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Los jueces.
También los jueces, cada uno por su nombre;
su corazón no se prostituyó,
y del Señor no se apartaron:
¡Bendita sea su memoria!
(Eclesiástico 46, 11) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

Times New Roman ;;;;;;;;;;;;;;;;;

46. Caudillos.

Josué y Caleb (46:1-15).
1 Fuerte en las batallas fue Josué, hijo de Nun, sucesor de Moisés en la dignidad profética; que fue, según su nombre, 2 grande en la salud de los elegidos del Señor, para ejercer la venganza contra los enemigos que se le opusieron, para poner a Israel en posesión de su heredad. 3 ¿Qué gloria no alcanzó cuando alzó sus manos y extendió su espada contra la ciudad? 4 ¿Quién le resistió? Porque combatió las batallas del Señor. 5 ¿No se detuvo el sol al tender su mano, y un solo día fue igual a dos? 6 Invocó al Altísimo Soberano, mientras acosaba por todas partes a los enemigos, y le respondió el Señor grande con piedras de granizo de gran potencia, 7 que arrojó contra el pueblo enemigo, y en la bajada aniquiló a los adversarios; 8 para que las naciones conociesen su anatema, y que era contra Dios la guerra que hacían, y que él obedecía las órdenes del Todopoderoso. 9 En los días de Moisés mostró su misericordia con Caleb, hijo de Jefoné, impidiendo la defección del pueblo y reprimiendo la murmuración de los sediciosos. 10 Sólo estos dos fueron reservados de los seiscientos mil infantes para ser introducidos en la heredad, en la tierra que mana leche y miel. 11Õ el Señor dio a Caleb vigor, que conservó hasta la vejez, para que subiese a lo alto de la tierra, y su descendencia obtuvo la heredad, 12 a fin de que viesen todos los hijos de Israel que es bueno caminar en pos del Señor. 13 Los jueces, cada uno por su nombre, los que no pervirtieron su corazón y no se apartaron del Señor. 14 Sea bendita su memoria, florezcan sus huesos en la sepultura 15 y en sus hijos se renueve su nombre.

Sucesor de Moisés en la dignidad profética, pues, como él, hablaría al pueblo en nombre de Dios y ejecutaría sus planes, fue Josué, valiente guerrero que había vencido ya en vida de Moisés a los amalecitas 1. Fue, por designio de Dios 2, quien introdujo al pueblo en la tierra prometida después de haber vencido a sus enemigos, lo que constituye su mayor título de gloria. Hizo honor a su nombre, que significa el Señor es salvación. Y en este aspecto es tipo del redentor - cuyo nombre Jesús tiene la misma significación -, el cual nos libró del enemigo de nuestras almas y nos introduce en el reino de los cielos.
Ben Sirac hace mención de algunos de los más salientes episodios guerreros de la vida de Josué: conquista de Hai, en que no retiró la mano que tenía tendida con el dardo hasta que no hubo dado al anatema a todos los habitantes de la ciudad 3. Constata en seguida que nadie le podía resistir, porque el Señor estaba con él para defenderlo de los enemigos y darle la victoria en las luchas que como caudillo suyo tenía que librar por el pueblo escogido. Cuando los medios naturales no eran suficientes para obtener la victoria, no vacilaba en implorar un prodigio para que sus planes de conducta se llevasen a cabo. Y así Dios hizo que llevasen a cabo en un día una victoria que parecía imposible conseguir en una sola jornada, derrotando a los cinco reyes amorreos que presentaron batalla a los israelitas, asediando la ciudad de Gabaón4. Y para que la victoria fuese más completa, cuando los amorreos huían por la bajada de Betorón, una fuerte granizada produjo en ellos una mortandad mayor que la que en la batalla les causaron los israelitas por la espada. Mediante esta intervención de Dios, los cananeos deberían conocer que Josué combatía en nombre del Dios todopoderoso de Israel y que, al hacer la guerra al pueblo de Israel, la hacían al Señor mismo, Dios de los ejércitos, contra el cual es inútil combatir.
El autor recuerda otro episodio meritorio de Josué, al que asocia a Caleb (V.9). Cuando los demás exploradores regresaron de la misión a que fueron enviados por Moisés, asustaron de tal manera al pueblo con los relatos sobre los habitantes de aquellas tierras, que quería volverse a Egipto. Josué y Caleb, fieles a la voluntad de Dios, que había decretado la conquista de Canaán, se opusieron con valor e impidieron la defección del pueblo. En premio de ello, mientras que los 600.000 infantes perecieron en el desierto sin poder ver la tierra prometida 5, ellos dos pudieron gozar de la posesión de aquel país que, comparado con el desierto, es con razón muchas veces presentado como una tierra que manaba leche y miel6.
Dios conservó su vigor a Caleb hasta los años de su vejez, lo que le permitió apoderarse de la región montañosa de Hebrón, que recibió de Josué en heredad para su descendencia7, conforme a la palabra de Yahvé 8, obteniendo así parte en la distribución de la tierra prometida sin ser miembro genuino del pueblo escogido. Fue la recompensa y premio a su fidelidad y un ejemplo palpable para todos los israelitas, que pudieron comprobar una vez más cuan bueno y provechoso es seguir fielmente al Señor.

Samuel (46:16-23).
16 Samuel, amado de su Señor y su profeta, estableció la monarquía y ungió a los príncipes de su pueblo. 17 En la ley del Señor juzgó a la nación, y visitó el Señor a Jacob. 18 Por su fidelidad fue interrogado como vidente, y reconocido por su fidelidad como vidente fiel. 19 E invocó al Señor todopoderoso, cuando los enemigos le acosaban por todas partes, con la ofrenda de un cordero primal. 20 Y tronó del cielo el Señor, e hizo oír su voz por medio de un gran estampido, 21 y aplastó a los príncipes enemigos, a todos los príncipes de los filisteos; 22 y antes de la hora del sueño eterno pidió testimonio ante el Señor y su ungido: Bienes, ni siquiera unas sandalias de nadie he recibido. Y nadie pudo acusarle. 23 Y después de su muerte profetizó, y anunció al rey su fin, e hizo oír saliendo de la tierra su voz profética, para borrar la iniquidad del pueblo.

A Josué suceden los jueces, en la doble empresa de regir los destinos del pueblo escogido y continuar la conquista de la tierra prometida, iniciada a las órdenes de Josué. El libro de los Jueces refiere cómo realizó cada uno de ellos la misión que les fue confiada. No todos ellos fueron en todo momento fieles a Yahvé 9, como tampoco Israel fue constantemente fiel en el culto al Señor, postrándose más de una vez ante los baales 10. A cuantos permanecieron fieles al Señor, manteniéndose apartados de la idolatría, Ben Sirac desea las dos mayores glorias a que podían aspirar los israelitas de su tiempo, privados de la revelación del más allá: un buen recuerdo para los venideros y una descendencia en la que se perpetuase su nombre. La expresión florezcan sus huesos en la sepultura no contiene alusión alguna a la resurrección de los muertos; es sencillamente una expresión poética para manifestar su deseo de una posteridad numerosa que, como nuevos retoños, perpetúen su virtud y sus obras.
El último de los jueces fue Samuel, que realiza un tipo de juez distinto de los demás. No fue el caudillo militar que libra a los hebreos de los madianitas o los filisteos, pero contribuyó como el que más al engrandecimiento de Israel, dando paso a su período áureo. Ben Sirac recoge las principales facetas de su personalidad. Ya en sus orígenes aparece la mano de Dios presagiando grandes designios: su concepción fue fruto de la bendición del Señor a Ana, cuyo seno era estéril. Juez de Israel, apartó al pueblo de los baales y astartés y lo mantuvo fiel a Yahvé, por lo que Dios se mostró misericordioso para con su pueblo escogido, haciéndole gozar de paz durante el gobierno de Samuel, que culminó en la instauración de la monarquía, a que dio paso en los días de su ancianidad, cuyos primeros reyes ungió él mismo n. Pero fue, además, un gran profeta, por cuya boca habló el Señor a Helí, a Saúl, al pueblo, cuyos oráculos resultaron siempre verídicos. Estaba Yahvé con él, que no dejó cayera por tierra nada de cuanto él decía; todo Israel, desde Dan hasta Berseba, reconoció que era Samuel un verdadero profeta de Yahvé12. Y, como Moisés, un gran intercesor ante Yahvé. Habiéndose congregado en Masfa los israelitas, subieron los filisteos, que ocupaban las cinco ciudades Azoto, Gaza, Ascalón, Ciar y Acarón, a atacar a Israel. Samuel ofreció un sacrificio de un cordero de leche al Señor y oró ante él por su pueblo. Yahvé oyó la súplica de Samuel, hizo descargar una terrible tormenta sobre los filisteos y fueron abatidos por los israelitas, que los hicieron huir por la cuesta de Bet-Horen 13.
Habiendo traspasado su caudillaje al monarca ungido y viendo cercano el fin de sus días, quiere hacer constar la rectitud e integridad de su judicatura (v.22). Testigo Yahvé contra vosotros, y lo es también su ungido, de que nada habéis hallado en mis manos, exclamó Samuel. Testigo, contesta el pueblo, que reconoció: No nos has perjudicado, no nos has oprimido, de nadie has aceptado nada.14 Su conducta era toda una lección para el primer monarca que había de regir los destinos del pueblo y para sus sucesores. Y lo es también para cuantos asumen el gobierno de las naciones. El v.23 alude al episodio referido en Sam 28. Viéndose Saúl en grave aprieto frente a los filisteos acampados en Sunam para combatir a Israel, consultó a Yahvé, que no da respuesta ni por medio de sueños ni por los urim y tummim. Entonces acude a la evocación de los muertos, reprobada por la Ley, y a petición suya la pitonisa de Endor invoca a Samuel. El difunto profeta respondió, pero para anunciar su ruina al rey: Mañana tú y tus hijos estaréis conmigo, y Yahvé entregará el campamento a los filisteos.15 El último miembro del verso, omitido en el hebreo, se refiere a la muerte de Saúl y derrota de Israel como expiación del pecado de haber pedido un rey o de no haber destruido a los amalecitas 16.

1 Exo_17:8-16. Biblia comentada 4 - 2 Deu_31:1-8. - 3 Jos 8:26. - 4 Jos 10. - 5 16:11; Num_11:21; Num_14:38; Num_26:65; Deu_1:35. - 6 Exo_3:8.17; Exo_13:5; Num_13:27; Deu_6:3; Jer_11:5; Jer_32:22; Ez 20,Jer_6:15. - 7 Jos_14:11-14. - 8 Num_14:24. - 9 Gedeón (Jue_8:27), Abimelec (Jue_9:5.23-24.56-57), Sansón (Jue_14:1-3; Jue_16:1). - 10 Jue_2:11-13.19; Jue_3:7-12; Jue_4:1; Jue_6:1; Jue_6:10, Jue_6:6; Jue_13:1. - 11 Sam 8.10.16. - 12 1 Saín 3:19-20. - 13 Sam 7:5-14- - 14 Sam 12:4-5. - 15 Sam 28:19. - 16 Sam 28:12.


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XLVI.

1 The praise of Ioshua, 9 Of Caleb, 13 Of Samuel.
1 [ Num_27:18; Deu_34:9; Jos_1:2; Jos_12:7.] Iesus the sonne of Naue was valiant in the wars, and was the successor of Moses in prophesies, who according to his name was made great for the sauing of the elect of God, and taking vengeance of the enemies that rose vp against them, that he might set Israel in their inheritance.
2 [ Jos_10:12-14.] How great glory gat he when he did lift vp his hands, and stretched out his sword against the cities?
3 Who before him so stood to it? for the Lord himselfe brought his enemies vnto him.
4 Did not the Sunne goe backe by his meanes? and was not one day as long as two?
5 He called vpon the most high Lord, when the enemies pressed vpon him on euery side, & the great Lord heard him.
6 And with hailestones of mighty power he made the battell to fall violently vpon the nations, and in the descent (of Bethoron) hee destroyed them that resisted, that the nations might know all their strength, because hee fought in the sight of the Lord, and he followed the mightie one.
7 In the time of Moses also, he did a worke of mercie, hee and Caleb the sonne of Iephunne, in that they withstood the Congregation, and withheld the people from sinne, and appeased the wicked murmuring.
8 [ Num_26:65; Deuteronomy 35.36.] And of sixe hundred thousand people on foot, they two were preserued to bring them into the heritage, euen vnto the land that floweth with milk & hony.
9 The Lord gaue strength also vnto Caleb, which remained with him vnto his old age, so that he entred vpon the high places of the land, and his seed obtained it for an heritage.
10 That all the children of Israel might see that it is good to follow the Lord.
11 And concerning the Iudges, euery one by name, whose heart went not a whoring, nor departed from the Lord, let their memory be blessed.
12 Let their bones [ Sirach 49.12.] flourish out of their place, and let the name of them that were honoured, be continued vpon their children.
13 [ 1Sa_1:10; 1Sa_16:19.] Samuel the Prophet of the Lord, beloued of his Lord, established a kingdom, & anointed princes ouer his people.
14 By the Law of the Lord hee iudged the Congregation, and the Lord had respect vnto Iacob.
15 By his faithfulnes he was found a true Prophet, and by his word he was knowen to be faithfull in vision.
16 He called vpon the mighty Lord, when his enemies pressed vpon him on euery side, when he offered the [ 1Sa_7:9.] sucking lambe.
17 And the Lord thundered from heauen, and with a great noise made his voice to be heard.
18 And he destroyed the rulers of the Tyrians, and all the princes of the Philistines.
19 And before his long sleepe hee made [ 1Sa_12:3.] protestations in the sight of the Lord, and his anoynted, I haue not taken any mans goods, so much as a shoe, and no man did accuse him.
20 And after his death he [ 1Sa_28:18-19.] prophesied, and shewed the King his end, and lift vp his voyce from the earth in prophesie, to blot out the wickednesse of the people.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. "Haciendo honor a su nombre": el nombre hebreo "Josué" "Jesús" en griego significa "Dios salva". Ver Mat_1:21.

4. Ver Jos_10:12-14.

7. Ver Num_14:6-10.

8. Ver Num_14:30; Deu_1:34-38.

13. Ver 1 Sam. 8 - 10.

19. Ver 1Sa_12:1-5.

20. Ver 1Sa_28:6-25.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Josué y Caleb, Jueces, Samuel. La admiración por Josué se debe a que es el sucesor de Moisés en la dirección del pueblo hasta llevarlo a la tierra que Dios había prometido a los antepasados. De todos los que un día salieron de Egipto, sólo Josué y Caleb pusieron los pies en aquella tierra (8) porque fueron fieles y leales al Señor. Se recuerda en términos generales a los Jueces «que no se dejaron seducir ni se apartaron de Dios», para ellos se desea mucha bendición para su memoria. Y, finalmente, Ben Sirá encomia la figura de Samuel (13-20) a quien presenta como juez (13s), como profeta (15s.20), como guerrero (17-s) y, por encima de todo, como hombre justo (19s).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*44:1-50:21 Inspirándose en los textos de las Escrituras, Ben Sira presenta una galería de personajes importantes de su pueblo que va desde el patriarca antediluviano Henoc hasta su contemporáneo, el sumo sacerdote Simón. Este himno canta la sabiduría creadora de Dios que se manifiesta en la historia de Israel (véase Sir 24:1-34). Es de notar que lo más original de esta composición es su presencia en una obra típicamente sapiencial. De este modo, el sabio establece un estrecho vínculo entre sabiduría, creación e historia.

Torres Amat (1825)



[3] Jos 8, 18.

[5] Jos 10, 13.

[6] Jos 10, 11.

[9] Num 14, 6.

[11] Jue 2, 16.

[16] 1 Sam 8, 6-22.

[19] 1 Sam 7, 6.

[22] 1 Sam 12, 3.

Jünemann (1992)


11 h. Las montañas.