Ver contexto
Si en la región ves al pobre oprimido y violados el derecho y la justicia, no te asombres por eso. Se te dirá que una dignidad vigila sobre otra dignidad, y otras más dignas sobre ambas. (Eclesiastés 5, 7) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

כִּ֣י‎(כִּי)

Hebrew|kˈî|that

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3588] [k.bg.aa] [976]
[כי] [GES3481] [BDB3883] [HAL3852]

בְ‎(בְּ)

Hebrew|vᵊ|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

רֹ֤ב‎(רֹב)

Hebrew|rˈōv|multitude

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7230] [t.ae.ae] [2099c]
[רב] [GES7194] [BDB7922] [HAL7839]

חֲלֹמֹות֙‎(חֲלֹום)

Hebrew|ḥᵃlōmôṯ|dream

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2472] [h.cv.ab] [663a]
[חלום] [GES2408] [BDB2689] [HAL2686]

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

הֲבָלִ֔ים‎(הֶבֶל)

Hebrew|hᵃvālˈîm|breath

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1892] [e.af.aa] [463a]
[הבל] [GES1811] [BDB2029] [HAL2039]

וּ‎(וְ)

Hebrew|û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

דְבָרִ֖ים‎(דָּבָר)

Hebrew|ḏᵊvārˌîm|word

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1697] [d.ai.ab] [399a]
[דבר] [GES1603] [BDB1811] [HAL1822]

הַרְבֵּ֑ה‎(רָבָה)

Hebrew|harbˈē|be many

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: unknown
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: infinitive (absolute)
Verbal stem: hif‘il


[H7235] [t.ai.aa] [2103]
[רבה] [GES7200] [BDB7933] [HAL7847]

כִּ֥י‎(כִּי)

Hebrew|kˌî|that

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3588] [k.bg.aa] [976]
[כי] [GES3481] [BDB3883] [HAL3852]

אֶת‎(אֵת)

Hebrew|ʔeṯ-|[object marker]

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H853] [a.gm.aa] [186]
[את] [GES828] [BDB894] [HAL913]

הָ‎(הַ)

Hebrew|hā|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

אֱלֹהִ֖ים‎(אֱלֹהִים)

Hebrew|ʔᵉlōhˌîm|god(s)

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H430] [a.dl.ad] [93c]
[אלהים] [GES407] [BDB437] [HAL452]

יְרָֽא‎(יָרֵא)

Hebrew|yᵊrˈā|fear

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: imperative
Verbal stem: qal


[H3372] [j.df.aa] [907]
[ירא] [GES3257] [BDB3637] [HAL3605]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



5. Deberes Para Con Dios. Mas Anomalías.
S in conexión alguna con lo que precede o con lo que le sigue, Cohelet nos habla de los deberes para con Dios en una perícopa que llama la atención en medio del pesimismo que invade estos capítulos en que está encuadrada. Quienes afirman la pluralidad de autores, naturalmente no la atribuyen a Cohelet, sino al hásid. No olvidemos que nuestro autor es profundamente religioso y está hondamente penetrado de la majestad divina, de la que concluye nuestra obligación de dar culto a Dios, cuyos principales actos son la oración, el sacrificio, los votos... Respecto de ellos, va a dar unas provechosas advertencias.

Deberes para con Dios (4:17-5:1-6).
4 17 Pon atención a tus pasos al acercarte a la casa de Dios; llegarse dócilmente vale más que el sacrificio de los insensatos, que no saben hacer más que el mal.
5
1 No seas precipitado en tus palabras y que tu corazón no se apresure a proferir una palabra delante de Dios, que en los cielos está Dios, y tú en la tierra; sean, pues, pocas tus palabras. 2 Porque de la muchedumbre de las ocupaciones nacen los sueños, y de la muchedumbre de las palabras los despropósitos.
3 Si haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, que no hallan favor los negligentes; lo que prometes cúmplelo. 4 Mejor es no prometer que dejar de cumplir lo prometido. 5 No consientas que tu boca te haga culpable, y no digas luego ante el sacerdote que fue inadvertencia, pues se irritaría Dios contra tu palabra y destruiría las obras de tus manos; 6 pues de la muchedumbre de los cuidados nacen los sueños, y de la muchedumbre de las palabras los despropósitos. Teme, pues, a Dios.

Comienza Cohelet recomendando la docilidad al acercarse a la casa de Dios, La expresión se refiere a las ocasiones o días en que los sacerdotes explicaban la Ley, e inculca la reverencia y buenas disposiciones con que hay que acercarse a escuchar la palabra de la Ley para aprender a practicar el bien y evitar el mal. Afirma que ello vale más que los sacrificios de los insensatos, lo que no quiere decir que la docilidad recomendada dispense de la obligación de ofrecer los debidos sacrificios a Yahvé, sino que ella da las disposiciones necesarias para que éstos sean agradables al Señor; las cuales faltan en los sacrificios de los impíos, que se preocupan solamente de la materialidad de los mismos y no de la observancia de la Ley, que debe acompañarlos1.
A continuación da un importante consejo respecto de la oración: no seas precipitado en tus palabras ante Dios (v.1). Creían los gentiles que los dioses dormían y que, ocupados con sus quehaceres, se distraían del cuidado de los mortales. Con el fin de despertarlos o a fin de conseguir estuviesen atentos a sus plegarias, oraban con muchos y grandes clamores, como vemos hacían los profetas de Baal 2. Esperaban, por otra parte, los orientales la eficacia de sus oraciones de acertar con el nombre propio y peculiar de la divinidad 3, y con el fin de dar con él multiplicaban largamente aquéllas. Cohelet aconseja ser parco en las palabras, como lo recomendó también el Señor en el Evangelio cuando enseñaba: Cuando oréis, no seáis habladores, como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho hablar.4 La primera razón en que Cohelet apoya su consejo es que El esta en los cielos, y tú en la tierra, de modo que Dios lo ve todo, hasta el fondo mismo de los corazones, por lo que no es preciso multiplicar las palabras para manifestarle sus íntimos sentimientos. Además, su majestad infinita exige que nos acerquemos a El con un cierto temor reverencial en nuestras súplicas, que es incompatible con la charlatanería en las mismas 5. La segunda razón viene indicada por medio de una expresión proverbial en el v.2: como las muchas ocupaciones suscitan en sueños muchas imágenes que sin orden ni concierto van desfilando por la fantasía, así el mucho hablar lleva consigo imprudencias inevitables, por lo que los sabios recomiendan con mucha insistencia el buen uso de la lengua.
Los versos siguientes (3-6) hacen unas advertencias referentes a los votos. Su emisión era muy frecuente entre los judíos, por lo que los libros sagrados tratan con frecuencia de los mismos 6, y el Talmud tiene todo un tratado (Nedarim) sobre ellos. La primera recomendación de Cohelet es el pronto cumplimiento de los votos emitidos, conforme al precepto del Deuteronomio: cuando hicieres un voto a Yahvé, no retardes el cumplirlo.7 Lo contrario desagrada a Dios, cuya dignidad y respeto exigen pronto cumplimiento de la palabra dada. La negligencia lleva a veces a dejar de cumplir las promesas, por lo que advierte nuestro autor que es mejor no prometer que dejar de cumplir; lo primero no crea obligación alguna, lo segundo ofende gravemente la majestad de Dios. Otra recomendación de Cohelet advierte que no se obre a la ligera en la emisión de los votos, profiriéndolos sin la debida deliberación, lo que luego induce a buscar pretextos y escapatorias para eludir la obligación contraída 8. Tal actitud provoca la indignación de Dios, cuyo castigo afirma Cohelet, sin determinar su naturaleza. Los autores de vida espiritual recomiendan a este propósito no hacer promesas en momentos de devoción y fervor, sino dejar que pasen éstos y después, con calma y prudencia, deliberar qué es lo que conviene prometer, cuándo y por qué tiempo; y especialmente en cuanto a los votos, no emitirlos sin el asentimiento previo de un prudente consejero.
La primera parte del v.6 es a todas luces una glosa traída del v.4. El teme, pues, a Dios contiene la conclusión del í.5 ? tal vez de toda la perícopa. Es evidente que quien teme a Dios será cauto y reverente en sus palabras y en sus promesas y diligente en el cumplimiento de las mismas, sin andar buscando vanas excusas. El autor de Proverbios y Ben Sirac afirman que el temor de Dios es el principio de la sabiduría 9, pues él lleva al cumplimiento de los preceptos, en el cual aquélla consiste, según el pensamiento de los sabios israelitas. Esta vez Cohelet no concluye con el vanidad y persecución del viento que aplicó a las precedentes consideraciones; estos actos de religión son buenos y hacen al hombre grato a Dios, si bien no resuelve el enigma de la auténtica felicidad del hombre, porque ignora el premio del más allá, que Jesucristo, con su redención, merecería para quienes los practicasen.

Más sobre las injusticias (5:7-8).
7 Si ves en la región la opresión del pobre y la violación de la justicia y del derecho, no te sorprendas, porque por encima del grande hay otro más grande que vigila, y por encima de ambos otro mayor. 8 El fruto del campo es para todos, y aun el rey es para el campo.

Concluidas las advertencias en torno a los actos de culto mencionados, vuelve al tema de las opresiones. Debían de ser éstas uno de los males más notables en los días de Cohelet. Por lo demás, esta opresión del pobre, como anota Colunga, y esta conculcación de la justicia era ya en la antigüedad, y lo es todavía para las almas de poca fe, una prueba torturadora. Nuestro autor no se sorprende de ello. La sociedad de su tiempo, advierte, era una cadena de opresores superiores unos a otros, cada uno de los cuales oprimía a sus subalternos para su propio provecho. Quién sea el personaje que está por encima de todos ellos, no están de acuerdo los autores en determinarlo. Algunos lo interpretan de Dios o del rey, en cuyo caso Cohelet intentaría dar ánimo a los oprimidos, advirtiéndoles que por encima de todos esos funcionarios opresores está Dios, que hará triunfar a los justos y castigará a los impíos, o el rey, que pondrá fin al desorden existente. Parece que el plural hebreo ha de ser retenido como tal, en cuyo caso designaría a los funcionarios más elevados; dada la propensión de Cohelet a ver el lado adverso de las cosas, los presentaría como los más opresores de todos, de modo que cada uno, desde los más altos funcionarios, oprime a sus subordinados, y todos, en último término, a la colectividad.
El v.8 es crux interpretum. El texto está mal conservado y se dan sobre él muy diversas interpretaciones. Siguiendo la doble orientación señalada en el verso anterior, unos interpretan en sentido favorable: es una ventaja para el país tener un rey que se da al cultivo del campo y no a la guerra, o un rey que defienda al país cultivado de las incursiones de los enemigos, que con sus razzias destrozaban la agricultura. Pero en medio de tantas críticas y en su intención de poner de manifiesto las injusticias sociales, no es de esperar en esta ocasión un juicio favorable de Cohelet respecto de la autoridad suprema; por lo que, siguiendo la interpretación más probable del verso precedente, creemos que el sentido de éste es que de los frutos del campo ha de salir para toda esa cadena mencionada de opresores y para el mismo rey, añade ahora, de modo que desde el primero al último todos son a oprimir.

Vanidad de las riquezas (5:9-16).
9 El que ama el dinero no se ve harto de él y el que ama los tesoros no saca de ellos provecho alguno; también esto es vanidad. 10 Con la mucha hacienda, muchos son los que la comen; y ¿qué saca de ella el amo más que verla con sus ojos? 1J Dulce es el sueño del trabajador, coma poco, coma mucho; pero la hartura no deja dormir al rico. 12 Hay un trabajoso afán que he visto debajo del sol: riquezas guardadas para el mal de su dueño. 13 Piérdense esas riquezas en un mal negocio, y a los hijos que engendra no les queda nada en la mano. 14 Como desnudo salió del seno de su madre, desnudo se tornará, yéndose como vino, y nada podrá tomar de sus fatigas para llevárselo consigo. 15 También esto es un triste mal, que, como vino, así haya de volverse y nada pueda llevarse en la mano de cuanto trabajó; 16 y sobre esto, comer todos los días de su vida en tinieblas, en afán, dolor y miseria.

Un nuevo razonamiento nos presenta en esta perícopa Cohelet, que tiene por objeto poner de manifiesto la vanidad de las riquezas. Comienza òïç el retrato clásico del avaro, sugerido tal vez por la rapacidad de los opresores a que se refirió en los versos precedentes, que nunca se ven satisfechos de sus riquezas. Los autores comparan la avaricia a la hidropesía: el hidrópico, cuanto más agua toma, más siente la sed; el avaro, cuanto más obtiene, más quiere, y su ardiente deseo de riquezas nunca se ve satisfecho. Si nunca se sacia el avaro y siempre está deseando más, es claro que sus afanes son vanos en orden a asegurarle la verdadera felicidad.
Supongamos que ese rico, en lugar de acumular riquezas, se hace con grandes posesiones y hacienda. ¿Esto lo haría más feliz? No; porque ellas suponen un gran número de criados a su servicio, todos los cuales han de vivir a base de sus frutos, de modo que muchas veces no quedará otro consuelo que ver cómo sus bienes son consumidos por los demás. Cierto que el rico tiene muchas ventajas sobre el pobre, lo que afirman con frecuencia los sabios.
En nuestro caso podría gozarse de hacer con sus bienes el bien a los demás; pero esto no cuenta para Cohelet, empeñado en descubrir los fallos que tienen las cosas en orden a proporcionar al ser humano la felicidad plena. Y juzga de mejor condición al trabajador que, contentándose con lo necesario, no codicia las riquezas, con lo que se ve libre de preocupaciones y desvelos, que impiden gozar incluso de esa felicidad relativa que Dios concede al hombre en esta vida, Cuando las riquezas sobrepasan un cierto límite escribe Podechard , vienen a convertirse en un peso y un fastidio tal, que ya no se goza de ellas; el propietario tiene que rodearse de personal interesado, que se aprovecha de sus bienes; no es tanto el señor de su fortuna cuanto el esclavo; el cuidado de los bienes supone trabajo, inquietudes, que hacen perder el sueño. 10
Las riquezas tienen otro serio inconveniente. Hay quienes, después de pasarse años y años acumulando más y más riquezas, las perdieron todas un día en un mal negocio, o una noche le fueron arrebatadas por los ladrones. Y los que fueron antes ricos, reducidos ahora a la miseria más humillante, sufren una desilusión tanto mayor cuanto más halagadores fueron los cálculos que sobre sus riquezas habían hecho. Nada podrán dejar a sus hijos de aquella espléndida fortuna con la que muchas veces soñaron enriquecerlos. El v.14 pone de relieve el extremo de indiferencia a que puede llegar quien tanto se afanó por acumular bienes 11, y los 15-16 presentan la reflexión que sobre lo anterior se hace Cohelet: todos los mortales comprenderán la vanidad de las cosas de la tierra al tener que dejarlas todas a la hora de la muerte; pero ésta tiene que resultar más dolorosa para quienes tuvieron el corazón apegado a ellas, y más todavía para quienes, como el avaro de nuestra perícopa, no puede sentir ni el consuelo de poder dejar a sus hijos unos bienes con que labrarse un buen porvenir. Y esto después de una vida de duro trabajo, privaciones y sacrificios con el fin de enriquecerse. La vida en tinieblas significa una vida triste y miserable.

Conclusión de las precedente reflexiones (5:17-19).
17 He aquí lo que he hallado de bien: que es bueno comer, beber y disfrutar en medio de tantos afanes con que se afana el hombre debajo del sol los contados días que Dios le concede, pues ésa es su parte; 18 y el haber recibido de Dios riquezas y hacienda y facultad de gozar de ellas, alegrándose con su parte en medio de sus afanes, es también don de Dios; 19 no tendrá mucho en qué pensar en los días de su vida, porque Dios le llenó de alegría el corazón.

Las precedentes reflexiones llevaron a Cohelet a la conclusión que ya conocemos, y que es la actitud lógica y prudente de quien desconoce los misterios del más allá y considera la actitud miserabie del avaro, que soporta toda clase de privaciones para acumular unas riquezas de que al fin y al cabo no disfruta. La mejor parte del hombre en esta vida es aprovecharse de los bienes que Dios le concede y gozar de ellos todo el tiempo de vida que Dios le otorga. Después de sus críticas, nuestro autor reconoce que existe en la tierra una felicidad relativa que las cosas de aquí abajo pueden dar, e insiste en afirmar que tanto los bienes que la constituyen como la misma facultad de gozar de ellas son un don de Dios. Hemos repetido que Cohelet es un judío profundamente religioso, a quien abruma la majestad y el temor de Dios.
Y esas alegrías que cada día le proporcionan los bienes de la tierra le hacen olvidar las miserias de esta vida, le recompensan en cierto modo los trabajos y contrariedades de la misma y hacen gozar de una relativa felicidad. Dios no ha puesto en las cosas de la tierra la felicidad plena y completa del ser humano, a quien ha creado para el cielo; pero ha querido que encuentre, en las pequeñas satisfacciones que ellas por su designio le confieren, alivio y fortaleza en medio de una vida llena muchas veces de contrariedades y sufrimientos, en que tiene que purgar un pecado y merecer una bienaventuranza eterna y totalmente feliz.

1Sa_15:22; Isa_1:11-17; Ose_6:6; Ose_8:13; Amo_5:24-25; Miq_6:7-8; Sal_40:7-8; Miq_50:7-14· 2 Sam 18. 3 Según la concepción de los orientales, los dioses tenían un nombre propio y peculiar, que ignorábanlos mortales. De Ra, dios de los egipcios, se decía que era un dios cuyo nombre está escondido, yo soy el dios grande, cuyo nombre ningún hombre conoce. Quien diese con tal nombre tenía una influencia especial ante el dios. 4 Mat_6:7. 5 Pro_10:19. 6 Lev 27; Núm 30; Deu_23:22-24; Mal_1:14; Sal_50:14; Eco_18:21-23. 7 Deu_22:22. 8 Hemos traducido por sacerdote el término hebreo hammale'ák (el enviado), debido a que en Lev_27:8.12.14, etc., es él quien tiene que velar por el cumplimiento de los votos. Los LXX y la Peshita leen ha'elo hím (Dios), lección que prefieren McNeile, Barton, Buzy, por hablarse de Dios en todo el contexto. La Bib. de Jér>: íu ángel. 9 Pro_1:7; Eco_1:15. 10 O.c., p.347- San Juan Crisóstomo dice que el avaro es guardián, no señor; siervo de sus riquezas, no posesor. 11 Job_1:21; 1Ti_6:7.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter V.

1 Vanities in Diuine seruice, 8 in murmuring against oppression, 9 and in Riches. 18 Ioy in riches is the gift of God.
1 Kepe thy foote when thou goest to the house of God, and be more ready to heare, [ 1Sa_15:22; Psa_50:8; Pro_15:8; Pro_21:27.] then to giue the sacrifice of fooles: for they consider not that they doe euill.
2 Be not rash with thy mouth, and let not thine heart be hasty to vtter any [ Or, word.] thing before God: for God is in heauen, and thou vpon earth: therefore let thy words [ Mat_6:7; Pro_10:19.] be few.
3 For a dreame commeth through the multitude of businesse, and a fooles voyce is knowen by multitude of words.
4 [ Deu_23:21.] When thou vowest a vow vnto God, deferre not to pay it: for he hath no pleasure in fooles; [ Psa_66:13-14.] pay that which thou hast vowed.
5 Better is it that thou shouldest not vowe, then that thou shouldest vowe and not pay.
6 Suffer not thy mouth to cause thy flesh to sinne, neither say thou before the Angel, that it was an errour: wherefore should God be angrie at thy

[How riches are miserable.]

voyce, and destroy the worke of thine hands?
7 For in the multitude of dreames and many words, there are also diuers vanities: but feare thou God.
8 If thou seest the oppression of the poore, and violent peruerting of iudgement, and iustice in a prouince, maruell not [ Hebrew: at the will or purpose.] at the matter: for he that is higher then the highest, regardeth, and there be higher then they.
9 Moreouer the profit of the earth is for all: the king himselfe is serued by the field.
10 Hee that loueth siluer shall not be satisfied with siluer; nor he that loueth abundance, with increase: this is also vanitie.
11 When goods increase, they are increased that eate them: and what good is there to the owners thereof, sauing the beholding of them with their eyes?
12 The sleepe of a labouring man is sweete, whether he eate little or much: but the abundance of the rich will not suffer him to sleepe.
13 There is a sore euill which I haue seene vnder the Sun, namely riches kept for the owners therof to their hurt.
14 But those riches perish by euill trauell; and he begetteth a sonne, and there is nothing in his hand.
15 [ Job_1:21 ; 1Ti_6:7 ; Psa_49:17 .] As he came forth of his mothers wombe, naked shall he returne to goe as he came, and shall take nothing of his labour, which he may carry away in his hand.
16 And this also is a sore euill, that in all points as he came, so shall hee goe: [ Ecc_1:2 .] and what profit hath he that hath laboured for the winde?
17 All his dayes also hee eateth in darkenesse, and he hath much sorrowe, and wrath with his sicknesse.
18 [ Ecc_2:24 ; Ecc_3:12 .] Behold that which I haue seene: [ Hebrew: there is a good which is comely, etc.] It is good and comely for one to eate and to drinke, and to enioy the good of all his labour that he taketh vnder the sunne, [ Hebrew: the number of the dayes.] all the dayes of his life, which God giueth him: for it is his portion.
19 Euery man also to whom God hath giuen riches and wealth, and hath giuen him power to eate thereof, and to take his portion, and to reioyce in his labour; this is the gift of God.
20 For he shall not much [ Or, though he giue not much, yet he remembred , etc.] remember the dayes of his life: because God answereth him in the ioy of his heart.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



El acceso a Dios. Si uno ve correctamente el tema de la compañía en 4:1-16, el asunto es abandonado abruptamente sin que se sugiera una solución real. Somos antes enfrentados con Dios. El pasaje 4:1-16 suscitaría en la mente de cualquier lector la pregunta: ¿No es Dios la respuesta? Pero debemos acceder a él de la manera correcta.

Casa de Dios (1) es el templo, la estructura del cual señala hacia la santidad e inaccesibilidad de Dios salvo por medio de sacrificio. El necio no se da cuenta de lo ofensivo que es a Dios en la manera de acercarse a él. 2 El apresuramiento en la oración no alcanza a ver la magnitud de la diferencia entre Dios y los seres humanos. Cielo es el lugar de la gloria de Dios; el adorador debe recordar que él no se allega a Dios como un igual.

3 Las responsabilidades tienen efectos laterales. Al producir sueños perturbados pueden también llevar a una abundancia de palabras desconsideradas. 4, 5 El voto (un acompañante de la petición o una expresión espontánea de gratitud) puede consistir en una promesa de lealtad, una ofrenda voluntaria, o la dedicación de un niño. Hacer un voto correcto y no guardarlo ofende a Dios. El mensajero (6) sería un sacerdote o alguien enviado por un sacerdote. Los sueños (7) deben significar algo parecido a soñar despierto, casualidad, irrealidad al aproximarse a Dios. Esto, y la abundancia de palabras descuidadas en la oración, son ambas marcas del mundo sin significado (frustrado, torcido). El temor a Dios es el remedio (ver 3:14; 12:13).

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sir_34:1-5

[2] Ecl_12:13

NOTAS

5:6 Este breve proverbio (lit. «en el número de los sueños, y vanidades y muchas palabras») probablemente está mutilado. Algunos corrigen según Ecl_5:2 [Ecl_5:3] y leen: «los sueños vienen de las muchas tareas, la voz necia de las muchas palabras»; o también: «de los muchos sueños vienen las vanidades, abundancia de palabras, atrapar vientos». Pero estas conjeturas no tienen ningún apoyo en las versiones antiguas.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sir_34:1-5

[2] Ecl_12:13

NOTAS

5:6 Este breve proverbio (lit. «en el número de los sueños, y vanidades y muchas palabras») probablemente está mutilado. Algunos corrigen según Ecl_5:2 [Ecl_5:3] y leen: «los sueños vienen de las muchas tareas, la voz necia de las muchas palabras»; o también: «de los muchos sueños vienen las vanidades, abundancia de palabras, atrapar vientos». Pero estas conjeturas no tienen ningún apoyo en las versiones antiguas.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Autoridades. En 3,16, Qohelet se expresaba en un tono muy parecido al tratar de la administración de la justicia. Aunque pueda aludir a acontecimientos históricos -el colaboracionismo con los tolomeos en la época helenística-, las expresiones siguen siendo de carácter universal.
El versículo 8 resulta enigmático; quizás su sentido sea exaltar el cultivo del campo por los gobernantes. Puede verse una alusión a las injusticias cometidas, so pretexto de obediencia a una autoridad superior, injusticias cuya consecuencia es privar a los pobres de las rentas de sus tierras.
El Predicador no se admira de la opresión del pobre o del que está en un grado inferior, ya que son situaciones de hecho. Su reflexión parte, como siempre, de la experiencia. Pero todavía queda una pregunta: ¿acaso pertenecen a la categoría de lo que hay que aceptar sin remisión las situaciones de injusticia y explotación?

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



5. El "mensajero" de Dios es probablemente el sacerdote, ante quien debían presentarse los que habían incurrido en falta inadvertidamente ( Lev_4:27-35; Num_15:27-30).

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 5.4-5 Acerca de la obligación de cumplir las promesas, cf. Nm 30.3-16; Dt 23.21-23; Eclo 18.22.

[2] 5.6 El enviado de Dios: Podría tratarse de un sacerdote o de un funcionario del templo, encargado de velar para que los responsables cumplieran puntualmente sus promesas.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Ecl 12:13; Sir 34:1-7.

Jünemann (1992)


7 e. Hay todo esto de votos imprudentes no cumplidos; de superstición, canos temores.
f. No sueños, ni supersticiones ni parlerías.


Torres Amat (1825)



[5] El ángel del Señor que te guarda y oye tus palabras.

[14] Job 1, 21; 1 Tim 6, 7.