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III. La Alianza en el Sinaí

1.LA ALIANZA Y EL DECÁLOGO
Llegada al Sinaí.
Al tercer mes de la salida del país de Egipto, ese mismo día, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí. (Exodo  19, 1) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

בַּ‎(בְּ)

Hebrew|ba|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

‎(הַ)

Hebrew||the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

חֹ֨דֶשׁ֙‎(חֹדֶשׁ)

Hebrew|ḥˈōḏeš|month

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2320] [h.aw.ac] [613b]
[חדש] [GES2261] [BDB2522] [HAL2522]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

שְּׁלִישִׁ֔י‎(שְׁלִישִׁי)

Hebrew|ššᵊlîšˈî|third

Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7992] [v.du.ad] [2403b]
[שלישי] [GES7952] [BDB8746] [HAL8680]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

צֵ֥את‎(יָצָא)

Hebrew|ṣˌēṯ|go out

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: unknown
Person: unknown
State: construct
Verbal tense: infinitive (construct)
Verbal stem: qal


[H3318] [j.cq.aa] [893]
[יצא] [GES3211] [BDB3584] [HAL3549]

בְּנֵי‎(בֵּן)

Hebrew|bᵊnê-|son

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1121] [b.ca.aa] [254]
[בן] [GES1052] [BDB1189] [HAL1201]

יִשְׂרָאֵ֖ל‎(יִשְׂרָאֵל)

Hebrew|yiśrāʔˌēl|Israel

Part-of-speech: proper noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3478] [u.ce.ab] [2287a]
[ישראל] [GES3364] [BDB3753] [HAL3730]

מֵ‎(מִן)

Hebrew|mē|from

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4480] [m.cl.aa] [1212]
[מן] [GES4398] [BDB4898] [HAL4822]

אֶ֣רֶץ‎(אֶרֶץ)

Hebrew|ʔˈereṣ|earth

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H776] [a.fx.aa] [167]
[ארץ] [GES751] [BDB802] [HAL824]

מִצְרָ֑יִם‎(מִצְרַיִם)

Hebrew|miṣrˈāyim|Egypt

Part-of-speech: proper noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4714] [m.df.ab] [1235]
[מצרים] [GES4629] [BDB5169] [HAL5069]

בַּ‎(בְּ)

Hebrew|ba|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

‎(הַ)

Hebrew||the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

יֹּ֣ום‎(יֹום)

Hebrew|yyˈôm|day

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3117] [j.ay.aa] [852]
[יום] [GES3012] [BDB3361] [HAL3338]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

זֶּ֔ה‎(זֶה)

Hebrew|zzˈeh|this

Part-of-speech: demonstrative pronoun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2088] [g.ah.aa] [528]
[זה] [GES2033] [BDB2271] [HAL2289]

בָּ֖אוּ‎(בֹּוא)

Hebrew|bˌāʔû|come

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H935] [b.ap.aa] [212]
[בוא] [GES919] [BDB997] [HAL1011]

מִדְבַּ֥ר‎(מִדְבָּר)

Hebrew|miḏbˌar|desert

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4057] [d.ai.ap] [399l]
[מדבר] [GES3994] [BDB4443] [HAL4394]

סִינָֽי‎(סִינַי)

Hebrew|sînˈāy|Sinai

Part-of-speech: proper noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5514] [o.az.am] [1488]
[סיני] [GES5445] [BDB6043] [HAL5955]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



19. La Teofania del Sinaí.
1El día primero del tercer mes, después de la salida de Egipto, llegaron los hijos de Israel al desierto del Sinaí, 2Partieron de Rafidim, y, llegados al desierto del Sinaí, acamparon en el desierto. Israel acampó frente a la montaña. 3Subió Moisés a Dios, y Yahvé le llamó desde lo alto de la montaña, diciendo: Habla así a la casa de Jacob, di esto a los hijos de Israel: 4Vosotros habéis visto lo que yo he hecho a Egipto y cómo os he llevado sobre las alas de águila y os he traído a mí. 5Ahora, si oís mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad entre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra, 6pero vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Tales son las palabras que has de decir a los hijos de Israel. 7Moisés vino y llamó a los ancianos de Israel y les expuso todas estas palabras, como Yahvé se lo había mandado. 8El pueblo todo entero respondió: Nosotros haremos todo cuanto ha dicho Yahvé. Moisés fue a transmitir a Yahvé las palabras del pueblo, 9y Yahvé dijo a Moisés: Yo vendré a ti en densa nube, para que vea el pueblo que yo hablo contigo y tenga siempre fe en mí. 10Yahvé le dijo: Ve al pueblo y santifícalos hoy y mañana. Que laven sus vestidos, 11y estén prestos para el día tercero, porque al tercer día bajará Yahvé, a la vista de todo el pueblo, sobre la montaña del Sinaí. 12Tú marcarás al pueblo un límite en torno, diciendo: Guardaos de subir vosotros a la montaña y de tocar el límite, porque quien tocare la montaña morirá. 13Nadie pondrá la mano sobre él, sino que será lapidado o asaeteado. Hombre o bestia, no ha de quedar con vida. Cuando las voces, la trompeta y la nube hayan desaparecido de la montaña, podrán subir a ella. 14Bajó de la montaña Moisés a donde estaba el pueblo, y le santificó, y ellos lavaron sus vestidos. 15Después dijo al pueblo: Aprestaos durante tres días, y nadie toque mujer. 16Al tercer día por la mañana hubo truenos y relámpagos, y una densa, nube sobre la montaña, y un fuerte sonido de trompetas, y el pueblo temblaba en el campamento. 17Moisés hizo salir de él al pueblo para ir al encuentro de Dios, y se quedaron al pie de la montaña. 18Todo el Sinaí humeaba, pues había descendido Yahvé en medio del fuego, y subía el humo, como el humo de un horno, y todo el pueblo temblaba. 19El sonido de la trompeta se hacía cada vez más fuerte. Moisés hablaba, y Yahvé le respondía mediante el trueno. 20Descendió Yahvé sobre la montaña del Sinaí, sobre la cumbre de la montaña, y llamó a Moisés a la cumbre, y Moisés subió a ella. 21Y Yahvé dijo a Moisés: Baja y prohíbe terminantemente al pueblo que traspase el término marcado para acercarse a Yahvé y ver, no vayan a perecer muchos de ellos. 22Que aun los sacerdotes, que son los que se acercan a Yahvé, se santifiquen, no los hiera Yahvé. 23Moisés dijo a Yahvé: El pueblo no podrá subir a la montaña del Sinaí, pues lo has prohibido terminantemente, diciendo que señalara un límite en torno a la montaña y la santificara. 24Yahvé le respondió: Ve, baja y sube luego con Aarón, pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los términos para acercarse a Yahvé, no los hiera. 25Moisés bajó y se lo dijo al pueblo.

Cuando Dios se apareció por primera vez a Moisés en el Sinaí, le dijo que, una vez sacado el pueblo de Egipto, le sacrificaría en aquel lugar1. Israel llegó, pues, al Sinaí, y Dios llamó a Moisés a lo alto de la montaña, ante la cual estaba el pueblo acampado. Era sentencia común en el A.T. que no puede el hombre ver a Dios sin quedar herido de muerte por la grandeza de su majestad. Imagen de esto la tenemos en la reina Ester, que se desmayó ante la majestad real de Artajerjes, a quien quería hablar sin ser llamada2. La familiaridad de Dios con su profeta, Moisés, era para el pueblo que esto veía un argumento de su alta dignidad, Las palabras que le dice son muy de notar, pues nos dan a conocer la dignidad de Israel y sus altos destinos. Dios le sacó de Egipto con tantos prodigios, y El mismo le ha traído hasta aquel sitio, en que parece tener su morada ahora, como el águila lleva a sus polluelos sobre sus alas. Señales éstas de gran predilección. Siendo Dios Señor de todos los pueblos de la tierra, ha escogido entre todos a Israel como a su peculiar heredad y le ha amado como a su hijo primogénito, confiriéndole la dignidad sacerdotal, propia del primogénito, y haciéndole una nación santa, como consagrada especialmente a su culto. Ya veremos más adelante que dentro de Israel habrá una casta de sacerdotes de la tribu de Leví. Aquí, pues, la frase un reino de sacerdotes o sacerdotal (v.6) tiene un sentido metafórico. Como el sacerdote propiamente tal debe estar más cerca de Dios en los actos de culto, y, como representante de Dios, es el intermediario entre el mismo Dios y el pueblo, así Israel, como primogénito entre todos los pueblos, es el sacerdote-intermedio entre Dios y la misma humanidad. La elección de Israel tiene unos designios amplísimos en los planes de Dios. Como pueblo, ha sido destinado a preparar la plena manifestación mesiánica, y a la luz del í. Ô. vemos todo el alcance de la elección de Israel. Su destino histórico ha sido en los planes de Dios preparar la venida del Mesías, siendo el vehículo de la transmisión de las promesas salvadoras de la humanidad. La voluntad salvífica de Dios en la historia ha tomado como instrumento oficial de su realización al pueblo hebreo. Los profetas insistirán en el sentido mesiánico de esta elección de Israel. De este modo, Israel, como colectividad, es un reino de sacerdotes, una casta especial en la humanidad con un destino concreto sobrenatural. San Pedro tomará estas palabras para aplicarlas al pueblo cristiano, que mediante la gracia del Salvador ha recibido la dignidad de adopción y, con el carácter bautismal, una cierta participación del sacerdocio de Cristo, sumo sacerdote. El sacerdotium regale de la epístola de San Pedro 3 ha de entenderse, pues, también en el sentido amplio en que se toma en el éxodo, si bien en un orden superior. El pueblo cristiano es el Israel de Dios, la continuación en los designios divinos de la misión del Israel histórico, pero ya en la fase plena de la era mesiánica. Como Israel era el pueblo elegido entre todos los pueblos, y, como tal, confidente de Dios como los sacerdotes e instrumento de los designios históricos de Dios, así el pueblo cristiano es también la porción selecta de la humanidad, y, por participar de la vida de la gracia de Cristo, se halla en una esfera de consagración a Dios muy superior a todos los pueblos no cristianos. San Pablo se hace eco de esta categoría sacerdotal del pueblo cristiano al decir que podemos ofrecer nuestros cuerpos como una hostia, viva y santa, que va a Dios: éste es nuestro culto racional, ejercido en unión del sacrificio de Cristo4.
Israel será, además, una nación santa (v.6). Lo que caracterizaba a Yahvé a los ojos de los hebreos era, sobre todo, su santidad, atributo que significaba, además de incontaminación, pureza, la idea de trascendencia5. Israel, para acercarse a Yahvé y participar de una mayor vida de intimidad con él, debe también santificarse, purificarse espiritual y moralmente, llevando unas costumbres más puras que los otros pueblos. Como pueblo escogido, tiene que ser santo: Sed santos como yo soy santo, Yahvé, vuestro Dios.6 Yahvé será en la literatura profética el Santo de Israel, el Ser trascendente que, a pesar de su excelencia e incontaminación, tiene relaciones íntimas con el pueblo elegido para que cumpla su misión histórica.
El segundo precepto del Decálogo condenará toda representación de Dios mediante imágenes. Aquí, según la observación de Moisés en el Deuteronomio 7, se le aparece bajo la imagen de una imponente nube, que se despliega sobre la cima de la montaña santa. Los autores sagrados tomarán con gusto esta imagen para representarnos la majestad e inaccesibilidad de Dios. El salmista nos cuenta cómo en su angustia invocó a Yahvé, que le escuchó y vino en su auxilio:

Conmovióse y tembló la tierra,
vacilaron los fundamentos de los montes,
se estremecieron ante el Señor airado;
subía de sus narices el humo de su ira,
y de su boca fuego abrasador,
carbones por El encendidos.
Abajó los cielos y descendió,
negra oscuridad tenía a sus pies.
Subió sobre los querubines y voló,
voló sobre las alas de los vientos.
Puso en derredor suyo por velo tinieblas,
se cubrió con calígine acuosa,
con densas nubes...
Tronó Yahvé desde los cielos,
el Altísimo hizo sonar su voz.
Lanzóles sus saetas y los desbarató,
fulminó sus rayos y los consternó.
8

En esta descripción poética de una tormenta explicada con colores teológicos, el salmista refleja, sin duda, influencias del relato de la teofanía de Yahvé en el Sinaí. Para impresionar a aquellas gentes sencillas era preciso presentar a Yahvé en toda su majestad, como Señor de las fuerzas de la naturaleza. Había desbaratado a los egipcios, y ahora aparecía escoltado por la grandiosidad de los fenómenos naturales. Los antiguos siempre se han impresionado por las tormentas acompañadas de relámpagos y truenos. Zeus, jefe del Olimpo helénico, es el dios que fulmina el rayo. Hoy día sabemos por qué leyes físicas se produce este fenómeno natural, que se reduce a descargas eléctricas; pero para los antiguos era un misterio, y la explicación natural era relacionarlo con la ira del Dios omnipotente. De hecho, esta teofanía grandiosa en la cúspide imponente del macizo rocoso del Sinaí quedó en la literatura religiosa de Israel como la manifestación grandiosa y más solemne de su historia. Yahvé, para solemnizar su alianza, había desplegado todo su poder, como prenuncio de la severidad que iba a manifestar contra los transgresores de su Ley.
Su presencia en aquel lugar lo convierte en sagrado, de modo que nadie puede acercarse a la sagrada cima si no participa en alto grado de la santidad divina. Ya hemos indicado, al explicar el nombre de Yahvé, que la santidad de Dios era concebida por los israelitas como una atmósfera aislante, muy peligrosa para el que se acerque a El no debidamente santificado o purificado. Luego veremos, cuando sea erigido el tabernáculo, que sólo a los sacerdotes se les permite acercarse a El, y a lo más interior del mismo sólo al sumo sacerdote y sólo en el día de la expiación, una vez al año. Con estas prescripciones, Dios quiere inculcar al pueblo el carácter de santidad e inaccesibilidad que le rodea, para que se formen la más alta idea de su Dios. Por eso ordena Yahvé a Moisés establecer una línea de demarcación, que no han de traspasar ni los hombres ni los animales (v.12), mientras dure la grandiosa teofanía. Y aun para presenciarla de lejos, el pueblo habrá de purificarse, lavando sus vestidos y absteniéndose de la vida conyugal (v. 10.15). La pureza exterior debía ser signo de otra pureza moral interior9. El que traspasara los límites señalados de la montaña debía ser lapidado o asaeteado (v.13). La razón de ello parece ser que era el único modo de hacer morir al transgresor sin traspasar el ejecutor del castigo la misma demarcación prohibida. Debían, pues, matarle a distancia, sin traspasar la línea de demarcación señalada antes. Algunos autores ven en este verso una huella de un redactor posterior que quiso concretar el modo de muerte del transgresor conforme a la legislación posterior10.
La descripción de la teofanía es grandiosa (v.16): truenos, relámpagos y nubes espesas acompañan a Yahvé en su manifestación majestuosa. La nube tenía por fin ocultar la gloria esplendente de Yahvé, para que los israelitas no fueran cegados por su fulgor y heridos de muerte a su presencia. Los comentaristas liberales han querido ver en esta teofanía la descripción de un dios de las tormentas que sería adorado antes de Moisés por las tribus del Sinaí. Nada de ello se insinúa en el contexto, y, por otra parte, los datos arqueológicos que conocemos de aquella zona no avalan esta hipótesis gratuita. Más inconsistente aún es suponer que la teofanía del Sinaí es la simple descripción de una erupción volcánica. Ni la montaña es de tipo volcánico, ni los documentos extrabíblicos hablan de una zona volcánica en aquella parte del Sinaí, ni el relato Bíblico sugiere algo parecido a una erupción volcánica. No se habla de cenizas ni de lava ardiendo; el pueblo está al pie de la montaña contemplando el espectáculo maravilloso sin moverse, lo que no es concebible en caso de un desbordamiento del volcán. Los fenómenos relatados por el autor sagrado se limitan a los truenos, relámpagos y humo. Todo ello no tiene otra finalidad que realzar la manifestación majestuosa de Dios, que iba a establecer las bases de la alianza con Israel.
Los v.20-25 parecen ser una nueva descripción de los hechos antes narrados. En el v.19 se dice que Dios habló: respondía mediante el trueno. No se especifica lo que dijo. Probablemente son las palabras Deu_20:1, donde solemnemente se dice que El es el Dios que los sacó de Egipto y, como tal, les impone sus mandamientos: el Decálogo. En el v.21 se formula de nuevo la prohibición de que el pueblo suba a la montaña, lo que ya estaba expreso en el v. 12. En cambio, en el v.22 se dice que los sacerdotes deben prepararse, santificándose ritualmente para que Dios no los hiera. En los v.10 y 14, esta preparación ritual es ordenada a todo el pueblo. Por otra parte, la mención de sacerdotes en el v.22 es totalmente extraña, ya que no se había hablado hasta ahora de la institución sacerdotal ni había sido establecido el sacerdocio levítico. En 24:2, los que ofrecen los sacrificios como conclusión de la alianza no son sacerdotes, sino algunos jóvenes. Además, en los V.2-19 es Moisés solo el que interviene entre Yahvé y el pueblo, mientras que en el v.24 aparece al lado de éste Aarón. Como en otros lugares, encontramos implicadas diversas tradiciones que reflejan distintos puntos de vista11.
En medio de esta imponente manifestación cósmica, Yahvé se reveló solemnemente a su pueblo y habló a Moisés, revelándole su voluntad respecto del pueblo. Es digna de notarse la interpretación que nos ofrece el Deuteronomio por boca del mismo Moisés: Yahvé nos habló cara a cara, sobre la montaña, en medio del fuego. Yo estaba entonces entre Yahvé y vosotros para traeros sus palabras, pues vosotros teníais miedo del fuego y no subisteis a la cumbre de la montaña.l2 ¿De qué manera hablaba Yahvé con su profeta? En Exo_19:19 se dice que era mediante el trueno, el cual en el lenguaje bíblico equivale a la voz de Dios.13 Ya se ve que son estas imágenes materiales acomodadas a la rudeza y mentalidad primana de un pueblo seminómada. Pero Dios tiene infinitos medios de comunicar sus secretos a las almas. Baruc, refiriéndose a esta teofanía, dice que Dios se dejó ver en la tierra y conversó con los hombres.14 San Esteban nos ofrece la interpretación teológica de la teofanía al decir que Moisés estuvo con el ángel, que hablaba con él y con nuestros padres15. Lo mismo dice San Pablo escribiendo a los gálatas: La Ley fue promulgada por los angeles y dada al pueblo por mano de un mediador (Moisés)16. Son interpretaciones teológicas posteriores para salvar la trascendencia divina.

1 Exo_3:12. 2 Est_15:95. 3 1Pe_2:9. 4 Rom_12:1. 5 Cf. P. Van Imschoot, Théologie de l'Ancien Testament (Tournai 1954) p.4?. 6 Lev_11:44; Lev_19:1; Lev_20:26. 7 Deu_4:19. 8 Sal_18:7s. 9 Sobre el rito de lavar los vestidos como símbolo de purificación corporal y espiritual véase Gen_35:2; Lev_11:25; Lev_11:28; Lev_11:40; sobre la abstención de relaciones sexuales, causa de impurezas legales, cf. Lev_15:18; 1Sa_21:5. 10 Así P. Heinisch, Das Buch Exodus p.147. 11 Cf. P. Heinisch, o.c., p.149, y A. Clamer, o.c., p.172. 12 Deu_5:4s. 13 Cf. Sal_18:9; Sal_18:29; Sal_18:97. 14 Bar_3:38. 15 Hec_7:38. 16 Gal_3:19.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XIX.

1 The people come to Sinai. 3 Gods message by Moses vnto the people out of the mount. 8 The peoples answere returned againe. 10 The people are prepared against the third day. 12 The mountaine must not be touched. 16 The fearefull presence of God vpon the Mount.
1 In the third moneth when the children of Israel were gone forth out of the land of Egypt, the same day came they into the wildernesse of Sinai.
2 For they were departed from Rephidim, and were come to the desert of Sinai, and had pitched in the wildernesse, and there Israel camped before the mount.
3 And [ Act_7:38.] Moses went vp vnto God: and the Lord called vnto him out of the mountaine, saying, Thus shalt thou say to the house of Iacob, and tell the children of Israel:
4 [ Deu_29:2.] Ye haue seene what I did vnto the Egyptians, and how I bare you on Eagles wings, and brought you vnto my selfe.

[peoples promise.]

5 Now [ Deu_5:2 .] therfore if ye will obey my voice indeed, and keepe my couenant, then ye shall be a peculiar treasure vnto me aboue all people: for [ Deu_10:14 ; Psa_24:1 .] all the earth is mine.
6 And ye shall be vnto me a [ 1Pe_2:9 ; Rev_1:6 .] kingdome of Priestes, and an holy nation. These are the wordes which thou shalt speake vnto the children of Israel.
7 And Moses came and called for the Elders of the people, and layd before their faces all these wordes which the Lord commanded him.
8 And [ Lev_24:3 ; Lev_24:7 ; Deu_5:27 ; Deu_26:17 .] all the people answered together, and said, All that the Lord hath spoken, we will doe. And Moses returned the wordes of the people vnto the Lord.
9 And the Lord said vnto Moses, Loe, I come vnto thee in a thicke cloud, that the people may heare when I speake with thee, and beleeue thee for euer: And Moses told the wordes of the people vnto the Lord.
10 And the Lord saide vnto Moses, Goe vnto the people, and sanctifie them to day and to morrow, and let them wash their clothes.
11 And be ready against the thirde day: for the third day the Lord will come downe in the sight of all the people, vpon mount Sinai.
12 And thou shalt set bounds vnto the people round about, saying, Take heed to your selues, that ye goe not vp into the mount, or touch the border of it: [ Heb_12:20 .] whosoeuer toucheth the mount, shall be surely put to death.
13 There shall not a hand touch it, but he shall surely be stoned or shot thorow, whether it be beast, or man, it shall not liue: when the [ Or, Cornet ] trumpet soundeth long, they shall come vp to the mount.
14 And Moses went downe from the mount vnto the people, and sanctified the people; and they washed their clothes.
15 And hee said vnto the people, Be ready against the third day: come not at your wiues.
16 And it came to passe on the third day in the morning, that there were thunders and lightnings, and a thicke cloud vpon the mount, and the voyce of the trumpet exceeding lowd, so that all the people that was in the campe, trembled.
17 And Moses brought foorth the people out of the campe to meete with

[The tenne Commandements.]

God, and they stood at the nether part of the mount.
18 And [ Deu_4:12 .] mount Sinai was altogether on a smoke, because the Lord descended vpon it in fire: and the smoke thereof ascended as the smoke of a furnace, and the whole mount quaked greatly.
19 And when the voyce of the trumpet sounded long, and waxed lowder and lowder, Moses spake, and God answered him by a voyce.
20 And the Lord came downe vpon mount Sinai, on the top of the mount: and the Lord called Moses vp to the top of the mount, and Moses went vp.
21 And the Lord said vnto Moses, Goe downe, [ Hebrew: contest.] charge the people, lest they breake thorow vnto the Lord to gaze, and many of them perish.
22 And let the Priestes also which come neere to the Lord, sanctifie themselues, lest the Lord breake foorth vpon them.
23 And Moses said vnto the Lord, The people cannot come vp to mount Sinai: for thou chargedst vs, saying, Set bounds about the mount, and sanctifie it.
24 And the Lord said vnto him, Away, get thee downe, and thou shalt come vp, thou, and Aaron with thee: but let not the Priestes and the people breake through, to come vp vnto the Lord, lest hee breake foorth vpon them.
25 So Moses went downe vnto the people, and spake vnto them.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

19 Esta extensa sección es sobre todo de redacción sacerdotal: Éxo_19:1-2 a; Éxo 24:15b-31:18a; Éxo_34:29 hasta el final del libro. Luego hay que separar 20:22—23:33, el Código de la Alianza, que ha sido relacionado secundariamente con el Sinaí. El resto procede de fuentes antiguas en las que a veces resulta difícil la distinción entre yahvista y elohísta. En su composición final, la alianza mosaica sella la elección del pueblo y las promesas ya hechas en Éxo_6:6-8, así como la alianza con Abrahán, recordada en Éxo_6:5 confirmó las primeras promesas, Gn 17. Pero la alianza con Abrahán se había concluido con un solo individuo (si bien alcanzaba a su descendencia) y no contenía más que una sola prescripción, la circuncisión. La alianza del Sinaí compromete a todo el pueblo, que recibe una Ley: el Decálogo y el Código de la Alianza. Esta Ley con sus ampliaciones posteriores se convertirá en la carta del Judaísmo, y Sir_24:9-27 la identificará con la sabiduría. Pero, al mismo tiempo, es «un testigo contra el pueblo», Deu_31:26, porque su transgresión hace vanas las promesas y acarrea la maldición de Dios. Seguirá siendo una instrucción y un apremio, que preparará las almas para la venida de Cristo, el cual sellará la Nueva Alianza. San Pablo explicará contra los judaizantes este papel temporal de la Ley, Ga 3; Rm 7.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

19 Esta extensa sección es sobre todo de redacción sacerdotal: Éxo_19:1-2 a; Éxo 24:15b-31:18a; Éxo_34:29 hasta el final del libro. Luego hay que separar 20:22—23:33, el Código de la Alianza, que ha sido relacionado secundariamente con el Sinaí. El resto procede de fuentes antiguas en las que a veces resulta difícil la distinción entre yahvista y elohísta. En su composición final, la alianza mosaica sella la elección del pueblo y las promesas ya hechas en Éxo_6:6-8, así como la alianza con Abrahán, recordada en Éxo_6:5 confirmó las primeras promesas, Gn 17. Pero la alianza con Abrahán se había concluido con un solo individuo (si bien alcanzaba a su descendencia) y no contenía más que una sola prescripción, la circuncisión. La alianza del Sinaí compromete a todo el pueblo, que recibe una Ley: el Decálogo y el Código de la Alianza. Esta Ley con sus ampliaciones posteriores se convertirá en la carta del Judaísmo, y Sir_24:9-27 la identificará con la sabiduría. Pero, al mismo tiempo, es «un testigo contra el pueblo», Deu_31:26, porque su transgresión hace vanas las promesas y acarrea la maldición de Dios. Seguirá siendo una instrucción y un apremio, que preparará las almas para la venida de Cristo, el cual sellará la Nueva Alianza. San Pablo explicará contra los judaizantes este papel temporal de la Ley, Ga 3; Rm 7.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Oferta de la Alianza. El hilo narrativo de las experiencias del pueblo en el desierto nos ha ido indicando las etapas de su recorrido. En cada una de ellas se ha puesto de manifiesto la insatisfacción y la rebeldía de los liberados de Egipto -cfr.15,22-24; 16,3 y 17,1-3-.
Es como si llegaran a un destino previamente concebido, el Sinaí, el Monte de Dios. La novedad de este arribo es la oferta definitiva de ser pueblo del único Dios, que a su vez será consagrado como un «reino sacerdotal» (6). La oferta divina abre al conglomerado de esclavos errantes por el desierto la posibilidad de convertirse en pueblo; de hecho, es el Sinaí con toda la tradición bíblica que arrastra el origen fundacional propiamente dicho de Israel como pueblo. Los israelitas tienen que considerar primero con qué clase de Dios se van a comprometer; no se trata de una divinidad común y corriente como tantas otras lugareñas, caprichosas, volubles y asociadas con los poderosos. Israel no debe olvidar que el Dios que gratuitamente se les ofrece para insertarse en su vida y en su camino es el mismo que actuó contra los egipcios -de nuevo Egipto, como símbolo de poder y opresión máxima- (4). Con todo, el pueblo no está obligado a seguir a este Dios, debe elegir «si quieren obedecerme...» (5). El desierto retoma su sentido simbólico de conciencia, de lugar donde el pueblo considera si le conviene o no obedecer a ese Dios de vida, justicia y misericordia, que se ha ido revelando en su caminar. La respuesta del pueblo es: «haremos cuanto dice el Señor» (8).

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)

[o] Es fácil ver que este episodio se parece mucho a lo que leemos 1R 19,10-13. Recordemos que los presentes párrafos proceden según toda probabilidad de los grupos de profetas que rodeaban a Eliseo en el siglo 8 antes de Cristo. El tiempo de Moisés ya era lejano y de él se guardaban más tradiciones que escritos. Es muy probable que la experiencia de Elías estuvo primera. Luego pensaron que Moisés debía de haber tenido una experiencia de Dios bastante parecida. El versículo 1Re 19,9 nos habla de la cueva. Se trata a lo mejor de un lugar sagrado muy antiguo que Moisés tal vez visitó. En Ex 33,6-7, la insistencia sobre la misericordia de Dios que siempre castiga pero mantiene sus promesas parece más propia del lenguaje de los profetas que adaptada a la situación de Moisés con sus hebreos.

Torres Amat (1825)



[1] Num 33, 15.

[3] Hech 7. 38.

[4] Deut 29, 2.

[5] Sal 24 (23), 1.

[6] 1 Pe 2, 9.

[10] Haz que se preparen con la continencia, con la limpieza del cuerpo y de los vestidos. Estas eran las purificaciones usadas entre los hebreos y entre casi todas las naciones para disponerse a alguna acción religiosa, para representar la pureza interior de la conciencia.

[12] Hebr 12, 18.

[13] O un sonido como de trompeta.

[18] Deut 4, 11.

[19] Todos vieron los prodigios que precedieron a la promulgación de la ley y oyeron la voz de Dios que la dictaba.

[23] Conságrale. Las señales con que fue promulgada esta ley indican el espíritu de servidumbre que caracterizaba la ley antigua. El espíritu de amor caracteriza la nueva ley de Jesucristo, escrita no en tablas de piedra, sino en los corazones de los fieles. Rom 8, 15; Hebr 12; Gál 4.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 19.5 Dt 7.6; 14.2; 26.18; Sal 135.4.

[2] 19.6 1 P 2.9; Ap 1.6.

[3] 20.1-17 Los diez mandamientos se llaman, en el original hebreo de Ex 34.28; Dt 4.13 y 10.4, las diez palabras, expresión de la que proviene, a través del griego, el término decálogo. El texto del Decálogo, con algunas variantes, se encuentra dos veces en el AT: aquí y en Dt 5.6-21.

Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009)

En hebreo durante el tercer mes de que los israelitas salieron de Egipto, exactamente el mismo día, es decir, exactamente dos meses lunares después de salir de Egipto. Comparar Núm 33:3.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*19-40 Con la llegada al Sinaí se alcanza una meta importante en la marcha por del desierto. La montaña será el escenario de acontecimientos decisivos para el pueblo de Israel.