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La hija prudente es un tesoro para el marido,
la hija desvergonzada entristece a su padre.
(Eclesiástico 22, 4) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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22. Pereza, Ineducación, Necedad, Amistad.

El perezoso (22:1-2).
1 Se asemeja el perezoso a una pella de barro; todos silban sobre su infamia. 2 Se parece a una bola de estiércol; quien la toma se sacude las manos.

Estos dos versos intentan poner de manifiesto lo detestable y hasta repugnante que resulta al sabio la indolencia del perezoso. Ben Sirac lo compara a una piedra cubierta de fango y a una bola de estiércol, que repelen a quienes inadvertidamente las tocan. El libro de los Proverbios dice que el haragán es como vinagre a los dientes y humo a los ojos para quien le manda 2. Ben Sirac añade que todos silban sobre su infamia, manera de manifestar el desprecio que data de muy antiguo. Naturalmente, el sabio, diligente por naturaleza, rehuye de todo punto el trato con el perezoso, incapaz de cuanto suponga algún sacrificio.

El hijo mal educado (22:3-6).
3 Es deshonra del padre haber engendrado un hijo indisciplinado; una hija así le nace para su daño. 4 La hija prudente es un tesoro para su marido; la desvergonzada será fuente de disgustos para el que la crió. 5 La hija necia confunde a su padre y a su marido, y por ambos será despreciada. 6 La música en el duelo es cuento fuera de tiempo, pero los castigos y la disciplina son siempre oportunos.

El hijo mal educado es una deshonra para su padre, a quien se culpará de negligencia en la formación de los hijos. Antes afirmó que vale más un hijo bueno que mil malos, y más morir sin hijos que tenerlos impíos 3. Proverbios dice que quien engendra un hijo necio, para su mal lo engendra, pues los primeros que sufrirán las consecuencias de su indisciplina serán los mismos padres4. La afirmación del sabio se verifica sobre todo si la indisciplinada es la hija, porque a la deshonra que su ineducación entraña añadirá para el padre la dificultad en encontrarle un buen marido. Mientras que la hija virtuosa consigue la bendición de Dios y estima de los hombres, y con su prudencia proporciona prosperidad al hogar, y, por lo mismo, gloria a su marido 5, la necia y desvergonzada será el oprobio, primero de los padres y luego también de su marido, que, lejos de amarla con ternura, sentirá desprecio hacia ella. Un buen padre debe procurar evitar tal ignominia a su hija; lo conseguirá no con largas exhortaciones hechas a destiempo, que serían como música alegre en el duelo 6, sino con la disciplina, que templa la voluntad, y el castigo, que en su justa medida será oportuno y muchas veces, especialmente en los años de la infancia, necesario. Por eso aconseja el sabio: no ahorres a tu hijo la corrección, que hiriéndole con la vara librarás su alma del sepulcro7, pues la necedad se esconde en el corazón del niño, y la vara de la corrección la hace salir fuera. 8

El necio (22:7-22).
7 Como quien compone un cacharro roto es el que enseña a un necio; 8 es despertar a un dormilón que duerme profundo sueño, 9 Es hablar con un dormido el hablar con un necio, que al fin acabará por decir: ¿Qué pasa? 10 Llora por un muerto, pues ya se extinguió su luz, y llora por el necio, pues se extinguió su inteligencia. 11 No llores demasiado por un muerto, pues ha logrado el reposo. 12 La vida del necio es peor que la muerte. 13 El duelo por un muerto dura siete días, pero el duelo del necio y del impío todos los días de su vida. 14 Con el necio no hables demasiado, ni vayas con el insensato* 15 Guárdate de él si quieres evitar el fastidio, y no te manchará con su contacto. 16 Apártate de él y tendrás descanso, y no tendrás que sufrir de su necedad. 17 Que es más pesado que el plomo; ¿y cómo llamarle sino necio? 18 La carga de arena, de sal, de hierro, son más fáciles de sobrellevar que un necio. 19 El maderamen bien ensamblado de un edificio no lo desencaja un terremoto; así el corazón afirmado en consejo bien maduro 20 no vacila en tiempo alguno. Corazón que se apoya en pensamiento sabio es como revoque mezclado con arena en muro liso. 21 Empalizada que no se hinca bien no se sostiene contra la fuerza del viento; 22 así el corazón tímido, apoyado en necios pensamientos, no resiste al temor.

Pretender enseñar al necio con consejos y exhortaciones es perder el tiempo. Su mente, dispersa en las mil cosas que ofrecen los sentidos, no sigue las enseñanzas del sabio, ni las quiere seguir, porque son contrarias a sus inclinaciones. Dormido en sus malos hábitos y entregado a sus pasiones, sólo la vara de la corrección le hará reaccionar. En sentido espiritual - comenta Girotti -, las palabras del sabio pueden aplicarse a los pecadores, los cuales, mientras están dominados por el afecto al pecado, no tienen ojos para ver ni oídos para oír. Entonces lo más prudente no será quizá el hablar a ellos de Dios, sino a Dios de ellos, a fin de que El les diga en el interior de su corazón, según la expresión de San Pablo (Efe_5:14): 'Despertad vosotros que dormís; salid de la muerte en que os encontráis, y Jesucristo os iluminará'9. Su condición es más digna de llanto que la muerte misma. El que partió de este mundo se halla ya libre de las miserias de esta vida; el necio está sujeto a la más terrible de todas ellas, que es el pecado; aquél ha muerto a la vida del cuerpo, éste a la vida del alma y amistad con Dios, de modo que, si por el difunto se hacen siete días de luto 10, por el necio pecador se debería hacer duelo todos los días de su vida en que permanece en pecado.
El sabio deberá adoptar la siguiente conducta para con el necio: tratar con él lo indispensable a fin de evitar el fastidio que su conversación produce u y el daño que el contacto con el pecador puede ocasionar; dada la propensión de nuestra naturaleza al mal y la lucha dura que muchas veces supone el bien 12, el dime con quién andas y te diré quién eres suele tener aquí frecuente realidad. Los autores sapienciales no se cansan de poner de manifiesto lo molesto que para el sabio resulta el necio, más que tener que soportar el peso de metales como el plomo; éstos imponen al cuerpo una carga que ciertos medios pueden aliviar; el trato con el necio afecta al espíritu, y las consecuencias del mismo con dificultad se evitan.
Por medio de comparaciones explica Ben Sirac la fortaleza del sabio, que se apoya en las enseñanzas de la sabiduría que ha asimilado mediante la reflexión, y la debilidad frente a las dificultades del necio, que carece de principios serios de conducta. El primero se mantiene firme ante toda adversidad, como resiste al terremoto el edificio cuyos muros están asegurados por un armazón de madera bien ajustada 13; sus principios son consistentes como el revoque mezclado con arena. El segundo, desprovisto de criterios firmes y voluntad fuerte, se rinde ante la dificultad, como el edificio sin fundamentos, que abate la tempestad 14.

La amistad (Efe_22:23-32).
23.24 Quien los ojos se frota saca lágrimas, y el que se punza el corazón descubre sus sentimientos. 25 Quien tira una piedra a los pájaros los espanta; el que afrenta al amigo rompe la amistad. 26 Si desenvainaste la espada contra el amigo, no desesperes, todavía hay remedio. 27 Si hiciste reproches al amigo, no temas, que hay lugar a la reconciliación. Pero ultrajar, revelar secreto, traicionar, son cosas que espantan a todo amigo. 28 Sé fiel al amigo en su pobreza, para que así goces de sus bienes en la prosperidad. 29 Permanece a su lado en el tiempo de la tribulación para que tengas parte de su ventura. 30 Antes del fuego sale por la chimenea el humo; a la sangre preceden los insultos. 31 No me avergonzaré de defender a mi amigo ni me ocultaré de él, que, si algún mal me sucede por él, 32 a él le echarán todos la culpa.

Termina el capítulo con una perícopa sobre el comportamiento, positivo y negativo, que es preciso observar en orden a conservar la amistad, y que puede considerarse como una aplicación práctica del paralelismo anteriormente expuesto entre la sabiduría y la necedad. Comienza advirtiendo lo delicada que es la amistad, comparable a la sensibilidad del ojo ante la acción de la mano que lo frota; a la del pájaro, que huye despavorido ante la piedra lanzada entorno suyo. También ella se resiente con las indelicadezas del amigo y desaparece, sobre todo si éstas llegan al juicio temerario y la injuria.
Hay entre amigos cosas que no rempen la amistad, pero las hay de todo punto intolerables, de modo que no puede con ellas subsistir. Si en una discusión te acaloraste y proferiste una palabra menos agradable, no hubo mala intención, y los amigos unidos por una sincera amistad se perdonan. Pero, si se profieren palabras injuriosas, se revelan secretos 15, se hace traición aprovechando la confianza dada, la amistad se destruye. Viene bien a este propósito la advertencia del v.3o: procura evitar las pequeñas manifestaciones de la ira, porque éstas pueden excitar los ánimos, se hace violenta la discusión, de las palabras se pasa a los hechos, y lo que en un principio fue una sencilla falta de caridad, puede al final hacer correr la sangre.
Tu conducta para con el amigo ha de estar basada en un amor y una fidelidad que no claudiquen ante su pobreza ni ante su tribulación. Es así como podrás estar a su lado el día de la prosperidad, porque con tu fidelidad en las circunstancias adversas diste pruebas de una amistad sincera y leal16. Y esto sin avergonzarte ante los demás de pasar por amigo suyo, dispuesto incluso a defenderlo si es injuriado. Si después él no te corresponde, el mal será para él, pues nadie en adelante confiará en él, mientras que tú serás admirado por todos.

1 El texto griego es más expresivo aún: mancillada por los excrementos. - 2 10,26. -Efe_3 16:3-4. - 4 17:21. - 5 Pro_12:4. - 6 Pro_25:20. - 7 Pro_23:13-14. - 8 Pro_22:15. - 9 O.C:, a 22:9 p-441. - 10 Esta debía de ser la costumbre o ley ordinaria. En el caso de Arón y Moisés se prolongó hasta un mes (Num_20:20; Deu_34:8), y en el de Jacob dos (Gen_50:3). Cf. en 38:18 el parecer de Ben Sirac sobre el particular. - 11 21:19. - 12 Prov 29:9. - 13 1Re_6:36. - 14 La Vulgata añade el v.23: Como el corazón del necio que siente miedo en sus pensamientos, así el que persevera siempre en los preceptos del Señor. La primera parte no está muy de acuerdo con el pensamiento precedente. La segunda contiene un pensamiento conocido que se repite en las adiciones de la Vulgata. - 15 8:17; 9:8-15. - 16 Cf. Luc_31:34.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XXII.

1 Of the slouthfull man, 3 and a foolish daughter. 11 Weepe rather for fooles, then for the dead. 13 Meddle not with them. 16 The wise mans heart will not shrinke. 20 What will lose a friend.
1 A slouthful man is compared to a filthy stone, and euery one will hisse him out to his disgrace.
2 A slouthfull man is compared to the filth of a dunghill: euery man that takes it vp, will shake his hand.
3 An euill nurtured sonne is the dishonour of his father that begate him: and a [foolish.] daughter is borne to his losse.
4 [ Pro_13:22.] A wise daughter shall bring an [ Or, shalbe the heire of her husband.] inheritance to her husband: but shee that liueth dishonestly, is her fathers heauinesse.
5 Shee that is bold, dishonoureth both her father and her husband, but they both shall despise her.
6 A tale out of season [is as.] musick in mourning: but stripes and correction of wisedome are neuer out of time.
7 Who so teacheth a foole, is as one that gleweth a potsheard together, and as hee that waketh one from a sound sleepe.
8 Hee that telleth a tale to a foole, speaketh to one in a slumber: when hee hath told his tale, he will say, What is the matter?
9 If children liue honestly, and haue [ Or an art.] wherwithall, they shall couer the basenesse of their parents.
10 But children being haughtie through disdaine, and want of nurture, doe staine the nobilitie of their kinred.
11 [ Sirach 38.16.] Weepe for the dead, for hee hath lost the light: and weepe for the foole, for he wanteth vnderstanding: make litle weeping for the dead, for hee is at rest: but the life of the foole is worse then death.
12 Seuen dayes doe men mourne for him that is dead; but for a foole, and an vngodly man, all the dayes of his life.
13 Talke not much with a foole, and goe not to him that hath no vnderstanding, [ Sirach 12.12.] beware of him lest thou haue trouble, and thou shalt neuer be defiled [ Or, when he shakes off his filth.] with his fooleries: depart from him, and thou shalt find rest, and neuer bee [ Or, wearied.] disquieted with madnesse.
14 What is heauier then lead? and what is the name thereof, but a foole?
15 [ Pro_27:3.] Sand, and salt, and a masse of yron is easier to beare then a man without vnderstanding.
16 As timber girt and bound together in a building, cannot be loosed with shaking: so the heart that is stablished by aduised counsel, shal feare at no time.
17 A heart setled vpon a thought of vnderstanding, is as a faire plaistering [ Or, of a polished wall.] on the wall of a gallerie.
18 Pales set on an high place will neuer stand against the wind: so a feareful heart in the imagination of a foole, can not stand against any feare.
19 He that pricketh the eye, wil make teares to fall: and he that pricketh the heart, maketh it to shewe her knowledge.
20 Who so casteth a stone at the birds, frayeth them away, and he that vpbraideth his friend, breaketh friendship.
21 Though thou drewest a sword at thy friend, yet despaire not, for there way be a returning (to fauour.)
22 If thou hast opened thy mouth against thy friend, feare not, for there may be a reconciliation: except for vpbraiding, or pride, or disclosing of secrets,
or a treacherous wound, for, for these things euery friend will depart.
23 Be faithfull to thy neighbour in his pouertie, that thou mayest reioyce in his prosperitie: abide stedfast vnto him in the time of his trouble, that thou mayest bee heire with him in his heritage: for a meane estate is not alwayes to be contemned, nor the rich that is foolish, to be had in admiration.
24 As the vapour and smoke of a furnace goeth before the fire: so reuiling before blood.
25 I will not be ashamed to defend a friend: neither will I hide my selfe from him.
26 And if any euill happen vnto me by him, euery one that heareth it will beware of him.
27 [ Psa_141:3.] Who shall set a watch before my mouth, and a seale of wisedome vpon my lippes, that I fall not suddenly by them, & that my tongue destroy me not?

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Educación de los hijos. Muchos males se pueden evitar corrigiendo desde temprano a los hijos. Nótese cómo en el caso de los hijos malcriados, se habla de desgracia, pero en el caso de las hijas, la desgracia es mucho peor. Se trata de una sociedad patriarcal que impone a la mujer unos criterios de conducta y de moral no por lo que ella es en sí misma, sino con miras a no desacreditar a su padre tratándose de una mujer soltera, o a su marido si es ya casada.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



7-8. Estos versículos faltan en los mejores manuscritos.

Torres Amat (1825)



[13] Gen 50, 10.

[18] Prov 27, 3.