Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
25. Ordenaciones Humanitarias.
Límite en los Castigos Corporales (1-3).
1
Si, cuando entre algunos hubiera pleito y, llegado el juicio, absolviendo los jueces al justo y condenando al reo, 2
fuere el delincuente condenado a la pena de azotes, el juez le hará echarse en tierra y le hará azotar conforme a su delito, llevando cuenta de los azotes; 3
pero no le hará dar más de cuarenta, no sea que, pasando mucho de este número, quede tu hermano afrentado ante ti.
Sólo aquí y en 22:18 se alude al castigo de los azotes1. Es una pena intermedia entre la multa y la pena capital. En el código de Hammurabi se ordenan 60 azotes al que haya abofeteado a un hombre de condición social superior2. Los egipcios imponían un número de bastonazos; lo mismo entre los griegos y romanos, aunque después se impuso la flagelación3. En la legislación deuteronómica se impone también la flagelación, si bien limitando el número máximo de golpeas a 40, por miedo a causar al delincuente la muerte o una enfermedad mortal. San Pablo nos dice que recibió 39 azotes4, pues las prescripciones rabínicas habían determinado que se diera uno menos para no equivocarse en los límites máximos de la Ley, pero al mismo tiempo se exhorta a los verdugos a que descarguen fuertemente, aunque el infortunado muera en sus manos5. Era el castigo más afrentoso6.
Prohibición de poner Bozal al Buey que Trilla (4).
4
No pongas bozal al buey que trilla.
También el deuteronomista requiere consideración para con los animales, y así al animal que trabaja para el hombre lo menos que puede permitírsele es que pueda comer las espigas a su alcance. San Pablo aduce este texto para probar los derechos de los trabajadores del Evangelio7
. Como ya hemos notado, el deuteronomista es de sentimientos extremadamente delicados y tiene un gran sentido de la justicia deseando se manifieste hasta con los animales.
Ley del Levirato (5-10).
5
Cuando dos hermanos habitan uno junto al otro y uno de los dos muere sin dejar hijos, la esposa del muerto no se casará fuera con un extraño; su cuñado irá a ella y la tomará por mujer, 6
y el primogénito que de ella tenga se alzará en nombre del hermano muerto para que su nombre no desaparezca de Israel. 7
Si al hombre no le agrada tomar a su cuñada, subirá ésta a la puerta, a los ancianos, y les dirá: Mi cuñado se niega a suscitar en Israel el nombre de su hermano; no quiere cumplir su obligación de cuñado tomándome por mujer. 8
Los ancianos de la ciudad le harán venir y le hablarán. Si persiste en la negativa y dice: No me agrada tomarla por mujer, 9
su cuñada se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará del pie un zapato y le escupirá en la cara diciendo: Esto se hace con el hombre que no edifica la casa de su hermano. 10
Y su casa será llamada en Israel la casa del descalzado.
Esta ley era vigente en la época patriarcal, según se desprende del incidente de Judá e Itamar8. Por Rut 4:1 sabemos que esta ley regía no sólo entre hermanos, sino aun entre parientes. La ley deuteronómica pretende, ante todo, salvar la descendencia del difunto. Por una ficción jurídica, el primer hijo del hermano del difunto y su viuda era considerado como hijo de éste, y como tal heredero en la sociedad israelita. El relato de
Rut_4:1 es el mejor comentario a esta ley. Esta es la llamada ley del
levirato (de
levir = cuñado). En
Lev_18:16 y 20:21 se prohíbe el matrimonio entre cuñados, pero este caso parece una excepción, y se da sólo en determinadas condiciones: que los dos hermanos habiten
uno junto al otro (v.5), lo que parece sugerir que tienen un mismo patrimonio familiar y que el hermano difunto no haya dejado descendencia. Se trata de resucitar su
nombre en Israel y de conservar el patrimonio familiar. El texto no exige que el cuñado (
yabam)
esté soltero. Si éste no quiere tomar a la viuda de su hermano, ésta irá al tribunal de los ancianos de la ciudad y públicamente quitará la sandalia de su cuñado, escupiéndole en la cara por no haber querido suscitar familia a su hermano (
no edifica la casa de su hermano, v.9). Según
Rut_4:7, quitar la sandalia era renunciar a un derecho, pues el acto de posesión de un lugar o cosa se realiza afirmando el pie sobre él9. El rito prescrito en el Deuteronomio es infamante para el cuñado que no quiere casarse con la viuda de su hermano, pues se interpreta como falta de afecto al hermano difunto; de ahí que su casa será llamada
casa del descalzado, del que no quiso
edificar la casa de su hermano (v.10).
En las leyes asirias encontramos esta institución del
levirato, en virtud de la cual la viuda de un hermano muerto sin hijos pasaba automáticamente a ser esposa del otro, aunque la finalidad era diversa de la del Deuteronomio: conservar el derecho a la mujer comprada por la dote del hermano10. Esta misma legislación aparece en los documentos de Nuzu11. En tiempos de Cristo estaba vigente la ley del levirato, y, en ese supuesto, los escribas preguntan a Cristo sobre el marido verdadero de una mujer que se casó con siete hermanos sucesivamente12.
Contra la Deshonestidad (11-12).
11
Si mientras riñen dos hombres, uno con otro, la mujer del uno, interviniendo para librar a su marido de las manos del que le golpea, agarrara a éste por las partes vergonzosas, 12
le cortarás las manos sin piedad.
El rigor de la pena indica la importancia que el legislador hebreo daba a las faltas contra el pudor. Es el único caso en que, fuera de la ley del tallón, se prescribe la pena de mutilación, que era muy frecuente en la legislación babilónica13.
La Equidad en las Pesas y Medidas (13-16).
13
No tendrás en tu bolso pesa grande y pesa chica. 14
No tendrás en tu casa dos efás, uno grande y otro chico. 15
Tendrás pesas cabales y justas, y efás cabales y justos, para que se alarguen tus días sobre la tierra que Yahvé, tu Dios, te dará. 16
Porque es abominación para Yahvé, tu Dios, quien eso hace, cometiendo una iniquidad.
Los profetas reprenden frecuentemente la diversidad de pesas y medidas en las transacciones comerciales 32. En
Lev_19:353 se recomiendan pesas y medidas justas. El no haber control oficial de pesas y medidas daba ocasión para que los comerciantes abusaran, procurándose unas medidas grandes para comprar y otras más pequeñas para vender. El legislador deuteronómico se contenta con amenazar con el juicio de Dios. El código de Hammurabi impone la pena capital por los fraudes en materia comercial14.
Extinción de los Amalecitas (17-19).
17Acuérdate de lo que te hizo Amalee en el camino, a la salida de Egipto; 18cómo, sin temor de Dios, te asaltó en el camino y cayó sobre los rezagados que venían detrás de ti cuando ibas tú cansado y fatigado. 19Cuando Yahvé, tu Dios, te dé el reposo, librándote de todos tus enemigos en derredor, en la tierra que El te dará en heredad para que la poseas, extinguirás la memoria de Amalee de debajo del cielo; no lo olvides.
El caso de los amalecitas condenados al anatema es digno de especial consideración. En
Exo_17:16 se proclama guerra perpetua contra Amalee por haber atacado a los israelitas al salir de Egipto. El deuteronomista se expresa en los mismos términos, y, según
1Sa_15:15, Saúl es reprobado por no haber ejecutado esta sentencia con todo rigor. La verdad es que los amalecitas eran un pueblo nómada, que habitaba en lo más pobre de los desiertos que rodean Israel, y por ello tenía que vivir de la razzia sobre los pueblos sedentarios, más ricos que ellos, o sobre los caminantes de la estepa15. Con un pueblo así no era posible la paz, como no lo es con los salteadores y ladrones. Sus frecuentes violencias acumulaban resentimientos y venganzas en los pueblos asaltados. La justicia exigía aplicarles las más rigurosas penas, que en el derecho antiguo era el anatema o extirpación total de la población. Tal fue la sentencia encomendada por Samuel a Saúl16. Pero el anatema no era tan fácil de ejecutar al pie de la letra, porque los amalecitas, como nómadas y divididos en diversas agrupaciones móviles, eran difíciles de apresar. Así, a pesar de las matanzas bárbaras organizadas por Saúl, aparecen apoderándose de cuanto David tenía en Siceleg17. Sobre todo, lo que el deuteronomista recuerda contra los amalecitas es su asalto contra los israelitas extenuados, que salían de Egipto sin aires guerreros18. Esto era contrario a las leyes humanitarias del desierto, según las cuales se debe auxiliar al necesitado, hambriento y extraviado.
1 Sin embargo, los castigos corporales son conocidos en la Biblia:
Exo_21:20;
Pro_10:13;
Pro_17:26;
Pro_19:29;
Pro_26:3;
Jer_10:2;
Jer_37:5· 2 Art.202. 3 Véase DB I 1500-1502. 4
2Co_11:24. 5 Véase
Mishna, tr.
Makkot III 13-14. 6 Estos tres primeros versículos de este c.25 fueron encontrados en un papiro egipcio que se supone del siglo II antes de Cristo. Cf. Bi (1938) 1-18. 7
1Co_9:9;
1Ti_5:18. 26 Gén 38. 8 Cf.
Gen_12:17;
Jos_10:24. 9 Arts.31-32, 34; 44; véase Cruveilhier,
Le lévirat chez les hébreux et chez les assyriens: RB (1925) 530-531. 10 Véase C.H. Gordon,
Paralléles nouziens aux lois et coutumes de ? Ancien Testament: RB (1935) 37 11 Mt 22:23-28;
Mar_12:18-23;
Luc_20:27-33. Véase
Mishna, tr.
Yebamoth, 12 Cf. Código
de Hammurabi arts.192-195. 13 Cf.
Amo_8:5. El efá (medida de áridos) equivalía a unos 39 litros. 14 Art.108. 15 Cf. 1 Sam 30:1s. 16 Cf. 1 Sam 15:1s. 17 Cf.
1Sa_30:1. 18 Los amalecitas hostigaron a los hebreos, impidiéndoles penetrar en Canaán por el sur (cf.
Num_14:43-45), y después se opusieron a la ocupación de Canaán (
Jue_2:13; 6:
Jue_3:33;
Jue_7:12).