Ver contexto
Guárdate de sus ojos descarados,
y no te extrañes si te conducen al mal.
(Eclesiástico 26, 11) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

;;;;;;;;;;;;;;;;;

26
. La Mujer Virtuosa y la Mujer Mala.

Felicidad o Desdicha (26:1-23).
1 Dichoso el marido de una mujer buena; el número de sus días será doblado. 2 La mujer de valer alegra a su marido, cuyos años llegarán en paz a la plenitud. 3 La mujer de valer es una fortuna, los que temen al Señor la tendrán; 4 y sea rico, sea pobre, su corazón será feliz y en todo tiempo mostrará rostro alegre. 5 De tres cosas tiene miedo mi corazón y de una cuarta temo mucho: 6la maledicencia en la ciudad, motín de la muchedumbre 7 y la calumnia; todas tres son peores que la muerte. 8 Dolor de corazón y aflicción es la mujer celosa de otra, 9 y un azote de lengua para cuantos viven con ella. 10 Yunta de bueyes inquietos es la mujer mala; tocarla es como coger un escorpión. 11Del todo enojosa es la mujer borracha, que no ocultará su vergüenza. 12 La liviandad de la mujer se muestra en el descaro de su mirada y en el pestañear de sus ojos. 13 Sobre la hija indócil redobla tu vigilancia, no sea que, hallando ocasión, la aproveche. 14 Vigila sin cesar a la descarada y no te maravilles si te la pega. 15 Cual viajero sediento que abre la boca a toda agua que encuentra, así ella se sienta en cualquier parte y abre su carcaj a cualquier flecha. 16La gracia de la mujer es el gozo de su marido. 17 Su saber le vigoriza los huesos. 18 Un don de Dios es la mujer callada, y no tiene precio la discreta. 19 Gracia sobre gracia es la mujer honesta; 20 y no tiene precio la mujer casta. 21 Como resplandece el sol en los cielos, así la belleza de la mujer buena en su casa. 22 Como lámpara sobre el candelero santo es el rostro atrayente en un cuerpo robusto, 23 Columnas de oro sobre basas de plata son las piernas sobre firmes talones en la mujer bella.

Frente a la desdicha y desgracia que para su marido supone la mujer mala, Ben Sirac, que no siente aversión alguna hacia la mujer en sí, sino hacia la maldad, va a exaltar la dicha y felicidad que supone para el suyo la mujer buena y virtuosa de que hablaba el autor de Proverbios, poniendo de manifiesto con diversas comparaciones las ventajas de ésta sobre aquélla. Comienza proclamando bienaventurado al esposo que supo escoger tal mujer, porque gozará de paz en su hogar, experimentará en él una alegría y contento que ni las riquezas ni los honores proporcionan, con lo que los días de su vida serán doblemente felices. Tal esposa es un don de Dios, y lo merecen quienes tienen al Señor como premio a su virtud y buenas obras 1.
Hay tres cosas temibles, añade en seguida, peores, a su juicio, que la misma muerte: la maledicencia en la ciudad contra un ciudadano honrado a quien se hace objeto de odio y aversión por parte de todos; las turbas amotinadas, sin control, capaces de arrasarlo todo 2, 3; la acusación falsa, que puede causar una condena injusta 3. Pero, con ser estas cosas tan aborrecibles y odiosas, lo es más todavía la mujer celosa (v.8), que sin motivo sospecha de su marido relaciones afectivas con otra mujer, por la que un día podría darle a ella libelo de repudio. Tal infundada sospecha supone para el marido honrado el más tremendo sufrimiento, y la lengua de su mujer se convierte en terrible azote para él, porque referirá a todos sus infundadas sospechas, destruyendo su buen nombre.
Otros tres tipos de mujer hacen la vida sumamente desagradable: la mujer mala, la que se propasa en el vino y la deshonesta. La convivencia con la primera es comparada a la yunta de bueyes que, debiendo hacer su trabajo común, cada animal tira para su lado. Si marido y mujer no se entienden y no marchan de acuerdo - lo que no es fácil con la mujer mala -, no habrá vida feliz ni próspera. Intentar corregir a tal mujer sería como coger un escorpión, que te inyectará su veneno mortal, desatará su lengua en palabras injuriosas y reproches contra quien la contradiga. La mujer que se embriaga constituye una de las mayores deshonras en que una mujer puede incurrir; deshonra, por lo demás, que, por perder precisamente el sentido, no podrá ocultar a los demás. Un antiguo Padre llegó a decir que la embriaguez en una mujer es un sacrilegio. Según la ley de Rómulo, la mujer romana que bebía vino era castigada como adúltera 4. La disoluta pone de manifiesto su condición con su mirada descarada y sus ojos seductores. El sabio presenta maravillosamente bien su retrato en los primeros capítulos de los Proverbios. Estas consideraciones sugieren dos consejos al sabio; el primero, para el padre respecto de la hija indócil, recomendándole una vigilancia especial sobre ella a fin de evitarle las ocasiones de pecar, sobre todo cuando aparecen los primeros impulsos de las pasiones. El segundo aconseja a todos la vigilancia frente a la mujer descarada, que tiende asechanzas a todo aquel con quien se encuentra y con sus artimañas hace caer aun a los fuertes. La sensualidad crea en ella una sed que nunca se sacia5.
Frente al cuadro que presenta la mujer mala, Ben Sirac hace de nuevo el elogio de la mujer virtuosa y constata los beneficios que a su marido reporta. Los valores que Ben Sirac quiere hacer resaltar en esta ocasión son la gracia, que inspira el conjunto de cualidades morales y humanas: su habilidad para las cosas de hogar, su discreción en el saber guardar silencio, virtud tan admirable y rara en la mujer, que el sabio la considera como un don de Dios verdaderamente estimable; la modestia y castidad, que constituyen su más estimado valor. Todo lo cual produce en el marido el más íntimo y profundo gozo y el vigor de los huesos; aquél repercutirá en la misma salud y bienestar corporal dada la mutua influencia del alma y del cuerpo 6.
Con tres gráficas comparaciones, Ben Sirac quiere poner de relieve el encanto de la belleza de la mujer cuando va unida a la virtud. Como el sol ilumina con su luz y anima y alegra con su calor la naturaleza, así la mujer virtuosa irradia a todo en su casa gozo y alegría. Como luce majestuosa la lámpara sobre el candelabro de oro de siete brazos colocado en el templo, así aparece entre los suyos la mujer que a la virtud añade el encanto de su mirada y unas esbeltas cualidades físicas. Todo en ella es gracia y atractivo, majestuoso como las columnas del templo, recubiertas de oro, que se apoyaban sobre pies de plata en una armonía perfecta. También su manera de andar grave y moderada indica la seriedad y compostura de ánimo de una mujer sabia7.

Tres cosas tristes (26:24-27).
24-25 Dos cosas entristecen mi corazón y una tercera excita mi cólera: 26 rico reducido a la miseria y varón prudente que es menospreciado; 27 el que de la justicia cae en pecado, a quien destina el Señor a la espada.

Pasando del ambiente familiar a la vida social, comienza manifestando la impresión que le producen ciertos contrastes de antiguas y nuevas situaciones no raros en la vida: el rico que, habiendo disfrutado de riquezas y estando habituado a toda clase de comodidades, se ve reducido a la miseria y carece tal vez de lo indispensable para vivir8; el hombre prudente que, habiendo prestado con sus consejos quizás preciosos servicios al Estado 9, es después menospreciado, como ocurre muchas veces en las convulsiones y revoluciones de los pueblos. Causan profunda indignación semejantes ingratitudes e injusticias para con hombres tan beneméritos. Pero hay algo todavía más triste e indignante: el que un justo abandone la amistad de Dios por un miserable placer o una criatura humana. Pecado que Dios castigará con todo rigor 10.

1 Prov 12:4; 13:10; 18:22; 19:14. - 2 1 Re 21; Hec_19:23-40. - 3 1 Re 21; Dan 13. - 4 plin., XIV 13; valer. max., VI 3. - 5 Prov 30,16. - 6 Pro_3:8; Pro_15:30. - 7 El v.24 de la Vulgata dice: Cimientos sólidos sobre roca firme son los mandamientos de Dios en el corazón de la mujer santa. Quiere completar lo anterior indicando dónde está el verdadero fundamento de la virtud y gracia de la mujer. El Cód. Alej., los manuscritos griegos 70,248 y las versiones siria y árabe añaden los diez versos siguientes, que suprime también la Vulgata y repiten conceptos ya expresados: 25 Hijo mío, guarda sana tu sangre juvenil y no entregues a extrañas tu vigor. 26 Teniendo tú un fértil campo, conténtate con sembrar en él; 27 así tus retoños serán tuyos y no derramarás tu simiente por doquier.28 La mujer mercenaria es el desecho, la casada es torre de muerte para quien se le acerca.29 La mujer impía es el castigo del indigno; la piadosa, el premio del que teme al Señor.30 La mujer desvergonzada desconoce la vergüenza; la honesta tiene vergüenza aun de su marido. 31 La desvergonzada debe ser tratada como un perro; la que tiene vergüenza teme al Señor. 32 La mujer que honra a su marido es de todos tenida por sabia; la que le desprecia es por todos conocida por impía. 3 3 El disputar de la mujer es pasajero,! es una fiebre ligera. 3 4 La mujer regañona y ligera de lengua es como clarín de enemigo, que incita a la respuesta. Pero si el marido es como ella, regañón, toda su vida se la pasarán en guerras. - 8 El texto griego dice: un hombre de guerra, que, después de haber prestado servicios inestimables a su patria, se ve al fin olvidado y relegado a la miseria, - 9 Ecl_9:11-15. - 10 Sal_63:11.


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XXVI.

1 A good wife, 4 and a good conscience doe glad men. 6 A wicked wife is a feareful thing. 13 Of good and bad wiues. 28 Of three things that are grieuous. 29 Merchants and hucksters are not without sinne.
1 Blessed is the man that hath a vertuous wife, for the number of his dayes shall be double.
2 A vertuous woman reioyceth her husband, and he shall fulfill the yeeres of his life in peace.
3 A good wife is a good portion, which shall be giuen in the portion of them that feare the Lord.
4 Whether a man be rich or poore, if he haue a good heart towards the Lord, he shall at all times reioyce with a cheerefull countenance.
5 There bee three things that mine heart feareth: and for the fourth I was sore afraid: [ Greek: an euill report.] the slander of a citie, the gathering together of an vnruly multitude, and a false accusation: all these are worse then death.
6 But a griefe of heart and sorrow, is a woman that is ielous ouer another woman, and a scourge of the tongue which communicateth withall.
7 An euil wife is a [ Or, a yoke of oxen.] yoke shaken to and fro: he that hath hold of her, is as though he held a scorpion.
8 A drunken woman and a gadder abroad, causeth great anger, and shee will not couer her owne shame.
9 The whordome of a woman may be knowen in her haughtie lookes, and eye lids.
10 [ Sirach 44.11.] If thy daughter be shamelesse, keepe her in straitly: lest she abuse her selfe through ouermuch libertie.
11 Watch ouer an impudent eye: and marueile not, if shee trespasse against thee.
12 Shee will open her mouth as a thirstie traueiler, when he hath found a fountaine: and drinke of euery water neere her: by euery [ Or stake.] hedge will she sit downe, and open her quiuer against euery arrow.
13 The grace of a wife delighteth her husband, and her discretion will fat his bones.
14 A silent and louing woman is a gift of the Lord, and there is nothing so much worth, as a mind well instructed.
15 A shamefast and faithfull woman is a double grace, and her continent mind cannot be valued.
16 As the Sunne when it ariseth in the [ Greek: in the highest places of the Lord.] high heauen: so is the beautie of a good wife in the [ Or, ornament.] ordering of her house.
17 As the cleare light is vpon the holy candlesticke: so is the beautie of the face [ Or, in constant age.] in ripe age.
18 As the golden pillars are vpon the sockets of siluer: so are the [ Or, comely.] faire feete with a constant [ Or, brest.] heart.
19 My sonne, keepe the flowre of thine age sound: and giue not thy strength to strangers.
20 When thou hast gotten a fruitfull possession through all the field: sowe it with thine owne seede, trusting in the goodnesse of thy stocke.
21 So thy race which thou leauest shalbe magnified, hauing the confidence of their good descent.
22 An harlot shall bee accounted as [ Or, a swine.] spittle: but a maried woman is a towre against death to her husband.
23 A wicked woman is giuen as a portion to a wicked man: but a godly woman is giuen to him that feareth the Lord.
24 A dishonest woman contemneth shame, but an honest woman will reuerence her husband.
25 A shamelesse woman shalbe counted as a dog: but she that is shamefast will feare the Lord.
26 A woman that honoureth her husband, shall bee iudged wise of all: but she that dishonoureth him in her pride, shall be counted vngodly of all.
27 A loude crying woman, and a scolde, shall be sought out to driue away the enemies.
28 There be two things that grieue my heart: and the third maketh me angry: a man of warre that suffereth pouerty, and men of vnderstanding that are not set by: and one that returneth from righteousnesse to sinne: the Lord prepareth such a one for the sword.
29 A merchant shall hardly keepe
himselfe from doing wrong: and an huckster shall not be freed from sinne.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

La mujer mala - La mujer buena - Exhortación. Salen aquí a flote los conceptos socio-culturales y religiosos de toda la época del Antiguo Testamento concentrados en esta instrucción. Por supuesto que una lectura femenina de este pasaje, antes de enjuiciar al autor, debe primero tener en cuenta esos parámetros socio-culturales en que él se mueve, no propiamente para justificarlo, sino más bien para caer en la cuenta de que cada uno es hijo de su tiempo y que a Ben Sirá no se le puede exigir ningún giro especial en el comportamiento social patriarcal de su época, toda vez que no era su interés al poner por escrito su pensamiento. Esta aproximación descriptiva de lo que es la buena y la mala mujer no es más que la constatación del comportamiento social de una época y el reflejo de unos valores culturales que desde luego tienen que ser modificados e iluminados a la luz de las enseñanzas de Jesús, pero más especialmente a la luz de sus actitudes reales y concretas respecto a la mujer. Pasajes como este no hay que ignorarlos ni nos deben exasperar; por el contrario deberíamos mantenerlos a la mano para poder ir estableciendo con hechos reales y concretos las diferencias -si es que de verdad las hay- entre el modo de ser y de pensar de aquella «lejana» época patriarcal respecto a la mujer, y nuestras relaciones actuales con ellas y la visión que de sí misma tiene la mujer contemporánea.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— te falta al respeto: Otra posibilidad de traducción sería: si te arrastra al mal.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



18. Los versículos que faltan no figuran en los mejores manuscritos.