Ver contexto

II. Organización de la comunidad por Esdras y Nehemías
Misión y personalidad de Esdras.
Después de estos acontecimientos, bajo el reinado de Artajerjes, rey de Persia, Esdras, hijo de Serayas, hijo de Azarías, hijo de Jilquías, (Esdras  7, 1) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

אַחַר֙‎(אַחַר)

Hebrew|ʔaḥˌar|after

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H310] [a.cp.ac] [68b]
[אחר] [GES304] [BDB324] [HAL338]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

דְּבָרִ֣ים‎(דָּבָר)

Hebrew|ddᵊvārˈîm|word

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1697] [d.ai.ab] [399a]
[דבר] [GES1603] [BDB1811] [HAL1822]

הָ‎(הַ)

Hebrew|hā|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

אֵ֔לֶּה‎(אֵלֶּה)

Hebrew|ʔˈēlleh|these

Part-of-speech: demonstrative pronoun
Gender: unknown
Number: plural
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H428] [a.dk.aa] [92]
[אלה] [GES409] [BDB429] [HAL445]

בְּ‎(בְּ)

Hebrew|bᵊ|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

מַלְכ֖וּת‎(מַלְכוּת)

Hebrew|malᵊḵˌûṯ|kingship

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4438] [m.cd.ak] [1199e]
[מלכות] [GES4355] [BDB4855] [HAL4779]

אַרְתַּחְשַׁ֣סְתְּא‎(אַרְתַּחְשַׁסְתְּא)

Hebrew|ʔartaḥšˈastᵊ|Artaxerxes

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H783] [xa.bi.ah]
[ארתחשסתא] [GES759] [BDB811] [HAL836]

מֶֽלֶךְ‎(מֶלֶךְ)

Hebrew|mˈeleḵ-|king

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4428] [m.cd.ab] [1199a]
[מלך] [GES4346] [BDB4848] [HAL4771]

פָּרָ֑ס‎(פָּרַס)

Hebrew|pārˈās|Persia

Part-of-speech: proper noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6539] [q.dd.ad] [1820]
[פרס] [GES6475] [BDB7132] [HAL7071]

עֶזְרָא֙‎(עֶזְרָא)

Hebrew|ʕezrˌā|Ezra

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5830] [p.bz.ae]
[עזרא] [GES5775] [BDB6380] [HAL6297]

בֶּן‎(בֵּן)

Hebrew|ben-|son

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1121] [b.ca.aa] [254]
[בן] [GES1052] [BDB1189] [HAL1201]

שְׂרָיָ֔ה‎(שְׂרָיָה)

Hebrew|śᵊrāyˈā|Seraiah

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8304] [u.ce.ad]
[שריה] [GES8262] [BDB9096] [HAL9019]

בֶּן‎(בֵּן)

Hebrew|ben-|son

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1121] [b.ca.aa] [254]
[בן] [GES1052] [BDB1189] [HAL1201]

עֲזַרְיָ֖ה‎(עֲזַרְיָה)

Hebrew|ʕᵃzaryˌā|Azariah

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5838] [p.bz.ak]
[עזריה] [GES5781] [BDB6386] [HAL6304]

בֶּן‎(בֵּן)

Hebrew|ben-|son

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1121] [b.ca.aa] [254]
[בן] [GES1052] [BDB1189] [HAL1201]

חִלְקִיָּֽה‎(חִלְקִיָּה)

Hebrew|ḥilqiyyˈā|Hilkiah

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2518] [h.da.aj]
[חלקיה] [GES2445] [BDB2730] [HAL2726]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



2. Reformas de Esdras (c.7-10).
E n esta segunda parte del libro ocupa Esdras el puesto central. Señala el texto su ascendencia sacerdotal, su viaje a Jerusalén, llevando una carta de recomendación; algunos detalles sobre los acompañantes y nuevos repatriados. Los dos últimos capítulos del libro tratan de los matrimonios mixtos.

Genealogía de Esdras (7:1-5).
1 Después de esto, en el reinado de Artajerjes, rey de Persia, vino Esdras, hijo de Serayas, hijo de Azarías, hijo de Helcías, 2 hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ajitub, 3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Merayot, 4 hijo de Zarajías, hijo de Uzi, hijo de Buqui, 5 hijo de Abisúa, hijo de Fines, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, sumo sacerdote.

Con datos concretos se prueba la ascendencia sacerdotal de Esdras = Ezrayah, nombre que significa al que Yahvé ayuda. Otros personajes llevaron este nombre (Neh_12:1; Neh_12:13; Neh_12:33). únicamente con este requisito podía ejercer Esdras las funciones sacerdotales en el templo (Neh_2:62). Serayas es el último sumo pontífice del reino de Judá, muerto por Nabucodonosor en Ribla (2Re_25:18-21). Su pontificado fue retransmitido a Esdras a través de su hijo primogénito Josadac, padre de Josué (2Re_5:2). Entre Serayas y Esdras hanse omitido algunos nombres. Serayas, escribe Fernández, fue padre de Josadac, que fue llevado al destierro (1Cr_6:10); y sus hijos, que le sucedieron en el sumo pontificado, se hallan citados en Neh_12:10-11, de donde cabe concluir que Esdras descendía de Serayas por uno de sus hijos menores. Queriendo el autor sagrado demostrar que Esdras procedía de la línea de sumos sacerdotes, y entre sus progenitores el primer sumo sacerdote era Serayas, nombró a éste, saltando a los demás intermedios, que no le interesaban. Este método de omitir algunos nombres en las listas genealógicas es muy común en la Biblia. El género literario genealógico expresa más bien un sistema teológico-jurídico que una encuesta biológica. Parece que las genealogías sacerdotales se hicieron remontar hasta Aarón entre la época de Esdras y de las Crónicas (Gelin). Entre Serayas y Esdras median unos ciento treinta y ocho años, siendo evidente que la palabra hijo tiene aquí un sentido muy amplio· De Azarías apenas se sabe nada. Releías era sumo sacerdote durante el reinado de Josías; en su tiempo fue encontrado el libro de la Ley (2Re_22:4; 2Cr_34:9). Entre Sadoc y Ajitub ha omitido el autor el nombre de Merajot (1Cr_9:11). Fue Amarías sumo sacerdote en tiempos de Josafat, rey de Judá. Abisúa fue hijo de Finés (1Cr_5:30-31), y éste de Eleazar (Exo_6:25). A la muerte de los hijos de Aarón (Nadab y Abiú), Eleazar sobrevivió, sucediendo a padre en el sacerdocio (Num_20:26-28). Fue Aarón hermano de Moisés; recibió para él y para su descendencia la dignidad del sumo sacerdocio (Ex c.28-29), de manera que el primogénito fuera sumo sacerdote, y los otros, simples sacerdotes (Num_3:10). Tal dignidad se retransmitió a través de sus dos hijos Eleazar e Itamar, más del primero que del segundo (1Cr_24:3-6). Es de notar que el texto original no contiene ningún verbo hasta el v.6; tanta es la atención y admiración del autor por su personaje, que incluso olvida las reglas de la gramática, llevado por el afán de poner de relieve la ascendencia sacerdotal de Esdras. En el v.1 se habla de que la llegada de Esdras fue reinando Artajerjes. Ahora bien, como diremos más tarde, tres son los monarcas persas con este nombre: Artajerjes I Longímano (464-424), Artajerjes II Mnemone (405-358), Artajerjes III Oco (358-337). Desde el año 515 (1Cr_6:19) hasta el séptimo de Artajerjes (458) existe un espacio de cincuenta y ocho años.

En ruta hacia Jerusalén (1Cr_7:6-10).
6 Venía de Babilonia, y era un escriba muy versado en la ley de Moisés, dada por Yahvé, Dios de Israel; y corno estaba sobre él la mano de Yahvé, su Dios, el rey le otorgó todo cuanto le pidió, 7 Muchos de los hijos de Israel, de los sacerdotes y levitas, de los cantores, de los porteros y de los netineos, vinieron también a Jerusalén el año séptimo del rey Artajerjes. 8Llegó Esdras a Jerusalén el mes quinto del año séptimo del rey, 9habiendo salido de Babilonia el día primero del primer mes, y llegó a Jerusalén el día primero del quinto mes, estando sobre él la mano de su Dios, 10 porque Esdras había dispuesto su corazón para poner por obra la Ley de Yahvé y enseñar en medio de Israel sus mandamientos y preceptos.

El autor sagrado ha utilizado tres fuentes de información en estos capítulos: el archivo donde se guardaba la genealogía sacerdotal de Esdras (1Cr_6:29-40), un memorial de Esdras y la carta de Artajerjes. Además de sacerdote, era Esdras un escriba versado en la Ley de Moisés. Por el nombre de escriba (sofer) pueden entenderse aquellos funcionarios que conocían el arte de escribir (Sal_45:2) y que prestaban sus servicios preferentemente en la corte real (2Sa_8:17; 2Re_12:11). Del tiempo de la cautividad llámase sofer al hombre dedicado al estudio e interpretación de la Ley (Ecl c.38-39). Parece que Esdras, a ejemplo de los colegios sacerdotales babilónicos, formó junto al templo un colegio de soferim cuya misión era reunir las tradiciones escritas y orales, ordenarlas y codificarlas con vistas a una futura reforma1.
Su contacto permanente con la legislación mosaica hizo de él un escriba especializado o, como dice el texto, versadísimo en la Ley de Moisés. El término hebraico mahir significa pronto, rápido, ágil> tanto para escribir la Ley como para interpretarla. Hasta su tiempo no existía una codificación o colección escrita de toda la legislación mosaica, que se conocía a través de la tradición oral o por algunas colecciones escritas incompletas. Sus muchos años de permanencia en el palacio y su trabajo en el departamento de negocios hebraicos le familiarizaron con la Ley de Moisés, ahondando en su espíritu y desentrañando su verdadero sentido. De ahí que puede llamarse escriba muy versado y ágil en la interpretación de una ley que tantas veces había transcrito y meditado profundamente. El v.10 dice que estaba Esdras dedicado a escudriñar (darash) la Ley de Moisés con el fin de conocerla perfectamente. En los v.14 y 25 se puntualiza que esta Ley está entre sus manos (v.14), que la conoce al dedillo; según la sabiduría de tu Dios, que está en tu mano (v.25). Esta ciencia y sabiduría de la Ley la había asimilado él, llevándola totalmente a la práctica. A toda ella faltaba un complemento, a saber, comunicar a otros esta ciencia y moverlos a practicarla mediante su ejemplo.
Debía ser Esdras un hombre íntegro, fiel y hábil para granjearse la estima de sus superiores y subditos. La afección que el rey sentía por él le impelía a concederle todo cuanto pedía. Dios había recompensado la conducta intachable de su siervo haciendo que encontrara gracia a los ojos del rey; de donde se decía que la mano de Dios estaba sobre él (2Re_7:10-28; 2Re_8:18; Neh 2-8). Aprovechó Esdras aquella coyuntura favorable para obtener una autorización para regresar a Jerusalén él y otros que quisieron acompañarle. De seguro habría oído él que la vida de los repatriados en Palestina no correspondía al ideal señalado por la Ley de Moisés.


¿Cuándo Partió Esdras Para Jerusalén?
Dice el texto (v.7) que fue el año séptimo de Artajerjes. Tres son los monarcas persas con este nombre: Artajerjes I Longímano (464-424), Artajerjes II Mnemone (405-358) y Artajerjes III Oco (358-337). Se excluye que Esdras regresara en tiempos de este último; quedan en litigio los dos primeros. Según datos del texto, la misión de Esdras tuvo lugar el año 458, coincidiendo con el año séptimo de Artajerjes Longímano; Nehemías llegó el año 20 del mismo monarca, es decir, el año 445. La sentencia de Van Hoonacker, que defendieron después otros autores, hace coincidir la fecha de la misión de Esdras con el año 398, séptimo del reinado de Artajerjes II Mnemone. Las razones que se aducen en su apoyo kan sido indicadas en la introducción; en caso de aceptarse, el orden de los capítulos sería el siguiente: Esd c.1-6; Neh 1-7 y 10-13; Esd 7-10 y Neh 8-9. En el supuesto de que la misión de Esdras precedió a la de Nehemías, ¿cómo se explica que este último silencie completamente la obra del sacerdote escriba? Además, al llegar Esdras a Jerusalén, halló que la ciudad había sido reconstruida, lo que supone la acción anterior de Nehemías. Por estas y otras razones considera Van Hoonacker que la llegada de Esdras es posterior a la de Nehemías.
El autor del libro, dicen, ha sacrificado el orden cronológico de los hechos al respeto que sentía por Esdras sacerdote, que ostentaba una dignidad superior a la del laico Nehemías. Una y otra hipótesis presentan soluciones aceptables y dificultades.
Con Esdras llegaron sacerdotes, levitas, cantores, porteros y netineos (2Re_2:36-63). Esta noticia está relacionada con lo dicho en el capítulo anterior acerca de la dedicación del templo. La caravana partió de Babilonia el día primero del mes de Nisán (marzo-abril) y, tras un viaje de ciento ocho días, llegó a Jerusalén el primero del mes de Ab (julio-agosto). El día primero del primer mes los expedicionarios concentráronse en las orillas del río Ahavá (2Re_8:15; 2Re_8:21; 2Re_8:31). Allí esperó Esdras la concentración de nuevos levitas (2Re_8:15-20). Túvose un día de oración y ayuno (2Re_8:21-23), partiendo definitivamente hacia el día 12 del primer mes (2Re_8:31). Dios protegió a la caravana de enemigos y bandoleros, llegando felizmente a su destino (2Re_8:31).

l E. Dhorme: RHPHR 35 (1955) 129-143.


Carta de Artajerjes.

Encabezamiento (2Re_7:11-12).

11 He aquí la copia de la carta entregada por el rey Artajerjes a Esdras, sacerdote y escriba, versado en los mandamientos y las leyes de Yahvé a Israel: Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba, versado en la ley del Dios de los cielos, etc.,

El autor antepone a la carta real una corta introducción. A Esse le llama sacerdote y escriba (Neh_8:9; Neh_12:26), aunque en el contexto se insista más en esto último. De nuevo se le califica de muy versado en los mandamientos y leyes de Yahvé. El verso, en e1 texto original, va en hebreo, a pesar de que la carta del rey (v. 12-26) é escrita en arameo. Es digno de notarse la repetición de la Palabra escriba en el v.11. Artajerjes se llama rey de reyes, como hacían también los soberanos asirios y neo-babilónicos (Eze_26:7; Dan_2:37), por su dominio sobre un vastísimo imperio. Los persa daban a su dios Ahura Mazda el título de dios del cielo.

Misión de Esdras (Dan_7:13-16).
13 He dado la orden de dejar partir a todos los del pueblo de Israel, de sus sacerdotes y sus levitas, que hay en mi reino que estén dispuestos a ir contigo a Jerusalén.14 Tú eres enviado del rey y de sus siete consejeros para inspeccionar a Judá y a Jerusalén respecto de la Ley de tu Dios, que está entre tus manos, 15 y para llevar allá el oro y la plata que el rey y sus consejeros han ofrecido generosamente al Dios de los cielos, cuya casa está en Jerusalén; 16 toda la plata y el oro que puedas reunir en Babilonia, con las ofrendas voluntarias hechas por el pueblo y los sacerdotes a la casa de Dios en Jerusalén.

El rey no fuerza a nadie; deja a todos en libertad de quedarse o de partir para Jerusalén. Se menciona a los laicos, sacerdotes y levitas. Disponía el monarca de un consejo de siete consejeros (Est_1:14; Tob_12:15; Dan_4:14), llamados los ojos y los oídos del rey, que gozaban de su máxima confianza y a los que se sometía el estudio de los negocios importantes. Componíase en un principio de aristócratas persas (Heródoto, 3:71; 76:83-84), al que entraron más tarde nobles medos (Est_1:14). Refiere el mismo Heródoto (Est_3:70) y Ctesias (Pers. 14ss) que siete príncipes entre los persas se conjuraron contra el falso Smerdis, siendo Darío uno de ellos.
Habían llegado a palacio noticias alarmantes sobre abusos en la vida religiosa de los repatriados, contaminados tal vez al contacto de los pueblos de la tierra. La expresión que está en tus manos, refiriéndose a la Ley, puede significar que Esdras debe examinar la situación religiosa existente de acuerdo con lo preceptuado en la Ley de Moisés, que él conocía a fondo. No parece que aquí se aluda a un ejemplar escrito que Esdras llevara consigo.
Con ocasión de la primera repatriación mandó Ciro que se entregaran a Sesbasar los objetos de oro y plata que había sustraído Nabucodonosor del templo de Jerusalén (Est_1:7). Artajerjes contribuye generosamente al esplendor de la casa del Dios de los cielos, que tiene su morada en aquella ciudad. Da, además, facultad para que se hagan colectas en Babilonia y se acepten las ofrendas voluntarias. No cabe en el texto la distinción entre las ofrendas de los paganos y las que hicieron los judíos; fueron estos últimos los que más contribuyeron con sus donativos al esplendor del templo.

Destino de las limosnas (Est_7:17-20).
17 Cuidarás de adquirir con ese dinero novillos, carneros, corderos y cuanto es necesario para las ofrendas y las libaciones, que ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios e Jerusalén, 18 y con el resto de la plata y del oro harás lo que mejor te parezca a ti y a tus hermanos, conforme a la voluntad de vuestro Dios. 19 Deposita ante Dios en Jerusalén los utensilios que se te entregan para el servicio de la casa de tu Dios 20 y saca de los tesoros del rey lo que sea necesario para las otras expensas que has de hacer para la casa de tu Dios.

Tenían fe los monarcas persas en la eficacia de los sacrificios cruentos, incruentos y libaciones. De ahí que se indique a Esdras la obligación de destinar el dinero a la compra de lo necesario para asegurarlos. Es posible que entre los abusos existía el de limitar el número de sacrificios e incluso descuidarlos, alegando la carencia de dinero para la adquisición de víctimas. Si algo resta, puede Esdras, con el consejo de sus colegas, disponer libremente de ello. Los utensilios que se destinan para la casa de Yahvé no pueden utilizarse en usos profanos; necesariamente deberán colocarse delante del Dios de Jerusalén, o sea, del Dios de Israel, que ha escogido Jerusalén por morada. Lo que haga falta, añade el dadivoso rey, lo proporcionará el tesoro real (Est_6:8).

Ordenes
? los tesoreros reales (Est_7:21-24).
21 Yo, el rey Artajerjes, doy orden a todos los tesoreros de la parte de allá del río de entregar íntegramente a Esdras, sacerdote y escriba, versado en la ley del Dios de los cielos, todo lo que él os pidiere, 22 hasta cien talentos de plata, cien coros de trigo, cien batos de vino, cien batos de aceite y sal a discreción. 23 Que todo cuanto está mandado por el Dios de los cielos se haga puntualmente para la casa del Dios de los cielos, para que no venga su cólera sobre nuestro reino, sobre el rey y sobre sus hijos. 24 Os hacemos saber que no podrá ser impuesto tributo, ni gabela, ni derecho de peaje a ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y netineos ni a ningún servidor de esa casa de Dios.

La provincia de Abarnahara tenía rentas propias y era independiente de la administración central (Est_4:10; Est_3:2). Las gentes pagaban impuestos y tributos al gobernador, quien retransmitía lo recaudado al poder central. En adelante, parte de las cantidades recaudadas serán entregadas a Esdras. En concreto, Esdras recibirá hasta cien talentos de plata (cerca de un millón de pesetas), cien coros de trigo (unos treinta y seis mil litros), cien batos (unos cuatro mil litros) de vino, otros tantos de aceite y sal a discreción.
A estos donativos se añadía la exención de tributos, gabelas, Derechos de peaje a todos los funcionarios del templo. En la inscripción de Gadata y otras aparece la costumbre de eximir a los sacerdotes de los impuestos. Darío, en la mencionada inscripción, reprende a su sátrapa Gadata por haber exigido impuestos a los Jardineros del bosque sagrado de un templo de Apolo. Antíoco III eximió perpetuamente de impuestos a los sacerdotes, levitas y cantores del templo2. El descuido tocante al culto podía desencadenar la ira de los dioses sobre el imperio, el monarca y sus hijos.3

Ultimas disposiciones (Est_7:25-26).
25 Y tú, Esdras, según la sabiduría que de Dios, que está en tu mano, tienes, establece jueces y magistrados que administren justicia a todo el pueblo del otro lado del río, a todos los que conocen la Ley de tu Dios, y enséñasela a los que no la conocen. 26 Cualquiera que no guarde puntualmente la ley de tu Dios y la ley del rey, será condenado a muerte, a destierro, a multa o a prisión.

Los poderes otorgados a Esdras son extraordinarios, pero se limitan a los judíos que viven en Judá y Jerusalén (v.14). Debía establecer jueces (sofetim) y magistrados (dayyanim) que le ayudaran en su misión. La Ley de Moisés debía ser la norma de todos los judíos. Los que se negaran someterse a ella, o serán condenados a muerte o expulsados de la comunidad judaica, a multa o prisión. Existiendo entre Dios y su pueblo el pacto de la alianza, era lógico que no podía Yahvé quedar satisfecho mientras su pueblo no ajustara su conducta a las prescripciones de la alianza. Todos los judíos, que conozcan o no la Ley, por el hecho de serlo, deben vivir conforme a ella. Para que no tengan excusa, Esdras y sus ayudantes les instruirán en la misma. Los que se negaran a practicarla serán castigados, o con la muerte, o con la expulsión de la comunidad judaica, siendo considerado el delincuente como excomulgado, con multa o prisión. Con pena de muerte se castigaba la idolatría (Exo_22:19; Lev_20:2; Deu_13:6-10), el adulterio (Lev_20:10; Deu_22:22-24). La expulsión de la comunidad judaica practicóse en tiempos de Nehemías (Neh_13:3-28). La figura de Esdras no está aislada en la historia. En muchos rasgos se parece a la del sacerdote egipcio Udja-Horesnet, que vivió en un tiempo en Elam y que fue enviado por Darío I en misión oficial a Egipto para que, según reza una inscripción en su estatua, reorganizara los muros de la casa de vida. En ésta fueron escritos y conservados los libros de contenido religioso. En tiempos posteriores conserváronse en los templos4. Semejante instalación pudo haber creado Esdras en Jerusalén (Schneider).

Acción de gracias (Neh_7:27-28).
27 Bendito Yahvé, Dios de nuestros padres, que ha dispuest el corazón del rey a glorificar así la casa de Yahvé en Jerusalén 28 y que me hizo objeto de la benevolencia del rey, de sus consejeros y de todos sus poderosos jefes. Fortalecido por la mano de mi Dios, que estaba sobre mí, reuní a los jefes de Israel para que partieran conmigo.

Con el v.27 empieza de nuevo el texto hebraico. Esdras habla en primera persona del plural y llama a Yahvé el Dios de nuestros padres. Le alaba no tanto por haber recibido donativos cuantiosos cuanto por haber dispuesto el corazón del rey en favor del pueblo judío. Al conceder el monarca autorización para que Israel viviera según sus propias leyes, ponía los fundamentos del nuevo pueblo judío. El decreto real era la carta de fundación del judaismo. Más tarde, Antíoco el Grande concedió a todo el pueblo poder vivir según sus leyes antiguas5. Esto mismo concedieron los romanos, con la limitación de que los jueces judíos no podían condenar a pena de muerte (Jua_18:31).

l E. Dhorme: RHPHR 35 (iQSS) 129-143.
2 Flavio Josefo, Ant. lud. 12:3:3
3 D. Delorme, La religión des Achéménides: RB 22 (1913) 15-35; G. Lambert, l restauration juive sous les rois Achéménides: Cahiers Sioniens, i (1947) 314-337·
4 E, ? tt? , Kleines Wórterbuch der Egypyologie (1957) s.v. Lebenshaus.
5 Flavio Josefo, Ant. Lud2Cr_12:3.3.


¿Es Auténtico el Decreto de Artajerjes?
Existen autores (Batten, Kuenen, Torrey, Holscher, etc.) que lo niegan. No es posible, dicen, que proceda de Artajerjes un decreto que chorrea judaísmo por sus cuatro costados. Efectivamente, quien redactó el decreto conocía bien la terminología hebraica y la Ley de Moisés; estaba enterado de las diversas clases de sacrificios y se expresa como podía hacerlo un legislador judío cualquiera. Además, parece improbable que el rey de Persia se mostrase tan generoso para con Esdras y le otorgara una autoridad comparable a la de un gobernador. Sin embargo, las razones no son de peso decisivo para dudar de la autenticidad sustancial del decreto. Es muy probable que éste fuese redactado por un escriba judío, y aun cabe aventurar la hipótesis de que fuera Esdras el que lo dictó. Artajerjes se muestra generoso; pero hemos visto que sus dádivas tendían exclusivamente al esplendor del templo, para tener a Dios propicio, A Esdras le da un poder casi absoluto sobre sus súbditos judíos; los gentiles, las gentes de la tierra, dependían directamente y en todo de las autoridades civiles persas. Con su decreto conseguía Artajerjes tener sometido a un pueblo que reclamaba vivir conforme a sus propias leyes, dentro, naturalmente, del inmenso imperio persa (Neh_8:9). Con estas concesiones tenía el rey la seguridad de que tanto Israel como su Dios no constituirían en adelante impedimento alguno para la pacífica dominación persa en Judea y Jerusalén. No vemos, pues, mayor dificultad en que el decreto, al menos en su esencia, sea auténtico.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[o] En el presente capítulo Esdras es llamado varias veces escriba, o maestro en la Ley. Ley de Yavé, según los judíos; Ley del Dios de los Cielos en la carta oficial del gobierno perso que identificaba a Yavé con el Dios de los Cielos. Se considera habitualmente que Esdras juntó les libros que componían el primer núcleo de nuestra Biblia. Los libros de Moisés llamados la Ley eran la parte esencial de ella. Es entonces cuando la Ley de Dios empieza a ser identificada con un conjunto de libros tenidos por sagrados: ver al respecto 2 Mac 2,13 que atribuye esta iniciativa a Nehemías. Es aquí, pues, donde conviene preguntarnos cómo se reconocen los libros sagrados. Et que compra una Biblia no duda de que contiene los libros inspirados, que es el libro de la Palabra de Dios... Pero ¿quién decidió, y con qué criterios, cuáles eran los libros sagrados? Esta pregunta es fundamental pues, bien seamos católicos o protestantes, cualquiera fuere la iglesia a la que pertenecemos, toda nuestra fe se basa en esas Escrituras. Si no existe alguna autoridad capaz de decidir cuáles son los libros inspirados y qué crédito podemos atribuirles, no habrá fe cristiana. ¿En qué difieren esos libros de los otros escritos procedentes de sabios, o de santas personas o de profetas? ¿En qué medida nos entregan éstos la verdad única y eterna que no es sino el propio Dios con su misterio? Esdras EL CANON DE LAS ESCRITURAS Es llamada (una palabra de origen griego que significa regla, o derecho como una regla) la lista oficial de los libros sagrados que son y siempre serán normativos de la fe. Digamos en pocas palabras que la seguridad de la fe descansa en la seguridad de que Dios ha dado a los apóstoles de Jésus, y mediante ellos a la Iglesia, una asistancia especial de su Espíritu para que determine sin error cuáles son los libros sagrados. Volveremos en este punto a propósito de los llamados libros deutero-canónicos. Y para empezar, tratemos de ver cómo esos libros sagrados llegaron a ser reconocidos, por la comunidad israelita primero, luego por la Iglesia. El punto de partida de cada uno de ellos es un escrito redactado por un profeta, o por el discípulo de un profeta, o por un sabio acostumbrado a enseñar la ley de Dios. A veces este autor estaba consciente de ser inspirado, tanto en lo que escribía como en lo que proclamaba. Otras veces quiso enseñar o comentar la Ley de Dios o descubrir cómo se verificaba en los acontecimientos, y lo hizo con fe y convicción de que estaba expresando la fe de Israel, o la de la Iglesia, pero sin por eso pensar que su libro era palabra de Dios. Luego ha habido los azares de la vida y los daños del tiempo: libros quemados, olvidados. El libro depositado en una biblioteca rudimentaria como podía ser entonces cae después de generaciones en manos de un sacerdote o de un letrado que lo encuentra bueno, pero no adaptado a los tiempos nuevos. Toma parte de él o lo toma entero, pero le añade párrafos y páginas. Puede ser que el libro sea copiado y difundido y que muchas personas lo memoricen - pues muy pocos tenían un ejemplar. Pero también puede ser que el libro caiga en el olvido. Luego se llega al momento en que la comunidad religiosa, ya sea la comunidad judía o la Iglesia, se preocupa por juntar sus libros sagrados. Entonces las autoridades religiosas buscan los libros existentes en las varias comunidades, aprecian el interés que se tiene por ellos y notan los que la gran mayoría de los creyentes tienen por inspirados. Y finalmente deciden en nombre de Dios cuáles son los libros que ellas reconocen, los que serán considerados en adelante como portadores de la Palabra de Dios. A partir de ese momento, sabiendo que la Iglesia goza de la asistencia del Espíritu de Dios, los creyentes hacen un acto de fe y reconocen estos libros como inspirados por Dios. Saben que si bien la mayoría de esos libros pasaron por varias manos, son en su estado final una parte del mensaje que Dios quiere dejar a su pueblo para todos los lugares y todos los tiempos. Como se ve, en todo este proceso la actuación de Dios ha sido muy discreta, como lo es en la historia presente de la Iglesia o en nuestras vidas. Estuvo con el autor; estuvo con el sacerdote o el secretario que revisó y tal vez desfiguró el texto original; estuvo en el incendio que destruyó ciertos libros tenidos por sagrados como en los lectores que se encariñaron con tal o cual escrito y lo salvaron del olvido. De alguna manera la cosa puede parecerse a un juego de azar, pero Dios siempre tiene la carta maestra y se lleva su libro, o más bien nos lo deja estampado. Cuanto acabamos de decir vale para todos los libros que componen la Biblia: fue la comunidad religiosa, judía primero y cristiana después, la que los eligió y los reconoció y en esto se nos pide un acto de fe sin el cual no tendríamos más Libro Sagrado. La fe es una decisión en la que reconocemos y elegimos al mismo tiempo al Pueblo y a su Libro. No sabemos ni lo sabremos nunca por qué camino tal o cual libro entró en ese Canon o Regla de las Escrituras, pero el hecho es que entró y que la comunidad, judía o cristiana, nunca renegó de él. Esdras DESPUÉS DE ESDRAS Parece que el primer núcleo de la Biblia conformado por Esdras ordenaba ya los libros según dos categorías: La Ley y los Profetas. La Ley, es decir, los cinco libros atribuidos a Moisés; los Profetas, es decir, tanto los libros históricos de inspiración profética como los escritos de los profetas. Fue sin duda un poco más tarde cuando apareció la tercera categoría, la de los Escritos, a medida que se iban reuniendo esos libros de carácter diverso pero que podían habitualmente ser considerados como una "literatura de sabiduría". El prólogo del libro de Sirac es el testimonio de una época, un siglo y medio antes de Cristo, en la que se había impuesto esa estructura. El hecho de considerar a esos libros como libros sagrados no les impidió a algunos que se creían autorizados a hacer ediciones revisadas de ellos o a añadirles nuevos escritos, como fue el caso de Qumrán. Puesto que se veía en esas Escrituras la expresión de la fe del pueblo de Dios, había algunos que se consideraban como los intérpretes auténticos de esa fe. Se añadieron pues otros libros, ya sea a la colección hebrea, ya sea a la biblia griega de los Setenta: no había pues un tabique divisorio entre las dos, por el hecho de que hasta en Palestina se usaba la de los Setenta. Pero esa situación no podía perdurar por siempre: era necesario que algún día las autoridades tomaran una posición y fijaran un solo canon de los libros sagrados. Era necesario además que decidieran si el libro estaba terminado o si permanecía abierto a nuevos escritos. La venida de Jesús y la constitución de la Iglesia iban a precipitar esa nueva etapa. Esdras EL CANÓN JUDÍO FIJADO EN JAMNIA Después de la ruina de Jerusalén y de la destrucción del Templo que marcaron el fin de la rebelión y la guerra judía contra los ejércitos romanos, los fariseos, la única fuerza viva sobreviviente entre los partidos o "sectas" que habían dividido a la comunidad judía, hicieron lo que más pudieron para restaurar las instituciones religiosas. Fue en la Escuela sinagogal de Jamnia, en los años 80 a 100 de nuestra era, donde se estableció una lista de los libros considerados como necesarios y cuyo carácter sagrado exigía que uno se purificara después de haberlos tocado. El primer criterio para elegirlos fue la aceptación general de esos libros y su uso en la liturgia. Se conservó la versión hebráica de Ester a la que los esenios de Qumrán rechazaban por su falta de espíritu religioso, se aceptó a Daniel y a las Crónicas y se rechazó la totalidad de los libros que sólo figuraban en la Biblia griega, aun cuando varios de ellos no eran más que traducciones de un original hebreo (como 1 Macabeos, Sirac, Judit). Ese Canon no fue propuesto en forma de ley, pero se impuso, y desde ese momento se estimó que el libro estaba terminado. Bajo el nombre de la Ley, los Profetas y los Escritos, o sea: Torah, Nebiim y Ketubim (abreviado TaNak), la Biblia hebrea alcanzó su forma definitiva. Esdras EL CANÓN DE LA IGLESIA La Iglesia no estaba todavía preparada para una tal determinación; se contentaba con utilizar la Biblia griega sin discutir el valor de sus libros. Su atención se fue concentrando en el uso de los escritos nuevos que comenzaban a multiplicarse mientras la Iglesia se iba extendiendo a nuevos países y también iban desapareciendo uno trás otro los apóstoles de Jesús que habían sido los testigos oficiales y la autoridad suprema de la fe. Las tradiciones orales que contenían hechos y gestos de Jesús se agregaban a un cierto número de cartas enviadas por los apóstoles o que habían sido escritas bajo su nombre. Eran frecuentes las relaciones entre los diversos países ribereños del Mediterráneo y pusieron en común su riqueza. Roma tenía el evangelio de Marcos, las grandes cartas de Pablo, los Hechos. Siria, probablemente, entregó Mateo y la carta de Santiago. Asia Menor y las ciudades griegas aportaron su contribución. Una frase de la segunda carta de Pedro, escrita hacia el año 125, nos muestra que ya por esa época las cartas de Pablo eran consideradas como textos inspirados, "igual como las otras Escrituras", sin duda los libros del Antiguo Testamento (2P 3,16). No todo fue recibido con la misma consideración. A lo largo del segundo siglo de nuestra era se descartaron Evangelios o Hechos, de hecho más tardíos que los nuestros, que parecían apartarse de la fe apostólica o revelar fantasía. Tal o cual de ellos, como el Evangelio de Tomás, pudo sin embargo haber conservado palabras auténticas de Jesús que no nos llegaron de otra manera. Igual que para el canon judío, el criterio principal parece haber sido la aceptación general del texto y su uso litúrgico; pero también querían que ese escrito proviniera de un apóstol o de su entorno directo. Eso explica que las Epístolas llamadas Católicas, escritas en su mayor parte en las dos generaciones siguientes, se presentaran como cartas de Pedro, de Judas, de Santiago. Aun cuando haya que esperar hasta fines del siglo cuarto para encontrar concilios y documentos que autorizan la lista de los libros del Nuevo Testamento tal como la tenemos hoy en día, desde fines del siglo segundo se había ya llegado prácticamente a un acuerdo sobre el conjunto. No quedaban más que dos libros en discusión, y por razones parecidas: los orientales no aceptaban la carta a los Hebros porque veían con claridad que no era de Pablo, y los romanos no querían reconocer al Apocalipsis, ya que estaban convencidos de que no era del apóstol Juan. LOS DEUTEROCANÓNICOS Al mismo tiempo que se fijaba el Canon del Nuevo Testamento, se preocupaban de las Escrituras heredadas de Israel que habían pasado a constituir el Antiguo Testamento. Volvieron a aparecer con argumentos parecidos las mismas discusiones que habían enfrentado, entre los judíos, a los partidarios de la lista larga de los Setenta y a los de la lista corta de la Biblia hebrea. El Oriente en su conjunto se inclinaba por la lista corta; el Occidente, por la lista larga, con Agustín a la cabeza. Si esta última conquistó poco a poco la adhesión de la cristiandad fue merced a San Jerónimo, y el hecho es tanto más notable cuanto que él mismo, influenciado por su ambiente judío en Palestina, se oponía firmemente a ella. Jerónimo había llevado a cabo la traducción latina de la Biblia desde el texto hebreo, siguiendo una sugerencia de Orígenes que quería que la Iglesia buscara la Escritura en su texto original en vez de leerla y de traducirla desde los Setenta como se hacía desde el tiempo de los apóstoles. Apreciaba tan poco los libros griegos que había traducido con gran velocidad, en una sola noche (y sin computadora) todo el libro de Tobías. Eso, sin embargo, no le había impedido poner esos libros en su traducción, la Vulgata latina. No faltaban empero, entre los que leían la Vulgata, versión oficial y casi única de la Iglesia, los que cuestionaran los libros que allí se encontraban. El libro de Sirac, llamado el Eclesiástico, "el libro de la congregación", gozaba de un gran prestigio, y era muy común buscar en el segundo libro de los Macabeos y en el libro de la Sabiduría las primeras profesiones de fe en la resurrección. Por eso cuando se sometió a los Padres del Concilio de Trento, en el siglo 16, un decreto que formulara el Canon con toda la autoridad de la Iglesia y de una manera irreversible, la mayoría se remitió a la práctica general del pueblo cristiano educado por la Vulgata de San Jerónimo y aprobó la lista griega casi completa. No hizo ninguna distinción entre los libros de la Biblia hebrea y los que sólo figuraban en la Biblia griega, a los que desde hacía largo tiempo se los denominaba Deuterocanónicos, es decir, libros de la segunda lista. Esdras LOS ESCRÚPULOS PROTESTANTES Entre los que tenían un poco de cultura histórica y bíblica, y a menudo mucho más que un poco, eran numerosos los que hubieran querido excluir a los Deuterocanónicos. En la Iglesia Católica el decreto infalible del Concilio de Trento puso fin a las discusiones. Pero no pasó lo mismo en las iglesias nacidas de la Reforma. Durante un buen tiempo sus biblias incluyeron a los Deuterocanónicos, pero en una sección aparte, precisando que su lectura era útil pero que uno no se podía apoyar en ellos para una discusión. Luego dejaron de imprimirlos. Hace algunas decenas de años han comenzado de nuevo a incluirlos, pero en una sección especial. Sólo resta alegrarse de la caída de una construcción teológica arbitraria que fue aceptada durante 4 siglos, la cual ponía entre los tiempos del Antiguo Testamento hebreo -durante los cuales Dios no podía hablar más que en hebreo, y los del Nuevo Testamento en que hablaba griego, un período de tres siglos llamado Intertestamentario, del cual estaban excluidos a priori la inspiración divina y el progreso de la fe.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VII.

1 Ezra goeth vp to Ierusalem. 11 The gracious commission of Artaxerxes to Ezra. 27 Ezra blesseth God for his fauour.

[The kings letter.]

1 Now after these things, in the reigne of Artaxerxes king of Persia, Ezra the son of Seraiah, the sonne of Azariah, the sonne of Hilkiah,
2 The sonne of Shallum, the sonne of Zadok, the sonne of Ahitub,
3 The sonne of Amariah, the sonne of Azariah, the sonne of Meraioth,
4 The sonne of Zeraiah, the sonne of Uzzi, the sonne of Bukki,
5 The sonne of Abishua, the sonne of Phinehas, the sonne of Eleazar, the sonne of Aaron the chiefe Priest:
6 This Ezra went vp from Babylon, and hee was a ready Scribe in the law of Moses, which the Lord God of Israel had giuen: and the king granted him all his request, according to the hand of the Lord his God vpon him.
7 And there went vp some of the children of Israel, and of the Priests, and the Leuites, and the Singers, and the Porters, and the Nethinims, vnto Ierusalem, in the seuenth yeere of Artaxerxes the king.
8 And he came to Ierusalem in the fifth moneth, which was in the seuenth yeere of the king.
9 For vpon the first day of the first moneth, [ He was the foundation of the going vp.] began he to go vp fro Babylon, and on the first day of the fifth moneth, came he to Ierusalem, according to the good hand of his God vpon him.
10 For Ezra had prepared his heart to seeke the Law of the Lord, and to doe it, and to teach in Israel, Statutes and Iudgements.
11 Now this is the copy of the letter that the king Artaxerxes gaue vnto Ezra the Priest, the Scribe, euen a Scribe of the words of the commandements of the Lord, and of his Statutes to Israel.
12 Artaxerxes king of kings, [ Or, to Ezra the Priest a perfit Scribe of the Lawe of the God of heauen, Peace, etc.] Unto Ezra the Priest, a Scribe of the Law of the God of heauen, Perfect peace, and at such a time.
13 I make a decree, that all they of the people of Israel, and of his Priests, and Leuites in my Realme, which are minded of their owne free-will to goe vp to Ierusalem, goe with thee.
14 Forasmuch as thou art sent [ Chaldean: from before the King.] of the king, and of his [ Est_1:14 .] seuen counsellers, to enquire concerning Iudah and Ierusalem, according to the Lawe of thy God, which is in thine hand;

[The commission giuen to Ezra.]

15 And to cary the siluer and gold, which the king and his counsellers haue freely offered vnto the God of Israel, whose habitation is in Ierusalem.
16 [ Ezr_8:25 .] And all the siluer and gold, that thou canst find in all the prouince of Babylon, with the free-will offering of the people, and of the priests, offering willingly for the house of their God, which is in Ierusalem:
17 That thou maiest buy speedily with this money, bullockes, rammes, lambes, with their meate offerings, and their drinke offerings, and offer them vpon the altar of the house of your God, which is in Ierusalem.
18 And whatsoeuer shall seeme good to thee, and to thy brethren, to doe with the rest of the siluer and gold; that doe, after the will of your God.
19 The vessels also that are giuen thee, for the seruice of the house of thy God, those deliuer thou before the God of Ierusalem.
20 And whatsoeuer more shall be needfull for the house of thy God, which thou shalt haue occasion to bestowe; bestowe it out of the kings treasure house.
21 And I, euen I Artaxerxes the king, doe make a decree to all the treasurers which are beyond the riuer, that whatsoeuer Ezra the priest, the scribe of the law of the God of heauen, shall require of you, it be done speedily,
22 Unto an hundred talents of siluer, and to an hundred [ Chald: Cores.] measures of wheate, and to an hundred bathes of wine, and to an hundred bathes of oyle, and salt, without prescribing how much.
23 [ Hebrew: what soeuer is of the decree.] Whatsoeuer is commanded by the God of heauen, let it be diligently done, for the house of the God of heauen: for why should there be wrath against the realme of the king and his sonnes?
24 Also we certifie you, that touching any of the priests, and Leuites, singers, porters, Nethinims, or ministers of this house of God, it shall not be lawfull to impose tolle, tribute, or custome vpon them.
25 And thou, Ezra, after the wisdome of thy God, that is in thine hand, set magistrates and iudges, which may iudge all the people, that are beyond the riuer, all such as know the lawes of thy God, and teach yee them that knowe them not.
26 And whosoeuer will not doe the

[The commission giuen to Ezra.]

law of thy God, and the law of the king, let iudgement be executed speedily vpon him, whether it be vnto death, or to [ Chald. to rooting out.] banishment, or to confiscation of goods, or to imprisonment.
27 Blessed be the Lord God of our fathers, which hath put such a thing as this, in the kings heart, to beautifie the house of the Lord which is in Ierusalem:
28 And hath extended mercy vnto me, before the king and his counsellers, and before all the kings mighty princes, and I was strengthned as the hand of the Lord my God was vpon me, and I gathered together out of Israel, chiefe men to goe vp with me.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Introducción a Esdras

Se presenta a Esdras como sacerdote y escriba. Su genealogía (1-5) muestra que era miembro de la familia sacerdotal, un descendiente de Seraías, el penúltimo sumo sacerdote de Judá antes del exilio (1 Crón. 6:14). En el período subsecuente al exilio, sin embargo, el papel de maestro de los sacerdotes pasó más y más a manos de los escribas, de los cuales se presenta a Esdras como uno de los mejo res ejemplos (vv. 6 y 10). Esto era inevitable una vez que las Escrituras estaban completas y se convirtieron en la autoridad religiosa principal. Entonces, Esdras ocupa un lugar de honor en el momento de transición en la manera en que la ley de Dios se interpreta a su pueblo; y se nos prepara para la parte importante que la interpretación de los textos bíblicos aceptados desarrollarán en su narrativa.

Su viaje a Jerusalén se resume en los vv. 6-9; más detalles se dan en el cap. 8. El primer día del mes primero (9) señala la fiesta de la Pascua (cf. Exo. 12:2), y esto está de acuerdo con la interpretación posterior que considera a Esdras el segundo Moisés. La Escritura como está atrae a personalidades y eventos al diseño de la historia salvado ra conocida, que nos lleva a comprender más profundamente la soberanía de Dios sobre los asuntos de su pueblo, y ayuda a los lectores posteriores a reconocer semejantes diseños en sus propias experiencias, no importa cuán insignificantes parezcan. Es así que muchos personajes del AT todavía sirven como ejemplos hoy en día (ver 1 Cor. 10:6, 11).

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Esdras llega a Jerusalén. Con Esdras surge una nueva clase intelectual y religiosa en la historia de los judíos: el letrado o experto en la Ley. La función pudo muy bien nacer y desarrollarse en el destierro, cuando faltaba el culto. Un siglo más tarde, al acabarse prácticamente la clase profética, el experto de la Ley vería crecer su autoridad.
La Ley era ante todo un cuerpo de prescripciones, pero también por extensión, un cuerpo literario, que los letrados ayudaron a seleccionar, fijar, conservar y transmitir. De aquí pudo surgir la leyenda que hizo a Esdras el creador del primer canon de las Escrituras hebreas. En 7,10 tenemos descrita la vocación del «letrado»; se dedica a estudiar para «practicar y enseñar». La observancia es parte de su profesión, es maestro también con el ejemplo. En Eclo 39 se describe esta profesión como la más ilustre.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— Artajerjes: La identificación de este Artajerjes es objeto de discusión. Si es Artajerjes I Longimano (465-424 a. C.) la llegada de Esdras coincidiría con el 459 a. C. y sería previa a la llegada de Nehemías (445). Si es Artajerjes II (405-359), Nehemías sería anterior a Esdras (ver Introducción, apartado “Secuencia histórica de los acontecimientos”).

— Esdras: El nombre significa “al que Yahvé -el Señor- ayuda”.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



7-8 . Diversos indicios hacen suponer que la actividad de Nehemías, de carácter más bien "político", precedió y preparó el camino a la reforma religiosa de Esdras. En tal caso, el rey aquí mencionado sería Artajerjes II y la llegada de Esdras a Jerusalén habría tenido lugar entre el 398 y 397 a. C.

12-26 . En el texto original, estos versículos están en arameo. Ver nota 4. 8.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 7.8-9 El mes primero: marzo-abril de nuestro calendario.

[2] 7.8-9 El mes quinto: julio-agosto.

[3] 7.12 En el texto arameo se añaden dos palabras de difícil traducción. La primera significa lit. terminado o completo; la segunda, ahora bien. Estas expresiones significan probablemente que la orden del rey ha sido promulgada y es irrevocable.

[4] 7.14 Siete consejeros: cf. Est 1.14.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*5-10 Segunda parte del libro. Los hechos narrados tuvieron lugar durante el gobierno del rey Artajerjes (465-424 a.C.), unos ochenta años después de la declaración de Darío I descrita en el capítulo anterior. Este dato sitúa el ministerio de Esdras entre el momento de la dedicación del templo (515 a.C.) y la llegada de Nehemías (445 a.C.).

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Esd 7:12; Neh 2:1

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

7 Los vv. Esd_7:1-11 son del Cronista, que utiliza el informe de Esdras, ver la Introducción.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

7 Los vv. Esd_7:1-11 son del Cronista, que utiliza el informe de Esdras, ver la Introducción.

Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009)

Artajerjes reinó del 465 al 424 a. C.

O descendiente; ver 1Cr 6:14.

Torres Amat (1825)



[14] Est 1, 10-14.