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No abras tu corazón a cualquiera,
no sea que se aproveche.
(Eclesiástico 8, 19) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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8. Normas de Prudencia en las Relaciones Sociales.
1 No disputes con poderoso, no vayas a caer en sus manos. 2 No contiendas con rico, no eche sobre ti todo su peso; 3 que el oro puede mucho y pervierte el corazón de los reyes. 4 No disputes con hombre lenguaraz, que sería amontonar leña sobre el fuego. 5 No bromees con indisciplinado, no maldiga a tus progenitores. 6 No ultrajes a quien se aparta del pecado; ten en cuenta que todos somos reos de castigo. 7 No faltes al respeto al anciano, que también ellos fueron jóvenes. 8 No te alegres de la muerte de uno; acuérdate de que todos moriremos. 9 No desprecies los discursos de los sabios y sigue sus máximas, 10 porque de ellos aprenderás la doctrina y a servir bien a los grandes. 11No desprecies las sentencias de los ancianos, que de sus antepasados las aprendieron ellos; 12 porque así aprenderás doctrina y sabrás responder al tiempo oportuno. 13No atices el fuego del pecado, no te abrasen sus llamas. 14 No te enfrentes con el insolente, no sea que se ponga en acecho para cogerte por la boca. 15 No prestes a quien puede más que tú, y si le prestas, dalo por perdido. 16 No prestes fianzas sobre tus facultades, y si diste fianza, piensa cómo pagar. 17 No tengas litigios con el juez, porque por su dignidad juzgarán a favor de él. No vayas de camino con el temerario, no pesen sus temeridades sobre ti, pues él hará según su capricho, y por su imprudencia perecerías con él. 19 No te pelees con el iracundo y no atravieses con él el desierto, porque nada es la sangre a sus ojos, y te derribará donde no tengas quién te socorra. 20 Con el necio no tengas consejo, porque no podrá callar lo que hayas dicho. 21 Ante un extraño no hagas cosa que quieras secreta, porque no sabes lo que dará de sí. 22 No descubras a cualquiera tu corazón, no te arrebate tu bien.

En la última parte de la sección anterior, el autor, después de haber tratado de las relaciones con los familiares, comenzó a tratar del comportamiento con algunas clases sociales. En la vida social es necesaria mucha circunspección si no queremos ser víctimas de la malicia ajena, del poder de los grandes, del engaño de los astutos. El sabio va a dar a su discípulo unas normas prácticas de comportamiento en sus relaciones sociales para que pueda salir airoso en medio de ellas.
El hombre que quiera hacer honor a la sabiduría y a la prudencia, deberá abstenerse de tener conflictos con el poderoso y con el rico; con aquél, porque podría abusar de su poder para hacerte caer en sus manos y vengarse de ti; con el rico, porque con su dinero puede inclinar el corazón de los reyes y de los jueces en su favor 1. Filipo de Macedonia solía decir que habría conquistado cualquier fortaleza con tal que hubiese podido entrar con un asno cargado de oro 2.
Sería también una imprudencia discutir con el charlatán (v.4). Cuantas razones puedas darle, lejos de convencerlo, darán más materia a su desenfrenada locuacidad, y la discusión no terminará nunca. Aun ganando en ella, perderás en concepto y reputación. La mejor arma para vencer al locuaz y la más prudente es el silencio. Sería mayor imprudencia aún mantener relaciones confidenciales y familiares con un hombre ineducado. Si tus bromas no son bien recibidas o le irritan, sacará a relucir no sólo tus defectos, sino incluso los de tus padres, y proferirá palabras insolentes incluso contra tus progenitores, lo que hiere los sentimientos del hijo menos amante más que si fueran proferidas contra sí mismo.
Cuando descubrimos el pecado en los demás, sentimos la tentación de criticar a quien lo cometió. El autor aconseja evitar tal conducta ante el pensamiento de que más o menos todos somos pecadores y merecemos semejantes ultrajes 3. Por lo demás, si Dios perdona de corazón y olvida los pecados, nuestra conducta no debe ser murmurar del pecador, sino procurar su arrepentimiento y alegrarnos de su conversión.
Hay una clase de personas que merece un respeto y veneración especial: los ancianos. Los jóvenes, que se encuentran en la flor de la edad y llenos de energías, fácilmente se sienten inclinados a despreciarlos. El sabio les recomienda el respeto para con ellos, advirtiéndoles que de lo que ellos ahora pueden gloriarse, también ellos un día lo poseyeron, dejando sobrentender que también los hoy jóvenes serán mañana ancianos, y si en su juventud no sintieron veneración por los ancianos, cuando ellos lo sean, otros los harán a ellos objeto de desprecio. El pensamiento de la vejez sugirió al autor un consejo sobre la muerte. Uno siente a veces en el fondo del corazón alegría por la muerte de ciertas personas. El sabio desaconseja de todo punto tal conducta, que merecería que otros se alegrasen de la nuestra el día que suene nuestra hora, pues que nadie podrá sustraerse a la muerte4.
En los versos siguientes (9-10), el autor recomienda, una vez más, seguir las sentencias de los sabios, porque ellas enseñan la sabiduría y prudencia necesarias para conducirse con acierto en la vida, y en particular en el trato con los grandes. Es precisa una destreza y prudencia especiales para servir en las cortes de los príncipes, dadas las exigencias con que muchas veces quieren ser servido? sin incurrir en su ira, no pocas veces peligrosa dado el carácter despótico de los príncipes orientales. En especial recomienda tener en estima las sentencias de los ancianos, que ellos a su vez aprendieron de sus antepasados, ricas, por consiguiente, en experiencia. Con ellas sabrás responder en toda circunstancia en que fueres preguntado. La ley mosaica estaba destinada a regir la vida del pueblo hebreo en sus diversos aspectos: religioso, social, político, etc. Las nuevas situaciones sociales y políticas exigían una adaptación de las leyes mosaicas a las nuevas circunstancias de la vida. De ahí nacieron esas adaptaciones o adiciones que se iban transmitiendo de generación en generación, a las que se atribuía una autoridad divina como a la ley escrita. La razón es porque, en la antigüedad, la ley era concebida como algo divino y, por consiguiente, inmutable; de ahí que las deducciones que de la ley mosaica se hacían se consideraban como incluidas en aquella cuya virtualidad desentrañaban.
Continuando sus normas de vida social, se refiere ahora a la conducta que se ha de observar con el pecador: para con tal clase de personas hay que evitar todo aquello que les puede servir de ocasión o incentivo al pecado, como las burlas, reproches fuera de propósito, que no sólo serán inútiles, sino que encienden más sus pasiones, de las que tú mismo vendrías a ser víctima. También es preciso evitar el trato o discusión con el insolente, o al menos ser comedido en las palabras con él, especialmente si se trata de asuntos importantes o delicados, en los que ya de por sí es preciso medir las palabras; tal vez está al acecho para ver en qué puede criticarte o calumniarte, como hacían los fariseos respecto de Jesucristo.
Otros asuntos delicados en los que es menester proceder con cautela es el de los préstamos y fianzas (v.15s). En cuanto a lo primero, aconseja el sabio no prestar a quien tiene más que tú; los poderosos fácilmente se creen con derecho a todo beneficio; tus exigencias provocan su enemistad, y eres tú quien lleva las de perder. En cuanto a lo segundo, no vayas más allá de lo que permitan tus posibilidades, conforme al consejo repetido por los sabios 5. Más tarde dedicará una perícopa a la fianza6.
Sería una notable falta de sensatez tener un litigio con el juez. El juez en su propia causa no puede ser imparcial; sus colegas le darán la razón, y, juzgue bien o mal, su dignidad y competencia harán que la presunción esté en su favor, en perjuicio tuyo. Supondría también una falta de prudencia ponerte en camino con el temerario, que no se guía por la razón, sino por sus caprichos. Su audacia lo llevará a acciones peligrosas y arriesgadas, y como compañero suyo serás víctima de sus imprudencias. Temeridad sumamente peligrosa sería también atravesar lugares desiertos con un hombre propenso a la ira, si te dejas llevar de discusiones o disputas con él. Fácilmente se encoleriza, y en el furor de su pasión será capaz de arrancarte la vida; nadie puede entonces acudir en tu socorro y librarte de su ira.
Tres advertencias sobre las confidencias terminan el capítulo. La primera: no pidas nunca consejo al necio, porque será incapaz de dártelo acertado y de guardarte secreto si el asunto de tu consulta lo requiere. La segunda: no hagas cosa ante un extraño que quieras permanezca en oculto; no sabes si será sensato y guardará tu secreto, o necio y lo revelará. No es cosa fácil guardar secretos. Preguntado Aristóteles quién sería capaz de guardarlo, respondió que quien pudiera mantener en su lengua un carbón encendido. La tercera da una norma general: no descubras a cualquiera tu corazón mientras no tengas garantía de sensatez grande y fidelidad probada; de lo contrario, te expones a que alguien se aproveche de tu confidencia para hacerte mal.

1 Exo_23:8; Deu_16:19; Horacio, Odas Iir,XVI..5-16. - 2 Cf. Cicerón, Episto. ad Attic. 1:13. - 3 1Re_8:46; Prov 20,7; Ecl_7:21; 1Jn_1:8. - 4 La Vulgata restringe el consejo a la muerte del enemigo; el hebreo y el griego presentan u na perspectiva general. -1Jn_5 6:1-5; Pro_11:15; Pro_11:17.18; Pro_20:16; Pro_27:13. - 6 29:19-27.


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VIII.

1 Whom we may not striue with, 8 nor despise, 10 nor prouoke, 15 nor haue to doe with.
1 Striue not with a mighty man, lest thou fall into his hands.
2 Bee not at variance with a rich man, lest he ouerweigh thee: for gold [ Mat_5:25; Sirach 31.6.] hath destroyed many, and peruerted the hearts of kings.
3 Striue not with a man that is [ Or, of an euill tongue.] full of tongue, and heape not wood vpon his fire.
4 Iest not with a rude man, lest thy ancestours be disgraced.
5 Reproch not a man that turneth from sinne, but remember that we are all worthy [ Gal_6:2; 1Co_2:6.] of punishment.
6 [ Lev_19:32.] Dishonour not a man in his old age: for euen some of vs waxe old.
7 Reioice not ouer thy greatest enemie being dead, but remember that we die all.
8 Despise not the discourse of the wise, but acquaint thy selfe with their prouerbs; for of them thou shalt learne instruction, & how to serue great men with ease.
9 Misse not the discourse of the Elders: for they also learned of their fathers, and of them thou shalt learne vnderstanding, and to giue answere as need requireth.
10 Kindle not the coales of a sinner, lest thou be burnt with the flame of his fire.
11 Rise not vp (in anger) at the presence of an iniurious person, least he lie in waite to [ Or, for thy mouth.] entrap thee in thy words.
12 Lend not vnto him that is mightier then thy selfe; for if thou lendest him, count it but lost.
13 Be not surety aboue thy power: for if thou be surety, take care to pay it.
14 Goe not to law with a iudge, for they will iudge for him according to his [ Or, opinion.] honour.
15 [ Gen_4:8.] Trauaile not by the way with a bold fellow, least he become grieuous vnto thee: for he will doe according to his owne will, and thou shalt perish with him through his folly.
16 [ Pro_22:24.] Striue not with an angry man, and goe not with him into a solitary place: for blood is as nothing in his sight, and where there is no helpe, he will ouerthrow thee.
17 Consult not with a foole; for he cannot keepe counsell.
18 Doe no secret thing before a stranger, for thou knowest not what he will bring forth.
19 Open not thine heart to euery man, least he requite thee with a shrewd turne.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Trato con los hombres. Retoma el tema de la necesaria cautela y de la prudencia que hay que tener en las relaciones con los demás. No hay que actuar de manera apresurada; primero hay que establecer el tipo de persona que se tiene al frente y sopesar el beneficio o el perjuicio que puede causar una relación con esa persona. Se trata de criterios muy prácticos casi siempre basados en el principio de ventaja/desventaja o beneficio/perjuicio; sin embargo, nótese que no se habla de ventajas o beneficios económicos o materiales, sino de posibilidades de complicarse la vida o de hacerla un poco más feliz y llevadera, según la clase de personas que nos rodean y según las relaciones que se establezcan con ellas.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— y tu bienestar no correrá peligro: Así según el texto hebreo; la versión griega resulta un tanto confusa como lo demuestra la diversidad de traducciones ofrecidas.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

8:19 Hebr.: «para no apartar de ti la felicidad».

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

8:19 Hebr.: «para no apartar de ti la felicidad».

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *2Mac 15:22 *2Re 19:35

Torres Amat (1825)



[6] 2 Cor 2, 6.

[19] Prov 22, 24.