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Ni siquiera los santos del Señor son capaces
de contar todas sus maravillas,
que el Señor omnipotente ha establecido firmemente,
para que el universo subsista en su gloria.
(Eclesiástico 42, 17) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

Times New Roman ;;;;;;;;;;;;;;;;;

42. Falsa Vergüenza, las Hijas, las Obras de Dios.

Cosas de que uno no debe avergonzarse (42:l-8).
lb Pero he aquí de qué no has de avergonzarte ni tener temor de hacerlo: 2 de la ley del Altísimo y de su alianza; de la condenación pronunciada contra el impío; 3 de arreglar las cuentas con el amo y con el compañero y de la partición de una herencia o de una propiedad; 4 de la justeza en la balanza y en los pesos, ni de comprobar el peso y la medida; 5 ni de comprar poco o mucho, ni de ajustar el precio con el vendedor; ni de corregir con frecuencia a los hijos, ni de azotar hasta la sangre al siervo rebelde; 6 ni de sellar la puerta de la casa donde hay una mala mujer, ni de echar la llave donde hay muchas manos; 7 de marcar lo que deposites; de anotar en libro con cuidado lo que des o recibas; 8 ni de reprender al insensato y al necio, y aun al anciano sospechoso de liviandad. Así serás verdaderamente honrado de todos y tendrás la aprobación de todos.

Pero no basta lo precedente. Junto a la lista de cosas mencionadas que el hombre prudente debe evitar, Ben Sirac va a dar a sus lectores otra, en idéntica forma, de cosas que ha de practicar sin dejarse llevar de respetos humanos. Ante todo han de cumplir la ley del Altísimo en medio de los paganos y frente a la conducta de los judíos apóstatas; avergonzarse de ello sería una cobardía imperdonable y peligrosa para un israelita, que caería él mismo por ese camino en la apostasía. Jesucristo nos enseñó a los cristianos que a quien le confesare delante de los hombres, le confesaría El delante de su Padre celestial; pero a quien le negare con sus palabras o con sus obras, El también lo negará delante de su Padre, que está en los cielos 1. Condenar al impío, cuando la razón está de su parte, por el mero hecho de que lo sea, es obrar contra la justicia; se debe absolver al inocente y condenar al que obró mal, sin miramientos humanos, según ordena la Ley 2. No debes tener reparo alguno en arreglar tus cuentas con los compañeros de negocio o de viaje llevado de infundados respetos humanos, ni en exigir, respecto de una herencia, tus derechos, haciendo sea distribuida según justicia y no conforme a ambiciones ilegítimas, pensando lo que puedan decir. No haces más que lo que la justicia reclama. Por lo demás, cuentas bien arregladas evitan muchos disgustos. Ni avergonzarte de usar pesos y medidas exactas en tus ventas, aunque los demás comerciantes que las falsean te tilden de ingenuo o hagan irrisión de ti. Vale menos con honor y buen nombre que más obtenido con injusticia. Además que no obtendrá menor beneficio quien es más justo en sus pesos y medidas. El autor de Proverbios recomienda muchas veces como cosa muy agradable a Yahvé tal exactitud 3. En tus compras guíate por las necesidades de tu hogar y compra lo que para satisfacerlas necesitas, sin atender al qué dirán, y no tengas inconveniente alguno en ajustar el precio con el comerciante, dada su tendencia a exigir más de lo justo. Tendrás también gran cuidado en corregir a su debido tiempo á tus hijos, sin temor a ser considerado excesivamente duro para con ellos; las consecuencias de la ineducación de los hijos son fatales tanto para ellos como para sus padres, como afirman repetidamente los sabios 4. Y lo mismo harás con tu siervo, a quien aplicaras el mas duro castigo para reducirlo a fidelidad; privado de miras sobrenaturales, era a veces el único medio de hacerle cumplir con su trabajo 5.
No te retraigas, por respetos humanos, de sellar la puerta de tu casa si en ella hay mujer mala; si ello te parece una deshonra, piensa la que podría venir si no tomas a tiempo las precauciones debidas. Ni de tener bajo llave tus cosas cuando hay por medio muchas manos, alguna de las cuales puede sentirse tentada a no ser fiel. Ni de marcar lo que depositas y anotar con cuidado lo que das y recibes, conforme hacían ya los antiguos egipcios. Y todo esto no por mero espíritu de desconfianza, sino para una prudencia humana, que debe evitar a los demás la tentación en que fácilmente pueden caer los miembros de la familia, y sobre todo los sirvientes no dignamente retribuidos; prudencia que, puesta en práctica, libra de muchos disgustos y dolores de cabeza. Finalmente, tendrás fortaleza para reprender al hombre insensato, que habla u obra estúpidamente, e incluso al mismo anciano sospechoso de liviandad. Es intolerable este vicio en él6. Concluye como en la sección anterior: quien sin respetos humanos de ninguna clase es fiel a las cosas enumeradas, obtendrá la admiración y aplauso de los demás.

Especiales precauciones con las hijas (42:9-14).
9 Una hija es para el padre un tesoro que hay que guardar, un cuidado que quita el sueño, por que en su juventud no sea violada y no sea aborrecida después de casada; 10 en su doncellez no sea deshonrada, y se vea encinta en la casa de su padre; que no sea infiel al marido, y bien casada sea estéril. 11 Hijo mío, sobre la hija atrevida refuerza la vigilancia, no te haga escarnio de tus enemigos, fábula de la ciudad, objeto de burla entre el pueblo, y te avergüence en medio de la muchedumbre. Que su habitación no tenga ventana, ni en la alcoba donde por la noche duerme haya entrada que dé a ella, 12 que no muestre su belleza a ninguno ni tenga trato íntimo con mujeres. 13 Porque de los vestidos sale la polilla, y de la mujer la maldad femenil. 14 Mejor es la rudeza del varón que la mujer zalamera, y la hija deshonrada es el oprobio de los padres.

Con el tema de la verdadera y falsa vergüenza relaciona Ben Sirac el del pudor de las hijas, para recomendar a sus padres otra vez la vigilancia sobre ellas. Para un padre, la hija en los años de su adolescencia y juventud es un tesoro, sobre todo por su virtud; pero supone para él un montón de preocupaciones: que no mancille su virtud con el mayor deshonor que puede venir a una joven; su estima por parte del marido una vez casada; su fidelidad a éste en el matrimonio; la posibilidad de que, bien desposada, fuese estéril, con lo que tenía que renunciar a la mayor gloria de una mujer israelita, que era contarse entre las ascendientes del Mesías 7.
Para el caso de la hija un poco libertina, que con sus imprudencias puede poner en peligro su pudor, Ben Sirac señala a su padre unas cuantas precauciones humanas encaminadas a evitar los peligros que podrían llevarla a la ruina moral: evitar toda posibilidad de que alguien pueda llegar a ella durante la noche, cuidar de que su belleza no fascine a alguno a la tentación y le tienda un lazo hacia el mal, y no permitirle el trato con mujeres casadas, de conversaciones licenciosas inconvenientes para ella. Una hija deshonrada, le advierte, constituye una ignominia para su padre, que daría a sus enemigos motivo de hirientes críticas; un oprobio que le echarían en cara sus mismos parientes y vecinos, y un objeto de comentario desfavorable para cuantos tuviesen noticia de ello. Todo lo cual debe inducir al padre a poner en práctica los precedentes consejos respecto de su hija.
Concluye con una comparación hiperbólica: es menos peligrosa la maldad de un hombre que la zalamería de una mujer respecto de una joven. A los sentimientos delicados de ésta y a su amor instintivo hacia la virtud repele la maldad y rudeza del hombre, resaltándole menos peligrosa que la amistad con tales mujeres, quienes le enseñarían esas artimañas maliciosas femeninas que arrastran al pecado, y que son a las mujeres libertinas tan naturales como a los vestidos la polilla.

1 Mt 10,32. - 2 Deu_1:17. -Deu_3 11:1; Deu_16:11. -Deu_4 30:1-13; Deu_33:33-40. -Deu_5 33:25-30; Pro_29:19-21. - 6 25:4- - 7 Exo_23:26; Deu_7:14; Jer_22:30.


Parte Tercera.

La Sabiduría en la Naturaleza y en la Historia de Israel.
La tercera parte del Eclesiástico comprende dos secciones, La primera (42:15-43:37) canta la gloria de Dios - su sabiduría, majestad y omnipotencia -, que resplandece en las obras de la creación. La segunda (44:1-50:28) es también un canto a la gloria de Dios - su predilección, providencia y bondad -, que se manifiesta en la historia del pueblo escogido. Ambas, aplicación práctico-histórica de las dos primeras partes del libro, vienen a ser como un maravilloso Te Deum que encierra la esencia de la religión del Antiguo Testamento: Yahvé es el Creador y Señor del mundo y el Dios amante de su pueblo (Hamp).
Difiere de las partes precedentes por su contenido y por su forma literaria. En lugar de las sentencias de contenido moral, tenemos aquí un himno a los atributos divinos mencionados, que se reflejan en las obras de la creación, y en particular en la historia de los personajes ilustres de Israel. Y en lugar del género gnómico que prevalecía en aquéllas, Ben Sirac describe en éstas, con un carácter esencialmente lírico, las obras de la creación, y narra la historia de los héroes de Israel, presentando unas y otros como ejemplos prácticos de la doctrina sapiencial encerrada en las sentencias de las secciones precedentes.


Sección 1. (42:15-43:37).
Himno a la Sabiduría Divina.

Maravilla de las obras de Dios (42:15-26).
15 Voy a traer a la memoria las obras del Señor y a pregonar lo que he visto. Por la palabra del Señor existe todo, y todo cumple su voluntad según su ordenación: 16 el sol sale y lo alumbra todo, y la gloria del Señor se refleja en todas sus obras. 17 No pueden los santos enumerar suficientemente ni contar todas sus maravillas. E1 Señor fortaleció a todos sus ejércitos angélicos para asistir delante de su gloria. 18 El investiga el abismo y el corazón del hombre y penetra todas sus reconditeces. 19 Conoce lo pasado y lo venidero, aun lo más oculto. 20 No hay pensamiento que se le escape, ni palabra oculta para él. 21 E1 ordenó la grandeza de su sabiduría, pues El existe antes de los siglos y por los siglos. 22 Nada tuvo que añadir ni quitar, y no necesitó consejo de nadie. 23 ¡Cuan deleitables son todas sus obras! Y es sólo como una chispa lo que de ellas podemos conocer. 24 Todo vive y permanece para siempre, y todo le obedece. 25 Difieren todas unas de otras, y no hay nada inútil. 26 Uno contribuye al bien del otro; ¿quién se saciará de admirar su belleza?

El autor advierte de antemano que va a referir lo que él ha podido conocer a través de una diligente consideración de las obras de Dios, ya que no es posible ni a los santos enumerar sus maravillas, como afirmará en seguida. Comienza con una afirmación tajante, que recuerda el primer capítulo del Génesis, atribuyendo a la palabra divina 8, que los antiguos concebían como una fuerza concreta, la creación de las cosas, añadiendo que todas ellas cumplen con exacta fidelidad las leyes impuestas por el Creador. Como sale el sol y lo alumbra todo, sin que nada pueda escapar a sus luminosos rayos, así la gloria de Dios, su poder y sabiduría, se manifiesta en todas ellas de una manera tan clara y palpable, que basta una inteligencia mediocre para descubrir vestigios de esos atributos en las maravillas de la creación, si bien comprenderlas plenamente es imposible aun a los mismos ángeles 9, que han sido creados para estar presentes ante los resplandores de la gloria divina 10.
Dios conoce las profundidades del abismo, región inaccesible a las exploraciones humanas 11. Y de la misma manera los más profundos secretos y repliegues del corazón humano, de modo que no hay pensamiento en el hombre al que él no esté presente, ni palabra que pueda pasarle inadvertida 12. Sabe todas las cosas, conoce el curso de los astros, creados por Dios para servir de señales a las estaciones, los días y los años 13, y por eso puede revelar el pasado y manifestar lo futuro a sus profetas 14.
El que ha existido desde la eternidad y existirá por todos los siglos, ha creado todas las cosas con su sabiduría, las que brillan en el universo y las que se ocultan en el microcosmos humano, fijando su número y determinando su mayor o menor grandeza y su orden; nadie ha tenido que aconsejarle 15. Fue su sabiduría quien le asistió como arquitecto en la obra de la creación 16, de modo que realizó todas las cosas conforme a los planes previstos, como atestigua el primer capítulo del Génesis, de modo que no precisan sus obras, como tantas veces las humanas, de ser retocadas, mejoradas 17.
Al llegar aquí, Ben Sirac exclama entusiasmado: ¡Cuan amables, dignas de admiración, son las obras de Dios! Y eso que, advierte, lo que nosotros podemos conocer de su magnificencia no es más que como una chispa que salta de un inmenso incendio. Son verdaderamente admirables por su duración estable frente al hombre, que tan pronto pasa 18; por su obediencia a las leyes divinas, que contrasta tantas veces con la rebeldía del hombre a sus mandamientos; por la variedad de las mismas dentro de la unidad del orden y últimos fines que engendra la armonía y belleza del universo; por el fin determinado a que cada una está destinada, lo que hace que ninguna de ellas resulte inútil; finalmente, por esa relación u ordenación de unas a otras con que mutuamente se ayudan y complementan: la materia subsiste por la forma, la potencia por el acto, el color blanco resalta frente a lo negro, el día sucede a la noche, el calor al frío. Todo ello constituye esa belleza del universo, reflejo de la sabiduría divina, que el hombre nunca se saciará de contemplar.

1 Mt 10,32. - 2 Deu_1:17. -Deu_3 11:1; Deu_16:11. -Deu_4 30:1-13; Deu_33:33-40. -Deu_5 33:25-30; Pro_29:19-21. -Pro_6 25:4-7 Exo_23:26; Deu_7:14; Jer_22:30. - 8 Sal_23:6.9; Sal_43:26; Sab_9:1; Jua_1:2-3. - 9 Deu_33:2s; Job_5:1; Job_15:15; Sal_89:6-9. - 10 Isa_6:2; Job_4:17-18; Job_15:15-16. - 11 Job 26:6; 38:16; Sal_37:7; Sal_36:7. -Sal_12 39:16-31; Sal_139:1-16; Sab_1:6-10. - 13 Gen_1:14. - 14 Isa_41:22-24; Isa_42:9; Isa_43:9; Isa_44:7, etc. - 15 Isa_40:13; Rom_11:14. - 16 Pro_8:30. - 17 Ecl_3:14. -Ecl_18 18:8.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XLII.

1 Whereof we should not be ashamed. 9 Be carefull of thy daughter. 12 Beware of a woman. 15 The workes and greatnes of God.
1 Of these things be not thou ashamed, and accept no person to sinne thereby.
2 Of the Law of the most High, and his Couenant, and of iudgement to iustifie the vngodly:
3 Of [ Or, of thy partners speech.] reckoning with thy partners, and [ Or, companions.] traueilers: or of the [ Or, of the giuing.] gift of the heritage of friends:
4 Of exactnesse of ballance, and waights: or of getting much or little:
5 And of merchants [ Or, without profit.] indifferent selling, of much correction of children, and to make the side of an euill seruant to bleed.
6 Sure keeping is good where an euill wife is, and shut vp where many hands are.
7 Deliuer all things in number and waight, and put al in writing that thou [ Or, dealest for.] giuest out, or receiuest in.
8 Be not ashamed to [ Or, rebuke.] informe the vnwise and foolish, and the extreeme aged [ Or, that is accused of fornication.] that contendeth with those that are yong, thus shalt thou bee truely learned and approued of all men liuing.
9 The father waketh for the daughter when no man knoweth, and the care for her taketh away sleepe; when shee is yong lest shee passe away the flowre of her age, and being married, lest she should be hated:
10 In her virginitie lest she should be defiled, and gotten with childe in her fathers house; and hauing an husband, lest she should misbehaue herselfe: and when shee is married, lest shee should be barren.
11 Keepe a sure watch ouer a shamelesse daughter, lest shee make thee a laughing stocke to thine enemies, and a by-word in the citie, and a reproch among the people, and make thee ashamed before the multitude.
12 Behold not euery bodies [ Sirach 25.23.] beauty, and sit not in the midst of women.
13 For from garments commeth a moth, and [ Gen_3:6.] from women wickednesse.
14 Better is the [ Or, wickednesse.] churlishnesse of a man, then a courteous woman, a woman I say, which bringeth shame and reproch.
15 I will now remember the works of the Lord, and declare the things that I haue seene: in the words of the Lord are his workes.
16 The Sunne that giueth light, looketh vpon all things: and the worke thereof is full of the glory of the Lord.
17 The Lord hath not giuen power to the Saints to declare all his marueilous workes, which the Almightie Lord firmely setled, that whatsoeuer is, might be established for his glory.
18 He seeketh out the deepe and the heart, and considereth their crafty deuices: for [ Or, the highest.] the Lord knoweth all that may be knowen, and he beholdeth the signes of the world.
19 Hee declareth the things that are past, and for to come, and reueileth the steps of hidden things.
20 No [ Job_41:4; Isa_21:15.] thought escapeth him, neither any word is hidden from him.
21 Hee hath garnished the excellent workes of his wisedome, and hee is from euerlasting to euerlasting, vnto him may nothing be added, neither can he be diminished, and he hath no need of any counseller.
22 O how desireable are all his workes: and that a man may see euen to a sparke.
23 All these things liue and remaine for euer, for all vses, and they are all obedient.
24 All things are double one against another: and hee hath made nothing vnperfit.
25 One thing establisheth the good of another: and who shalbe filled with beholding his glory?

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*42:15-43:33 Este himno es una bellísima alabanza de la soberanía y suprema sabiduría del Creador que se extiende por el universo entero. El discípulo que frecuenta la escuela del sabio debe aprender, entre otras cosas, a contemplar las innumerables huellas de Dios en la creación. Para Ben Sira, la contemplación del universo es un medio indispensable para progresar en la búsqueda de la auténtica sabiduría, es decir en la búsqueda de Dios, el único sabio.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— santos: Algunos traducen “fieles”, otros “ángeles”; esta segunda opción parece más probable.

— su grandeza: En la versión griega parece referirse a la grandeza de las obras creadas. Sin embargo, el texto hebreo propone una lectura un tanto distinta en la que se trataría de la grandeza de Dios, a saber: ha fortalecido sus ejércitos para que se mantengan ante su gloria.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

El Creador. Comienza aquí un largo himno a la naturaleza y a la historia. El tema introductorio es sobre el Creador, donde se resalta la gran sabiduría del Artífice de todo cuanto existe y su designio para que todo cumpla perfectamente su función. Esta armonía y belleza de la creación son motivo para alabarlo y bendecirlo.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

42:17 (a) Es decir, los ángeles, Job_5:1+.

42:17 (b) Hebr. (para 17c-d): «el Señor ha concedido a sus ejércitos el subsistir ante su gloria».

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



16. Ver Isa_6:3.

17. "Los santos del Señor": ver nota Sal_89:7-8.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

42:17 (a) Es decir, los ángeles, Job_5:1+.

42:17 (b) Hebr. (para 17c-d): «el Señor ha concedido a sus ejércitos el subsistir ante su gloria».

Jünemann (1992)


17 m. El gran, todo el universo.


Torres Amat (1825)



[9] 1 Cor 7, 36.