Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
13. Nuevas Prescripciones.
La Ley de los Primogénitos (1-16).
1
Habló Yahvé a Moisés y le dijo: 2
Conságrame todo primogénito. Todos los primogénitos de los hijos de Israel, tanto de los hombres como de los animales, míos son. 3
Moisés dijo al pueblo: Acordaos siempre del día en que salisteis de Egipto, de la casa de la servidumbre, pues ha sido la poderosa mano de Yahvé la que os ha sacado. No se comerá pan fermentado. 4
Salís hoy en el mes de Abib. 5
Cuando te introduzca Yahvé en la tierra de los cananeos, de los jéteos, de los amorreos, de los jeveos y de los jebuseos, que a tus padres juró darte, tierra que mana leche y miel, guardarás este rito en este mismo mes. 6
Durante siete días comerás pan ázimo, y el día séptimo será fiesta de Yahvé. 7
Se comerá pan ázimo durante siete días, y no se verá pan fermentado ni levadura en todo el territorio. 8
Dirás entonces a tus hijos: Esto es en memoria de lo que por mí hizo Yahvé al salir de Egipto. 9
Esto será para ti como una señal en tu mano, como un recuerdo a tus ojos, para que tengas en tu boca la ley de Yahvé, porque con su poderosa mano te ha sacado Yahvé de Egipto. 10
Observarás esto al tiempo fijado, de año en año. 11
Cuando te haya introducido Yahvé en la tierra de los cananeos, como lo juró a tus padres, y te la haya dado, 12
consagrarás a Yahvé todo cuanto abre la vulva; y de todo primer parto de los animales que tengas, el macho lo consagrarás a Yahvé; 13
el del asno lo redimirás por un cordero, y si no lo redimes, lo desnucarás. También redimirás a todo primogénito humano de entre tus hijos. 14
Y cuando tu hijo te pregunte mañana: ¿Qué significa esto?, le dirás: Con su poderosa mano nos sacó Yahvé de Egipto, de la casa de la servidumbre. 15
Como el faraón se obstinaba en no dejarnos salir, Yahvé mató a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los primogénitos de los hombres hasta los primogénitos de los animales; por eso yo sacrifico a Yahvé todo primogénito de los animales y redimo todo primogénito de mis hijos.16
Esto será como una señal en tu mano, como un recuerdo a tus ojos, porque fue con su poderosa mano como nos sacó Yahvé de Egipto.
Dos puntos abarca la presente perícopa: la ley sobre los primogénitos (1-2 y 11-16) y la de la Pascua (3-10).
La muerte de los primogénitos, hombres y animales, la postrera plaga con que Yahvé arrancó al faraón la libertad de su pueblo, nos trae una nueva ley, la consagración de los primogénitos a Yahvé. Sin duda que era esta ley más antigua que el éxodo, pero aquí se le da este significado nuevo histórico, a la manera que en
Gen_9:12s se pone el arco iris como señal de la alianza de Dios con Noé y con todo el género humano. La consagración a Dios de cuanto abre el seno de las madres es un reconocimiento de que la procreación de la vida, que multiplica las familias y su riqueza, es un don de Dios. Sobre lo mismo se vuelve a hablar en la legislación mosaica1
. Y también aquí tenemos una repetición del precepto entre los v.12 y 11-16. Una vez más
se repite la ley de la Pascua y el modo de celebrarla en memoria de la libertad de Egipto: Observarán esto al tiempo prefijado, de año en año (v.10). Y se insiste en el sentido histórico de la solemnidad, que se ha de celebrar perpetuamente. Esta repetición de la misma ley indica bien claro la forma compleja de la composición literaria del éxodo. Los críticos ven aquí la mano del
deuteronomista. Los israelitas deben llevar siempre el recuerdo de los días memorables del éxodo: será como una
señal en tu mano, como un recuerdo en tus ojos... (v.9). Probablemente el hagiógrafo, al urgir de este modo plástico la necesidad de conservar el recuerdo de los días gloriosos del éxodo, pensaba en la costumbre de los tatuajes en las manos y en la cara que los israelitas habían visto en los egipcios, los cuales pintaban la imagen de su dios preferido en sus miembros más manifiestos para declarar su pertenencia a él2. Naturalmente, la recomendación del autor sagrado es simbólica y no quiere imponerla materialmente. En la época tardía del judaismo se puso de moda llevar este texto, juntamente con el de
Deu_6:4-9 y 11:13-21, ligado a las manos y a la frente3.
Algunos autores han querido ver en la consagración de los primogénitos una sustitución de la bárbara costumbre extendida en Canaán de sacrificar a los hijos. En realidad, en el contexto no hay alusión alguna a esta práctica, que es siempre condenada con horror por los autores sagrados. La ofrenda de los primogénitos tiene un carácter de reconocimiento de los dones de Dios, que arranca ya de la época prepatriarcal4, y ahora se le da un nuevo sentido de recuerdo de la liberación de Egipto, sin duda en acción de gracias por haber sido perdonados los primogénitos de los hebreos al pasar el ángel exterminador que mató a los egipcios.
Como al rito de la Pascua sin duda celebrada antes de Moisés como fiesta de primicias entre los nómadas se le da un nuevo sentido de
paso de Yahvé junto a las casas de los israelitas, así a la antigua costumbre de ofrecer los primogénitos de los animales se le da ahora, además del sentido de entrega y de reconocimiento de la propiedad de Dios sobre todos los animales, un sentido de
memorial por la libertad de la opresión egipcia y la preservación de los primogénitos.
En el caso de que el primogénito fuera un asno (v.16), como animal impuro5, será reemplazado por un cordero; de lo contrario, se le matará rompiéndole la nuca, pero no sangrándole, para que no haya ningún parecido con la idea de
sacrificio o inmolación, que son ofrenda de sangre.
No se especifica aquí cómo se hará el rescate del primogénito de los hombres (v.16), pero en la legislación posterior se concretará6.
El Paso del Mar Rojo (13:17-14:31).
17
Cuando el faraón dejó salir al pueblo, no le condujo Yahvé por el camino de la tierra de los filisteos, aunque más corto, pues se dijo: No se arrepienta el pueblo si se ve atacado, y se vuelva a Egipto. 18
Hízole Yahvé rodear por el camino del desierto, hacia el mar Rojo. Los hijos de Israel subían en buen orden desde Egipto. 19
Moisés había recogido los huesos de José, pues había hecho jurar José a los hijos de Israel que, cuando Yahvé los visitara, se llevarían consigo sus huesos lejos de allí. 20
Partieron de Sucot, acamparon en Etam, al extremo del desierto. 21
Iba Yahvé delante de ellos, de día, en columna de nube, y de noche en columna de fuego, para alumbrarlos y que pudiesen así marchar lo mismo de día que de noche. 22
La columna de nube no se apartaba del pueblo de día, ni de noche la de fuego.
1
Exo_22:293;
Exo_34:19s;
Lev_27:265;
Num_3:13;
Num_8:16s;
Deu_15:195. 2 Cf.
Eze_9:4-6. 3 Cf.
Mat_23:5 : los judíos llevaban las filacterias con pie también la
Mishna, trat.
Bekhorot (primogénitos) V 4. 4 Cf.
Gen_4:4. 5 Cf.
Lev_11:3. 6 Cf.
Num_18:15-17.plegarias de la Ley o
tefiUim. Véase