Ver contexto
Antes de él nunca se vieron cosas semejantes,
y jamás un extraño se vistió de ese modo,
sino sólo sus hijos,
y sus descendientes para siempre.
(Eclesiástico 45, 13) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

Times New Roman ;;;;;;;;;;;;;;;;;

45. Moisés y Aaron.

Moisés (45:1-6).
1 Amado de Dios y de los hombres, Moisés, cuya memoria vive en bendición, 2 se hizo en la gloria semejante a los santos, y le engrandeció naciéndole espanto de los enemigos, 3 Con su palabra hizo cesar los vanos prodigios y le honró en presencia de reyes. Le dio preceptos para su pueblo y le hizo ver su gloria. 4 Por su fe y mansedumbre le escogió de entre toda carne. 5 Le hizo oír su voz y le introdujo en la nube. 6 Cara a cara le dio sus preceptos, la ley de vida y de sabiduría, para enseñar a Jacob su alianza, y sus juicios a Israel.

Moisés fue el hombre escogido por Dios para caudillo de su pueblo y venerado por los israelitas como su libertador de la esclavitud de los egipcios. El Señor lo hizo en la gloria semejante a los santos. El Elohim del texto hebreo, que puede significar Dios, en cuyo caso sería una alusión a 4:16 y 7:1, donde dice el Señor a Moisés que será para Aarón y el faraón, respectivamente, como Dios, o los ángeles, término por el que los LXX traducen con frecuencia el Elohim 1, en cuyo caso se referiría a los efectos exteriores de las visiones de Dios descritas en Exo_34:29-35. Dios le hizo temible ante sus enemigos desencadenando contra ellos las plagas, y admirable haciéndolas cesar con su sola palabra. Así, el Señor le honró ante el faraón, que, rendido al fin, tuvo que ceder en su ciega obstinación y permitir la salida del pueblo israelita, y más tarde ante Agag, rey de Amalee; Og, rey de Basan; Seón, rey de los amorreos, vencidos por él y despojados de sus reinos 2.
Pero la gloria más grande de Moisés radica en haber recibido de Dios las tablas de la Ley y en ser el gran legislador del pueblo de Dios. El lo escogió para esta gran misión por su gran fe en el Señor, que lo hizo su hombre de confianza 3, y su probada mansedumbre frente a un pueblo de dura cerviz; era Moisés, atestigua el autor de los Números, hombre mansísimo, más que cuantos hubiese sobre la faz de la tierra 4. La Iglesia ha tomado este elogio de Moisés para la epístola de la misa de abades, quienes deberán sobresalir por una fidelidad extraordinaria a Dios, que los haga dignos representantes suyos, y una dulzura y mansedumbre sin igual para con sus subditos, a semejanza de Cristo.
Yahvé en el monte Sinaí hizo oír su voz a Moisés y lo hizo entrar en la nube en que El se ocultaba 5, y conversó cara a cara con Moisés, como habla un hombre a su amigo6, de modo que, al bajar del monte, su rostro se había hecho radiante por la visión divina. Allí le dio los preceptos de la Ley, ley de vida y de sabiduría (v.6), porque aquéllos encierran la ciencia que enseña a vivir conforme a la voluntad de Dios, mediante la cual se obtiene una vida larga y feliz en la tierra prometida. Nosotros sabemos, además, que su cumplimiento lleva a la patria celestial, de que aquélla era símbolo 7. Con ello Dios establece un pacto bilateral con su pueblo escogido. El se compromete a introducirlos en la tierra prometida y mantenerlo en paz en ella; los israelitas, por su parte, se comprometen a guardar la Ley, no reconociendo otro dios alguno que Yahvé. En torno al cumplimiento y defecciones por parte de Israel y de las bendiciones y castigos por parte de Dios gira toda la historia bíblica.

Aarón (Exo_45:7-31).
7 Elevó a Aarón haciéndole santo, semejante al hermano de Moisés, de la tribu de Levi; 8 y estableció con él una alianza eterna y le dio el sacerdocio del pueblo. Le honró con ricos ornamentos 9 y le ciñó una túnica espléndida; le vistió con suntuosa magnificencia y le destinó vestidos honrosos, 10 los calzones, la túnica y la sobretúnica; le rodeó de granadas de oro y de muchas campanillas en torno, 11 para que sonasen cuando él andaba y se oyera su sonido en el santuario, para avisar a los hijos de su pueblo. 12 Le vistió con vestidos santos, tejidos de oro, púrpura y jacinto; de púrpura roja, obra primorosa, el pectoral del juicio, con los urim y los tummim. 13 Hecho de hilo de púrpura escarlata, obra plumaria de hábil artista; de piedras diversas talladas como los sellos, engastadas en oro, obra de joyero, para memoria por la escritura tallada, según el número de las tribus de Israel. 14 Le puso una diadema de oro sobre la tiara, con esta inscripción grabada: Santidad, insignia de honor, obra magnífica, placer de los ojos, obra de acabada belleza. 15 Antes de Aarón nadie se vistió jamás ni se vestirá como él; 16 ningún extraño la vestirá, sino sólo sus hijos y los que descienden de ellos por siempre. 17 Sus sacrificios serán ofrecidos dos veces cada día perpetuamente. 18 Moisés le llenó las manos y le ungió con el óleo santo. 19 Y fue esta consagración un pacto eterno, para él y para su descendencia por los días del cielo, para servir al Señor en el ejercicio del sacerdocio y bendecir en nombre del Señor a su pueblo. 20 Entre todos los vivientes le escogió el Señor para presentarle las ofrendas, los perfumes y el buen olor para memoria, y hacer la expiación de su pueblo. 21 Y le dio sus preceptos, y poder para decidir sobre la Ley y el derecho, para enseñar sus mandamientos a Jacob e instruir en su Ley a Israel. 22 Se levantaron contra él extraños, que en el desierto le envidiaron, los partidarios de Datan y Abirón, y la banda de Coré con furia y cólera. 23 Violo el Señor y se desagradó de ellos, y en el ardor de su cólera los exterminó; 24 hizo contra ellos prodigios y los consumió con un fuego abrasador; 25 y aumentó la gloria de Aarón asignándole una heredad; y le dio en porción las primicias de los frutos de la tierra 26 y comer los sacrificios del Señor; y los panes de la proposición son su porción, que le dio a él y a su descendencia. 27 Sólo en la tierra no los heredó, no tuvieron parte en medio del pueblo, porque El será tu porción y tu heredad. 28 Fines, hijo de Eleazar, fue el tercero en la dignidad, por haber mostrado celo por el Dios del universo, 29 Y Por haber resistido en la defección del pueblo con la fortaleza de su corazón generoso, haciendo así la expiación de Israel. 30Por eso le fue confirmada por decreto una alianza perpetua para servir en el santuario, a fin de que él y su descendencia tengan el sumo sacerdote para siempre. 31 También hizo Dios alianza con David, hijo de Jesé, de la tribu de Judá; su trono lo hereda su hijo ante Dios, como la heredad de Aarón pertenece a él y a su descendencia. Bendecid, pues, al Señor, porque es bueno y os ha coronado de gloria; que derrama la sabiduría en vuestros corazones, para juzgar a su pueblo con justicia, a fin de que no desaparezca su bienestar ni su gloria de generación en generación.

Con particular detalle nos presenta el autor a Aarón y la gloría de su sacerdocio, lo que puede ser un indicio del prestigio que en esta época gozaba el sumo sacerdote sobre los israelitas. El capítulo 50 hablará también de la profunda impresión que suscitaba en el ánimo del pueblo cuando subía al altar Simeón II.
Todo pueblo tiene sacerdotes ante sus dioses. El pueblo hebreo, que conocía al verdadero Dios y poseía la verdadera religión, debía tener también su sacerdocio. Dios escogió para, este ministerio a Aarón, hermano de Moisés, confiriéndole a él y a sus hijos de modo perpetuo y exclusivo las funciones sacerdotales 8. Dios lo separó de entre los demás para su culto, viniendo a ser, por razón de su sacerdocio, el santo de Yahvé 9, y lo engrandeció como al caudillo de Israel, junto al cual aparece en las grandes empresas 10.
Dios les señaló los ornamentos sacerdotales que describen más ampliamente los capítulos 26-28 del éxodo, y que reflejan la magnificencia y majestad de Dios, a quien representaba en la tierra. Ben Sirac los enumera detalladamente a continuación: los calzones de lino, que cubrirían desde la cintura hasta los muslos n. La túnica larga, que llegaba hasta los pies 12. La sobretúnica, que era una especie de capa de púrpura azul oscuro que iba sobre la túnica larga, y de cuya orla pendían campanillas y granadas de oro, alternativamente, todo alrededor13, cuya finalidad era que su sonido notificase al pueblo su entrada y salida en el santuario y le recordase la atención y reverencia que hay que poner en el culto a Yahvé y se uniesen a las plegarias del sacerdote.
Vestiduras sacerdotales valiosísimas por sus tejidos, a base de oro y púrpura, y santas por la misión a que estaban destinadas por mandato de Dios, eran el efod y el pectoral. El efod (v.12), vestido santo entre todos, era un superhumeral o escapulario que constaba de dos cuadrados de lienzo, uno que pendía sobre el pecho y otro sobre la espalda; se unían entre sí por dos tirantes u hombreras en su parte superior y un cinturón que lo unía al cuerpo por la parte inferior. En cada hombrera iba una piedra de ónix. Llevaban escrito, seis cada una, los nombres de las doce tribus 14. El pectoral era una especie de bolsa, de un palmo de largo y otro de ancho, que iba unida por sus anillos de oro a los anillos del efod con una cinta de jacinto. Sobre doce piedras preciosas engarzadas en oro iban grabados, uno en cada una, los nombres de las doce tribus, que el sumo sacerdote llevaba, por tanto, sobre sus hombros y sobre su corazón. El pectoral contenía los urim y tummim; por esto se lo llama pectoral del juicio, que eran probablemente dos piedrecitas, una de las cuales indicaba respuesta afirmativa y otra negativa, de que se valía el sacerdote sumo para consultar a Dios 15.
Finalmente, la tiara a manera de turbante, más alta que la de los sacerdotes, que llevaba sujeta en la parte de adelante por una cinta de jacinto una lámina de oro, en la que estaba escrito Santidad de Yahvé, lo que tenía por objeto hallar gracia ante Yahvé por las faltas que los israelitas hubiesen cometido en el servicio divino. Tenía que ser verdaderamente maravilloso el espectáculo que ofrecía el sumo sacerdote tan ricamente ataviado en las funciones sacerdotales del templo 16. Nadie antes de Aarón se había vestido tan majestuosamente, ni se vestirán en adelante más que sus hijos, a quienes, muerto él, se transmitirá su sacerdocio. Las vestiduras que él usó usarán éstos, y con ellas serán ungidos y consagrados.17
Menciona Ben Sirac el oficio principal del sacerdote, que era ofrecer sacrificios. Cada mañana y cada tarde tenían que ofrecer un cordero en holocausto y un décimo de efá de flor de harina amasada con aceite 18. Recuerda a continuación la consagración de Aarón como sumo sacerdote por parte de Moisés. Este llenó sus manos (v.18), expresión técnica para expresar la consagración, pues al hacerlo les ponía en ellas los dones que debían ofrecer 19; le ungió la cabeza y las manos 20. Esta unción y consagración vino a ser como un pacto por el que Dios confió de un modo perpetuo y exclusivo a Aarón y sus descendientes la dignidad sacerdotal, con los ministerios que el sacerdocio importaba: dar culto a Dios en nombre del pueblo y bendecir a éste en nombre del Señor21; presentar a Dios las ofrendas del pueblo, los perfumes de suave olor y el memorial 22, los sacrificios de expiación por sus pecados para aplacar la ira de Dios, por él ofendido 23. La liturgia ha tomado el capítulo de nona del oficio de confesor pontífice de los versos 19 y 20. El elogio del sacerdocio del Antiguo Testamento se puede hacer con mucha mayor razón del sacerdocio del Nuevo Testamento, en que tienen realidad muchas cosas que en el Antiguo eran sólo figura y anuncio. Finalmente, es también deber del sacerdote instruir al pueblo en la Ley 24; a él competía interpretarla oficialmente y dar la solución en los casos dudosos, según establece el Deuteronomio 25.
Y nadie puede arrogarse este honor sacerdotal sin haber sido llamado por Dios, como afirmaría después San Pablo 26. El caso de Coré, Datan y Abirón, recordado por Ben Sirac (v.23-24), pone de manifiesto hasta qué punto vinculó Dios el sacerdocio a sus escogidos de un modo exclusivo y lo que le indigna que extraños intenten ejercer las funciones sacerdotales a ellos reservadas. Llevados aquéllos de la envidia, pretendieron el honor y autoridad sacerdotal y se rebelaron con sus partidarios contra Moisés y Aarón. Parte de los sublevados fueron engullidos por la tierra; otros, abrasados por el fuego 2. Dios hizo ver con este ejemplo tan tremendo que nada detesta tanto como el cisma y que el crimen por el que uno se separa de la unidad de la Iglesia es siempre más grande que todos los desórdenes pretendidos por los cuales se separa. 28 A raíz de este episodio, Yahvé aumenta la gloria de Aarón, concediéndole nuevos privilegios. Dios le da como heredad las primicias de los frutos que había que ofrecer al Señor 29, los panes de la proposición 30 y la parte de las víctimas que les estaba asignada 31. Por lo que, en la distribución del país de Ca-naán entre las tribus de Israel, Dios quiso que no fuese señalada porción a la tribu de Leví, que habitaría en 48 ciudades diseminadas entre las demás tribus 32. Su porción y heredad sería Dios mismo 22. La razón es que los levitas debían ocuparse de lleno en el cumplimiento de sus ministerios y poner su corazón no en las cosas de la tierra, sino en el Señor, que los escogió.
A Aarón sucedió en el sumo sacerdocio Eleazar (v.28), que llevó a cabo con Moisés el censo del pueblo 34 y distribuyó con Josué y los jefes de familia de las tribus la tierra prometida 35. No habiendo tenido papel ninguno importante en la historia religiosa del pueblo, Ben Sirac lo pasa por alto para hacer una honorífica mención de su hijo y sucesor, Fines, insigne defensor de la gloria de Dios ante la defección del pueblo en Beelfagor. Acampados en Setim los israelitas, las hijas de Madián los indujeron a postrarse ante sus ídolos. Fines permaneció firme en el culto a Yahvé, y su celo por su gloria y su indignación por su honor ofendido lo llevó a dar muerte con la lanza al israelita que tuvo la insolencia de introducir una madianita en presencia de la comunidad de Israel. Su actitud consiguió para el pueblo el perdón de su pecado, y para él y sus descendientes la confirmación del sumo sacerdocio, que permanecería para siempre entre ellos 36. Cierto que, con Helí, el sacerdocio pasó de la descendencia de Eleazar a la de Itamar, tercero y cuarto hijos, respectivamente, de Aarón 3 ; pero por poco tiempo, ya que Salomón depuso a Abiatar y transfirió el sacerdocio a Sadoc, descendiente de Eleazar 38. Los Macabeos, que fueron sacerdotes, se declaran hijos de Fines 39. Eran hijos de Jojarib, descendiente de Eleazar40. En realidad, el sacerdocio de Aarón no era sino figura del de Jesucristo, sacerdote eterno, en el que solamente se cumple al pie de la letra esta palabra. El sacerdocio le vi tico fue abolido con su venida al mundo.
Ben Sirac cae en la cuenta de que ha habido en el pueblo de Israel otra familia gloriosa que recibió un pacto similar - la de David, en cuya descendencia se perpetuaría su trono -, y establece un parangón entre ambas: como dio a Fines y su descendencia la autoridad religiosa para cumplir los ministerios sacerdotales, así dio a David y a la suya la potestad civil para que gobernase al pueblo. Hay una diferencia: mientras que la dignidad real conferida a David solamente se transmitía a uno de sus hijos, la dignidad sacerdotal que recibió Fines pertenece a todos sus descendientes en el sentido de que cualquiera de ellos podía llegar a ser sumo sacerdote. El Mesías uniría los dos: sumo sacerdote y rey. Concluye con una exhortación a los descendientes de Aarón, motivada por el estado de cosas que nos describe 2Ma_4:14. Se preocupaban más de los atractivos paganos y distinciones griegas que del servicio del altar.

1 Sal 8:6. - 2 Exo_17:8-16; Num_21:21-35; Dt 2:26-3:11. - 3 Num_12:7. - 4 Num_12:3. - 5 Ex 20,21. - 6 Exo_33:11. - 7 Lev_18:5; Deu_4:6; Rom_2:13; Rom_7:10. - 8 Exo_29:9. - 9 Num_16:5.7; Sal_106:16. - 10 Exo_4:17; Exo_5:1; Exo_7:9. - 11 Exo_28:42. - 12 Exo_28:4.40. - 13 Exo_28:4.40; Exo_29:5. Traducimos por sobretúnica el vocablo hebreo me'íí. El Ýðùìß$, que traducen los LXX, no siempre designa en ellos el efod, y, dado que de éste se hace mención en el v. 12 y que iob-éé se refiere a la sobretúnica, es preferible esta traducción. - 14 Exo_28:6-14. - 15 Exo_28:15-30; Num_27:21; Sam 14:41; Pro_16:33; Pro_18:18. - 16 santo tomás hace una exégesis alegórica de estas vestiduras en 1-2 q.102 a.5 ad 10. Cf. también san gregorio, Pastor. p.2.a c.3. - 17 Exo_29:29. - 18 Exo_29:38-39; Lev_6:12-20. - 19 Exo_28:41. - 20 Lev_8:12.27. - 21 Num_6:23.27; Dt 10,8. - 22 Cf. 35:8-9. - 23 Lev_6:10; Job_42:8. - 24 Lev_10:10; Deu_33:10. -Deu_25 17:8-9; Deu_21:5. - 26 Heb_5:4. - 27 Núm 16; Sal_106:16-18. - 28 Citado en Spicq, o.c., a 45:18-19 p.509. - 29 Exo_29:19; Exo_34:26; Lev_23:9-14; Num_18:11. -Num_30 24:5-9Num_30 24:--31 Lev_7:28-37; Lev_10:14; Num_6:19. - 32 Num_35:1-8. - 33 Num_18:20. - 34 Num_26:3. - 35 Jos_14:1. - 36 Núm 25; Jos_31:16; Jos_22:17; Ose_9:10; Sal_106:28-31. - 37 Sam 1:3; 1Cr_6:3. - 38 1Re_2:26-35. - 39 1Ma_2:54. - 40 1Cr_24:7; Neh_11:10.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XLV.

1 The praise of Moses, 6 Of Aaron, 23 and of Phinees.
1 And he brought out of him a mercifull man, which found fauour in the sight of all flesh, euen [ Exo_11:3.] Moses beloued of God and men, whose memoriall is blessed:
2 He made him like to the glorious Saints, and magnified him, so that his enemies stood in feare of him.
3 By his words he caused the wonders to cease, and he made him [ Exo_6:7-9; Sirach ] glorious in the sight of kings, and gaue him a commaundement for his people, and shewed him part of his glory.
4 [ Num_12:3.] He sanctified him in his faithfulnesse, and meekenesse, and chose him out of all men.
5 He made him to heare his voyce, and brought him into the darke cloud, and [ Exo_17:4.] gaue him commandements before his face, euen the law of life and knowledge, that hee might teach Iacob his Couenants, and Israel his iudgments.
6 He [ Exo_4:28.] exalted Aaron an holy man like vnto him, euen his brother, of the tribe of Leui.
7 An euerlasting couenant he made with him, and gaue him the priesthood among the people, he [ Greek: he blessed.] beautified him with comely ornaments, and clothed him with a robe of glory.
8 Hee put vpon him perfect glory: and strengthened him with [ Greek: vessels or instruments.] rich garments, with breeches, with a long robe, and the Ephod:
9 And he compassed him with pomegranates, and with many golden bels round about, that as he went, there might be a [ Exo_28:35.] sound, and a noise made that might be heard in the Temple, for a memoriall to the children of his people.
10 With an holy garment, with gold and blew silke, and purple the worke of the embroiderer; with a brestplate of iudgement, and with Urim & Thummim.
11 With twisted scarlet, the worke of
the cunning workeman, with precious stones grauen like seales, and set in gold, the worke of the Ieweller, with a writing engraued for a memoriall, after the number of the tribes of Israel.
12 He set a crowne of gold vpon the miter, wherein was engraued holinesse an ornament of honour, a costly worke, the desires of the eies goodly & beautiful.
13 Before him there were none such, neither did euer any stranger put them on, but onely his children, and his childrens children perpetually.
14 Their sacrifices shall be wholy consumed euery day twise continually.
15 Moises consecrated him, and annointed him with holy oile, this was appointed vnto him by an euerlasting couenant, and to his seed so long as the heauens should remaine, that they should minister vnto him, and execute the office of the priesthood, and blesse the people in his name.
16 He chose him out of all men liuing to offer sacrifices to the Lord, incense and a sweet sauour, for a memoriall, to make reconciliation for his people.
17 [ Deu_17:10; Deu_21:5.] He gaue vnto him his commandements, and authority in the statutes of iudgements, that he should teach Iacob the testimonies, and informe Israel in his lawes.
18 [ Num_16:12.] Strangers conspired together against him, and maligned him in the wildernesse, euen the men that were of Dathans, and Abirons side, and the congregation of Core with fury and wrath.
19 This the Lord saw and it displeased him, and in his wrathfull indignation, were they consumed: he did wonders vpon them, to consume them with the fiery flame.
20 [ Num_17:8.] But he made Aaron more honourable, and gaue him an heritage, and diuided vnto him the first fruits of the encrease, especially he prepared bread in abundance:
21 For they eate of the sacrifices of the Lord, which he gaue vnto him and his seed:
22 [ Deu_12:12; Deu_18:10.] Howbeit in the land of the people he had no inheritance, neither had he any portion among the people, for the Lord himselfe is his portion and inheritance.
23 [ Num_25:12-13; 1Ma_2:54.] The third in glory is Phinees the sonne of Eleazar, because he had zeale in the feare of the Lord, and stood vp with good courage of heart, when the people were turned backe, and made reconciliation for Israel.
24 Therfore was there a couenant of peace made with him, that he should be the cheefe of the sanctuary, and of his people, and that he, and his posteritie should haue the dignitie of the Priesthood for euer.
25 According to the couenant made with Dauid sonne of Iesse, of the tribe of Iuda, that the inheritance of the king should be to his posterity alone: so the inheritance of Aaron should also be vnto his seed.
26 God giue you wisedome in your heart to iudge his people in righteousnesse, that their good things be not abolished, and that their glory may endure for euer.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1-3. Ver Exo_3:11; Exo_33:18-23.

5. Ver Éx. 19. 3 - 20. 21; 24. 12-18; 34. 1-5.

6-11. Ver Exo_28:1-35.

12. Ver Exo_28:36-38.

15. Ver Exo_28:41; Exo_29:4-9; Lev_8:1-13; Num_6:24-27.

17. Ver Deu_33:10.

18-19. Ver Núm. 16. 1 - 17. 15.

22. Ver Num_18:20; Deu_10:8-9; Deu_18:1-2.

23-24. Ver Num_25:7-13.

25. Ver 2Sa_23:5; Sal_89:4-5.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*44:1-50:21 Inspirándose en los textos de las Escrituras, Ben Sira presenta una galería de personajes importantes de su pueblo que va desde el patriarca antediluviano Henoc hasta su contemporáneo, el sumo sacerdote Simón. Este himno canta la sabiduría creadora de Dios que se manifiesta en la historia de Israel (véase Sir 24:1-34). Es de notar que lo más original de esta composición es su presencia en una obra típicamente sapiencial. De este modo, el sabio establece un estrecho vínculo entre sabiduría, creación e historia.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Aarón y Finees. Ningún comentarista afirma que Ben Sirá sea sacerdote, pero que siente una admiración y una veneración inmensas por esta institución y por ciertas figuras sacerdotales, es un hecho palpable, lo cual se puede ver en el espacio dedicado a Aarón (6-22) no sólo para elogiar sus actitudes personales, sino para describir sus arreos sacerdotales, con lo cual nos prepara al gran elogio que hará de Simón, sacerdote contemporáneo de la época de Ben Sirá.

Torres Amat (1825)



[1] Ex 11, 3; Num 12, 6.

[5] Ex 3, 10; Num 12, 3-7; Hebr 3, 5.

[12] Ex 28, 15.

[16] Que no fuera uno de los hijos de Aarón.

[18] Lev 8, 12-26; 16, 11-23.

[19] Este pacto fue eterno. El sacerdocio de Aarón era una figura o representación del eterno sacerdocio de Jesucristo. Hebr 7, 24.

[24] Num 16, 3-17.

[27] Num 18, 20; 35, 1.

[30] Num 25, 11-12.