅτι διανοηθήσεται ἐπ’ αὐτὸν διανοίᾳ
(11:26) καὶ καταναλώσουσιν αὐτὸν μέριμναι αὐτοῦ καὶ ἀποστρέψουσιν αὐτόν καὶ παρελεύσεται καὶ κατασυριεῖ καὶ πεσοῦνται τραυματίαι πολλοί
(11:27) καὶ δύο βασιλεῖς μόνοι δειπνήσουσιν ἐπὶ τὸ αὐτὸ καὶ ἐπὶ μιᾶς τραπέζης φάγονται καὶ ψευδολογήσουσι καὶ οὐκ εὐοδωθήσονται ἔτι γὰρ συντέλεια εἰς καιρόν
(11:28) καὶ ἐπιστρέψει εἰς τὴν χώραν αὐτοῦ ἐν χρήμασι πολλοῖς καὶ ἡ καρδία αὐτοῦ ἐπὶ τὴν διαθήκην τοῦ ἁγίου ποιήσει καὶ ἐπιστρέψει ἐπὶ τὴν χώραν αὐτοῦ
(11:29) εἰς καιρόν καὶ εἰσελεύσεται εἰς Αἴγυπτον καὶ οὐκ ἔσται ὡς ἡ πρώτη καὶ ἡ ἐσχάτη
(11:30) καὶ ἥξουσι *ῤωμαῖοι καὶ ἐξώσουσιν αὐτὸν καὶ ἐμβριμήσονται αὐτῷ καὶ ἐπιστρέψει καὶ ὀργισθήσεται ἐπὶ τὴν διαθήκην τοῦ ἁγίου καὶ ποιήσει καὶ ἐπιστρέψει καὶ διανοηθήσεται ἐπ’ αὐτούς ἀνθ’ ὧν ἐγκατέλιπον τὴν διαθήκην τοῦ ἁγίου
(11:31) καὶ βραχίονες παρ’ αὐτοῦ στήσονται καὶ μιανοῦσι τὸ ἅγιον τοῦ φόβου καὶ ἀποστήσουσι τὴν θυσίαν καὶ δώσουσι βδέλυγμα ἐρημώσεως
(11:32) καὶ ἐν ἁμαρτίαις διαθήκης μιανοῦσιν ἐν σκληρῷ λαῷ καὶ ὁ δῆμος ὁ γινώσκων ταῦτα κατισχύσουσι καὶ ποιήσουσι
(11:33) καὶ ἐννοούμενοι τοῦ ἔθνους συνήσουσιν εἰς πολλούς καὶ προσκόψουσι ῤομφαίᾳ καὶ παλαιωθήσονται ἐν αὐτῇ καὶ ἐν αἰχμαλωσίᾳ καὶ ἐν προνομῇ ἡμερῶν κηλιδωθήσονται
(11:34) καὶ ὅταν συντρίβωνται συνάξουσιν ἰσχὺν βραχεῖαν καὶ ἐπισυναχθήσονται ἐπ’ αὐτοὺς πολλοὶ ἐπὶ πόλεως καὶ πολλοὶ ὡς ἐν κληροδοσίᾳ
(11:35) καὶ ἐκ τῶν συνιέντων διανοηθήσονται εἰς τὸ καθαρίσαι ἑαυτοὺς καὶ εἰς τὸ ἐκλεγῆναι καὶ εἰς τὸ καθαρισθῆναι ἕως καιροῦ συντελείας ἔτι γὰρ καιρὸς εἰς ὥρας
(11:36) καὶ ποιήσει κατὰ τὸ θέλημα αὐτοῦ ὁ βασιλεὺς καὶ παροργισθήσεται καὶ ὑψωθήσεται ἐπὶ πάντα θεὸν καὶ ἐπὶ τὸν θεὸν τῶν θεῶν ἔξαλλα λαλήσει καὶ εὐοδωθήσεται ἕως ἂν συντελεσθῇ ἡ ὀργή εἰς αὐτὸν γὰρ συντέλεια γίνεται
(11:37) καὶ ἐπὶ τοὺς θεοὺς τῶν πατέρων αὐτοῦ οὐ μὴ προνοηθῇ καὶ ἐν ἐπιθυμίᾳ γυναικὸς οὐ μὴ προνοηθῇ ὅτι ἐν παντὶ ὑψωθήσεται καὶ ὑποταγήσεται αὐτῷ ἔθνη ἰσχυρά
(11:38) ἐπὶ τὸν τόπον αὐτοῦ κινήσει καὶ θεόν ὃν οὐκ ἔγνωσαν οἱ πατέρες αὐτοῦ τιμήσει ἐν χρυσίῳ καὶ ἀργυρίῳ καὶ λίθῳ πολυτελεῖ καὶ ἐν ἐπιθυμήμασι
(11:39) ποιήσει πόλεων καὶ εἰς ὀχύρωμα ἰσχυρὸν ἥξει μετὰ θεοῦ ἀλλοτρίου οὗ ἐὰν ἐπιγνῷ πληθυνεῖ δόξαν καὶ κατακυριεύσει αὐτοῦ ἐπὶ πολὺ καὶ χώραν ἀπομεριεῖ εἰς δωρεάν
(11:40) καὶ καθ’ ὥραν συντελείας συγκερατισθήσεται αὐτῷ ὁ βασιλεὺς Αἰγύπτου καὶ ἐποργισθήσεται αὐτῷ βασιλεὺς βορρᾶ ἐν ἅρμασι καὶ ἐν ἵπποις πολλοῖς καὶ ἐν πλοίοις πολλοῖς καὶ εἰσελεύσεται εἰς χώραν Αἰγύπτου
(11:41) καὶ ἐπελεύσεται εἰς τὴν χώραν μου
(11:42) καὶ ἐν χώρᾳ Αἰγύπτου οὐκ ἔσται ἐν αὐτῇ διασῳζόμενος
(11:43) καὶ κρατήσει τοῦ τόπου τοῦ χρυσίου καὶ τοῦ τόπου τοῦ ἀργυρίου καὶ πάσης τῆς ἐπιθυμίας Αἰγύπτου καὶ Λίβυες καὶ Αἰθίοπες ἔσονται ἐν τῷ ὄχλῳ αὐτοῦ
(11:44) καὶ ἀκοὴ ταράξει αὐτὸν ἀπὸ ἀνατολῶν καὶ βορρᾶ καὶ ἐξελεύσεται ἐν θυμῷ ἰσχυρῷ καὶ ῤομφαίᾳ ἀφανίσαι καὶ ἀποκτεῖναι πολλούς
(11:45) καὶ στήσει αὐτοῦ τὴν σκηνὴν τότε ἀνὰ μέσον τῶν θαλασσῶν καὶ τοῦ ὄρους τῆς θελήσεως τοῦ ἁγίου καὶ ἥξει ὥρα τῆς συντελείας αὐτοῦ καὶ οὐκ ἔσται ὁ βοηθῶν αὐτῷ

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XI.

1 The ouerthrow of Persia by the king of Grecia. 5 Leagues and conflicts, betweene the kings of the South and of the North. 30 The inuasion and tyrannie of the Romanes.
1 Also I, in the first yeere of Darius the Mede, euen I stood to confirme and to strengthen him.
2 And now will I shew thee the trueth. Behold, there shall stand vp yet three Kings in Persia, & the fourth shalbe farre richer then they all: and by his strength through his riches he shall stirre vp all against the realme of Grecia.
3 And a mighty King shal stand vp, that shall rule with great dominion, and doe according to his will.
4 And when he shall stand vp, his kingdome shall be broken, and shall be diuided toward the foure winds of heauen; and not to his posteritie, nor according to his dominion which he ruled: for his kingdome shall be pluckt vp, euen for others besides those.
5 And the King of the South shall be strong, and one of his princes, and he shall be strong aboue him, and haue dominion: his dominion shall be a great dominion.
6 And in the end of yeeres they shall [ Hebrew: shall associate themselues.] ioyne themselues together: for the Kings daughter of the South shall come to the King of the North to make [ Hebrew: rights.] an agreement, but she shall not retaine the power of the arme, neither shall he

[Kings of the North and South.]

stand, nor his arme: but she shall be giuen vp, and they that brought her, and [ Or, whom she brought forth.] he that begate her, and he that strengthened her in these times.
7 But out of a branch of her rootes shall one stand vp in his estate, which shall come with an armie, and shall enter into the fortresse of the King of the North, and shall deale against them, and shall preuaile:
8 And shall also carie captiues into Egypt their gods with their princes, and with their [ Hebrew: vessels of their desire.] precious vessels of siluer and of gold, and he shall continue moe yeeres then the King of the North.
9 So the King of the South shall come into his kingdome, and shall returne into his owne land.
10 But his sonnes [ Or, shall warre.] shall be stirred vp, and shall assemble a multitude of great forces: and one shall certainly come and ouerflow and passe through: then shall he returne, and be stirred vp euen to his fortresse.
11 And the King of the South shall be moued with choler, and shall come forth and fight with him, euen with the King of the North: and hee shall set forth a great multitude, but the multitude shall be giuen into his hand.
12 And when he hath taken away the multitude, his heart shall be lifted vp: and he shall cast downe many tenne thousands: but he shall not be strengthened by it.
13 For the King of the North shall returne, and shall set forth a multitude greater then the former, and shall certainly [ Hebrew: at the end of times of yeeres.] come (after certaine yeeres) with a great armie & with much riches.
14 And in those times there shall many stand vp against the King of the South: also [ Hebrew: the children of robbers.] the robbers of thy people shall exalt themselues to establish the vision, but they shall fall.
15 So the King of the North shall come, and cast vp a mount, and take [ Hebrew: the citie of munitions.] the most fenced cities, and the armes of the South shall not withstand, neither [ Hebrew: the people of his choices.] his chosen people, neither shall there be any strength to withstand.
16 But he that commeth against him, shall doe according to his owne will, and none shall stand before him: and he shall stand in the [ Or, goodly land. Hebrew: The land of ornament.] glorious land, which by his hand shall be consumed.
17 He shall also set his face to enter with the strength of his whole kingdome and [ Or, much vprightnes: Or equall conditions.] vpright ones with him: thus

[Kings of the North and South.]

shall he doe, and he shall giue him the daughter of women [ Hebrew: to corrupt.] corrupting her: but she shall not stand on his side, neither be for him.
18 After this shall he turne his face vnto the yles, and shall take many, but a prince [ Hebrew: for him.] for his own behalfe shall cause [ Heb his reproch.] the reproch offred by him to cease without his owne reproch: he shall cause it to turne vpon him.
19 Then he shall turne his face towards the fort of his owne lande: but he shall stumble and fall, and not bee found.
20 Then shall stand vp in his estate [ Hebrew: one that causeth an exactour to passe ouer.] a raiser of taxes in the glory of the kingdome, but within few dayes he shall be destroyed, neither in [ Hebrew: angers.] anger, nor in battell.
21 And in his estate shall stand vp a vile person, to whom they shal not giue the honour of the kingdome: but hee shall come in peaceably, and obtaine the kingdome by flatteries.
22 And with the armes of a flood shall they bee ouerflowen from before him, and shall be broken: yea also the prince of the couenant.
23 And after the league made with him he shall worke deceitfully, for hee shall come vp, and shall become strong with a small people.
24 He shall enter [ Or, into the peaceable or for, etc.] peaceably euen vpon the fattest places of the prouince, and he shall doe that which his fathers haue not done, nor his fathers fathers, he shall scatter among them the praye and spoile, and riches: yea and he shall [ Hebrew: thinke thoughts.] forecast his deuices against the strong holdes, euen for a time.
25 And he shall stirre vp his power, and his courage against the king of the South with a great army, and the king of the South shall bee stirred vp to battell with a very great and mightie armie: but he shall not stand: for they shall forecast deuices against him.
26 Yea they that feede of the portion of his meate, shall destroy him, and his armie shall ouerflow: and many shall fall downe slaine.
27 And both these kings [ Hebrew: their hearts.] hearts shall be to doe mischiefe, and they shall speake lies at one table: but it shall not prosper: for yet the end shall bee at the time appointed.
28 Then shall hee returne into his land with great riches, and his heart shall be against the holy couenant: and

[Kings of the North and South.]

he shall doe exploits, and returne to his owne land.
29 At the time appointed he shall returne, and come toward the South: but it shall not be as the former, or as the latter.
30 For the ships of Chittim shall come against him: therefore he shall be grieued and returne, and haue indignation against the holy Couenant: so shal he doe, he shall euen returne, and haue intelligence with them that forsake the holy Couenant.
31 And armes shal stand on his part, and they shall pollute the Sanctuarie of strength, and shall take away the daily sacrifice, and they shal place the abomination that [ Or, astonisheth.] maketh desolate.
32 And such as doe wickedly against the couenant, shall he [ Or, cause to dissemble.] corrupt by flatteries: but the people that do know their God, shall be strong and doe exploits.
33 And they that vnderstand among the people shall instruct many: yet they shall fall by the sword, and by flame, by captiuitie, and by spoile many dayes.
34 Now when they shall fall, they shalbe holpen with a litle help: but many shall cleaue to them with flatteries.
35 And some of them of vnderstanding shall fall, to trie [ Or, by them.] them, and to purge, and to make them white, euen to the time of the end: because it is yet for a time appointed.
36 And the king shall doe according to his will, and he shall exalt himselfe, and magnifie himselfe aboue euery god, and shall speake marueilous things against the God of gods, & shall prosper till the indignation be accomplished: for that that is determined, shall be done.
37 Neither shall hee regard the god of his fathers, nor the desire of women, nor regard any god: for he shall magnifie himselfe aboue all.
38 But in his estate shall he honour the god of [ Or, munitions. Hebrew: Mauzzin, or, as for the almighty God in his seate he shall honour, yea he shall honour a God, etc.] forces: and a God whome his fathers knew not, shall hee honour with gold, and siluer, and with precious stones, and [ Hebrew: things desired.] pleasant things.
39 Thus shall hee doe in the [ Hebrew: fortresses of munitions.] most strong holds with a strange god, whom he shall acknowledge and increase with glory: and he shall cause them to rule ouer many, and shall diuide the land for [ Hebrew: a price.] gaine.
40 And at the time of the end shall the king of the South push at him, and the king of the North shal come against

[The resurrection. Of the times.]

him like a whirlewind with charets, and with horsemen, and with many ships, and he shall enter into the countreys, and shall ouerflow and passe ouer.
41 He shall enter also into the [ Or, goodly land. Hebrew: land of delight, or ornament.] glorious land, and many countreys shall be ouerthrowen: but these shall escape out of his hand, euen Edom, and Moab, and the chiefe of the children of Ammon.
42 He shall [ Hebrew: send foorth.] stretch foorth his hand also vpon the countreys, and the land of Egypt shall not escape.
43 But he shall haue power ouer the treasures of gold and of siluer, and ouer all the precious things of Egypt: and the Libyans and the Ethiopians shalbe at his steps.
44 But tidings out of the East, and out of the North shall trouble him: therefore he shall goe foorth with great fury to destroy, and vtterly to make away many.
45 And hee shall plant the tabernacles of his palace betweene the seas in the [ Or, goodly. Hebrew: mountaine of delight of holinesse.] glorious holy mountaine, yet he shall come to his end, and none shall helpe him.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Norte contra sur. Hay un amplio acuerdo sobre la interpretación de esta sección entre los comentaristas de muy diferentes escuelas de pensamiento, por la manera tan íntima en que esta visión se junta con el siguiente bosquejo de la historia.

Cuando el imperio de Alejandro se dividió en cuatro (4), Ptolomeo I se convirtió en gobernante de Egipto (el rey del sur; 5) y estableció la dinastía macedonia desde 304 a. de J.C. (cuando tomó el tí tulo de rey) hasta 30 a. de J.C. Mientras, Seleuco I (el rey del norte) controlaba Siria, estableciendo la dinastía seléucida por aprox. el mismo período. Lo que sigue es la historia del desarrollo dinástico y de luchas de poder dentro de esos dos reinos y la rivalidad entre ellos.

El intento inicial de alianza entre los dos poderes es representado por el matrimonio (6) entre Antíoco II (nieto de Seleuco I) y Berenice (hija de Ptolomeo II). La paz fue solamente temporal y fue seguida por la invasión del norte por Ptolomeo III (7, 8) y el contraataque de Seleuco II (9) y de sus hijos Seleuco III y Antíoco III, que avanzaron hasta Rafia en el sur de Palestina (10).

La lucha por el dominio continuó bajo Ptolomeo IV, un hombre de manera de vivir libertina. La referencia a que su corazón se enaltecerá (12; cf. v. 18) prepara al lector bíblico sensible para su caída (2:21a). Aunque él no infligió una derrota masiva a Siria en Rafia, su ascendencia no continuó y al final, cuando Ptolomeo V subió al trono a la edad de cuatro años, Antíoco III la conquistó (13-16). El también exhibió la exaltación de sí mismo que merece el juicio divino (16; cf. v. 19). El v. 14 puede referirse a la fallida actividad de los judíos zelotes que apoyaron las fuerzas sirias contra Egipto, bajo cuya dominación vivían.

Con miras a una futura expansión, se planeó un matrimonio político entre Cleopatra, la hija de Antíoco III y el joven Ptolomeo V (17); pero esto también falló. Cuando Antíoco procuró otras conquistas en el Occidente (Grecia) fue derrotado por los romanos y obligado a regresar a su patria. Con su retirada iba a desaparecer de la escena de la historia, pues murió dos años después (19).

Seleuco IV, que siguió como rey de Siria, heredó un gran imperio, pero en bancarrota por largos años de acciones militares. El procuró volver a lle nar las arcas del tesoro elevando los impuestos (20), pero pronto fue sucedido por la figura que ahora domina el resto del capítulo, un hombre vil (21), su hermano Antíoco IV (Epífanes).

El llegó al trono en 175 a. de J.C. por medio de dos golpes de Estado. Por varios medios, incluyendo intriga y engaño (21, 23), promovió una política de helenización que lo puso en conflicto directo con los judíos que practicaban la devoción ortodoxa. De nuevo se subraya el peligro de sentirse seguro (v. 24; cf. 8:25), como es el tiempo límite que Dios pone sobre las actividades humanas hostiles (aunque sólo por un tiempo; 24).

Antíoco impidió la invasión egipcia de Palestina invadiendo él mismo Egipto, ahora gobernada por Ptolomeo VI, triunfando parcialmente por intriga (según los vv. 24, 25). Pero el éxito completo lo eludió (27), y cuando el desorden surgió en Palestina, él regresó a Siria. De nuevo se enfatizan los límites divinos en la historia (27) y la naturaleza siniestra de la oposición al pueblo de Dios (28).

Antíoco invadió Egipto de nuevo en 168 a. de J.C., cuando los ptolomeos consintieron en un reino unido. Esta vez se encontró frente a un humillante ultimátum romano de irse (cf. v. 30), después del cual desahogó su furia contra Dios y su pueblo (30), enlistando la ayuda de judíos simpatizantes con el proceso de helenización (30-32). Esto culminó en la masacre de los habitantes de Jerusalén y en el saqueo de la ciudad. El santuario fue profanado, las ofrendas diarias abolidas, se levantó un altar a Zeus y se celebraron ritos paganos sobre el altar de las ofrendas quemadas (la abominación desoladora, 31; cf. Mat. 24:15).

En medio de la apostasía judía (descrita en los vv. 30, 32), otros fueron fieles hasta la muerte (33). Fue en este contexto que tuvo lugar la famosa resistencia de los macabeos. Como en todos los mo vimientos de resistencia, espirituales y también pol íticos, los fieles recibieron apoyo que no les hacía falta (34).

La sección que sigue en el libro, los vv. 36-45, es posiblemente la más difícil. La descripción parece exceder todo lo que se conoce aun del blasfemo Antíoco (de aquí la conclusión de muchos comentaristas de que esta sección es ciertamente profecía que predice el futuro por parte del autor, la cual, por ser errónea, nos capacita para fijar la fecha de la edición final de todo el libro). El cap. 13:1-3 sin embargo, sugiere que el fin de toda la historia puede aho ra estar a la vista. En este caso, el v. 35 puede estar señalando hacia la experiencia del pueblo de Dios, no solamente durante el tiempo de Antíoco, sino más allá. No obstante, la identificación de el rey (36) varía (p. ej. el Imperio Romano [Calvino], el papado y el anticristo).

La identificación precisa del significado de la profecía depende de su cumplimiento histórico. En cualquier caso, aquí al menos tenemos una descripción del espíritu del anticristo (1 Jn. 2:18) en la autonomía radical del rey (cf. 3:15; 4:30; 8:25; 11:3, 12, 16), que se exalta a sí mismo como divino (36, 37; cf. 3:5) y en la unión de la impiedad y la injusticia. La referencia al más apreciado por las mujeres (37) es difícil. Algunas veces conside rada como una referencia a Tamuz, la deidad pagana llorada por la diosa Istar (cf. la alarma de Ezequiel por esta abominación en Eze. 8:13, 14), las palabras también pueden significar el amor de las mujeres y denotar el completo desdén del rey por el afecto humano (cf. 2 Tim. 3:2-4) o de veras por la ordenanza de la creación de relaciones varón-hembra.

Los vv. 40-45 narran un conflicto final. Algunos intérpretes sugieren que esto se cumplirá en los términos geográficos precisos en los cuales se describe, pero las declaraciones son tomadas mejor como la descripción de un conflicto futuro en términos de un mapa político contemporáneo en ese entonces. Edom, Moab y Amón (41) representan a los an tiguos enemigos del pueblo de Dios. Los enemigos tradicionales del rey del norte con sus aliados serán dominados por él (43). Sin embargo, su fin vendrá abruptamente (44, 45).

Si tenemos aquí una referencia a las escenas finales de la historia, debe recordarse que ellas son descritas en términos del orden del mundo antiguo. La profecía sí predice el futuro, pero también habla a su mundo contemporáneo en términos tomados de su propio tiempo.

Aun si el clímax de la impiedad se describe aquí, sería un error anticipar que el desenlace de la historia incluirá carros y gente de a caballo (40). Tampoco debemos olvidar que la función de toda esta sección es subrayar que no importa cuán radicalmente impío pueda ser un gobernante de las naciones, llegará a su fin y no tendrá quien le ayude (45).

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

11:10 (a) Seleuco III Cerauno (227-223) y Antíoco III el Grande (223-187).

11:10 (b) Los vv. que siguen refieren los éxitos de Antíoco el Grande, el «rey del Norte». Desde el 220 emprendió la conquista de Palestina; Tolomeo IV Filopátor (221-203) alistó inmediatamente tropas de mercenarios y de egipcios y, avanzando hacia la frontera, infligió a Antíoco pérdidas enormes (batalla de Rafia, Dan_11:11); victoria sin conseocuencias, Dan_11:12 : Antíoco combatió durante ocho años sin cesar para reconquistar su imperio asiático. Cuando Tolomeo V Epífanes (205-181) subió al trono, volvió con más fuerzas, Dan_11:13, apoyado por la alianza de Filipo V de Macedonia y ayudado por las revueltas intestinas que habían estallado en Egipto. Dan_11:15 alude al largo asedio de Gaza. Una contraofensiva egipcia en Judea apenas si retrasó la entrada de Antíoco en Jerusalén, Dan_11:15-16.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

11:10 (a) Seleuco III Cerauno (227-223) y Antíoco III el Grande (223-187).

11:10 (b) Los vv. que siguen refieren los éxitos de Antíoco el Grande, el «rey del Norte». Desde el 220 emprendió la conquista de Palestina; Tolomeo IV Filopátor (221-203) alistó inmediatamente tropas de mercenarios y de egipcios y, avanzando hacia la frontera, infligió a Antíoco pérdidas enormes (batalla de Rafia, Dan_11:11); victoria sin conseocuencias, Dan_11:12 : Antíoco combatió durante ocho años sin cesar para reconquistar su imperio asiático. Cuando Tolomeo V Epífanes (205-181) subió al trono, volvió con más fuerzas, Dan_11:13, apoyado por la alianza de Filipo V de Macedonia y ayudado por las revueltas intestinas que habían estallado en Egipto. Dan_11:15 alude al largo asedio de Gaza. Una contraofensiva egipcia en Judea apenas si retrasó la entrada de Antíoco en Jerusalén, Dan_11:15-16.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*10-12 Es la última y gran visión, en la que se dan los elementos propios del género literario de «anuncios angélicos». Ya no se habla de los personajes en forma simbólica, sino directamente de los reyes protagonistas de la historia. Incluye el pasado (Dan 11:2-20), el presente (Dan 11:20-39) y el futuro (Dan 12:13 - Dan 13:4), presentado todo ello como profecía.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 11.3-4 1 Mac 1.1-9. Cf. Dn 7.7-8,23-24.

[2] 11.25 Dn 11.5; cf. 1 Mac 1.17-19.

[3] 11.30 Del oeste: lit. de Quitim.

[4] 11.31 Horrible sacrilegio: Dn 9.27; cf. 12.11.

[5] 12.1-13 El anuncio de la futura resurrección constituye el punto culminante de la revelación contenida en este libro. Dios concede la victoria final a su pueblo y hace que participen de ella no solo los vivos sino también los muertos. De este modo, la justicia de Dios triunfa más allá de la muerte y resuelve el enigma planteado por el sufrimiento de los justos y la prosperidad de los impíos.

Torres Amat (1825)



[3] Dan 7, 5-6.

[5] Alejandro Magno.

[13] En el plazo señalado por Dios.

[14] Is 19, 16.

[17] Cleopatra, hija de Antíoco III el Grande, que después se declarará contra el padre a favor de su marido Tolomeo V Epífanes.

[24] En que se echará sobre ellos.

[26] 1 Mac 1, 17.

[38] Moozim, fortaleza. Este dios podía ser Marte o bien Zeus Olímpico, cuya imagen o estatua fue puesta en el templo de Jerusalén.

[45] Entre el mar muerto y el Mediterráneo, en Jerusalén.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— sus hijos... la fortaleza: Debe tratarse de Seleuco III Cerauno (226-223 a. C.) y sobre todo de Antíoco III el Grande (223-187 a. C.); en cuanto a la fortaleza podría ser la ciudadela de Jerusalén (1Ma 1:33).

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



36. Ver 2Te_2:4.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

vendrá... Esto es, uno de ellos.

Jünemann (1992)


10 h. H.: «No prevalecerá.»