Ver contexto
Tomó después el libro de la Alianza y lo leyó ante el pueblo, que respondió: «Obedeceremos y haremos todo cuanto ha dicho Yahvé.» (Exodo  24, 7) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יִּקַּח֙‎(לָקַח)

Hebrew|yyiqqˌaḥ|take

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H3947] [l.bx.aa] [1124]
[לקח] [GES3879] [BDB4316] [HAL4270]

סֵ֣פֶר‎(סֵפֶר)

Hebrew|sˈēfer|letter

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5612] [o.ck.aa] [1540a]
[ספר] [GES5555] [BDB6150] [HAL6066]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

בְּרִ֔ית‎(בְּרִית)

Hebrew|bbᵊrˈîṯ|covenant

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1285] [b.da.ab] [282a]
[ברית] [GES1178] [BDB1355] [HAL1362]

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יִּקְרָ֖א‎(קָרָא)

Hebrew|yyiqrˌā|call

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H7121] [s.cy.aa] [2063]
[קרא] [GES7087] [BDB7790] [HAL7719]

בְּ‎(בְּ)

Hebrew|bᵊ|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

אָזְנֵ֣י‎(אֹזֶן)

Hebrew|ʔoznˈê|ear

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: dual
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H241] [a.cg.ab] [57a]
[אזן] [GES238] [BDB252] [HAL264]

הָ‎(הַ)

Hebrew|hā|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

עָ֑ם‎(עַם)

Hebrew|ʕˈām|people

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5971] [p.di.ab] [1640a]
[עם] [GES5904] [BDB6526] [HAL6449]

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יֹּ֣אמְר֔וּ‎(אָמַר)

Hebrew|yyˈōmᵊrˈû|say

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H559] [a.ea.aa] [118]
[אמר] [GES535] [BDB564] [HAL587]

כֹּ֛ל‎(כֹּל)

Hebrew|kˈōl|whole

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3605] [k.bn.ab] [985a]
[כל] [GES3499] [BDB3904] [HAL3872]

אֲשֶׁר‎(אֲשֶׁר)

Hebrew|ʔᵃšer-|[relative]

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H834] [a.gk.aa] [184]
[אשר] [GES812] [BDB872] [HAL890]

דִּבֶּ֥ר‎(דָּבַר)

Hebrew|dibbˌer|speak

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: pi“el


[H1696] [d.ai.aa] [399]
[דבר] [GES1602] [BDB1811] [HAL1822]

יְהוָ֖ה‎(יהוה)

Hebrew|[yᵊhwˌāh]|YHWH

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3068] [e.az.ae] [484a]
[יהוה] [GES2969] [BDB3312] [HAL3292]

נַעֲשֶׂ֥ה‎(עָשָׂה)

Hebrew|naʕᵃśˌeh|make

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: plural
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H6213] [p.fy.aa] [1708]
[עשה] [GES6129] [BDB6780] [HAL6711]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

נִשְׁמָֽע‎(שָׁמַע)

Hebrew|nišmˈāʕ|hear

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: plural
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H8085] [v.ed.aa] [2412]
[שמע] [GES8045] [BDB8850] [HAL8784]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



24. Conclusión de la Alianza.

La Alianza del Sinaí (1-11)
1Y dijo a Moisés: Sube a Yahvé tú, Aarón, Nadab y Abiú, con setenta de los ancianos de Israel, y adoraréis desde lejos. 2Sólo Moisés se acercará a Yahvé, pero ellos no se acercarán, ni subirá con ellos el pueblo. 3Vino, pues, Moisés y transmitió al pueblo todas las palabras de Yahvé y sus leyes, y el pueblo a una voz respondió: Todo cuanto ha dicho Yahvé lo cumpliremos. 4Escribió Moisés todas las palabras de Yahvé. Levantóse de mañana y alzó al pie de la montaña un altar y doce piedras, por las doce tribus de Israel, 5y mandó a algunos jóvenes, hijos de Israel, y ofrecieron a Yahvé holocaustos; inmolaron toros, víctimas pacíficas a Yahvé. 6Tomó Moisés la mitad de la sangre, poniéndola en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. 7Tomando después el libro de la alianza, se lo leyó al pueblo, que respondió: Todo cuanto dice Yahvé lo cumpliremos y obedeceremos. 8Tomó él la sangre y asperjó al pueblo, diciendo: Esta es la sangre de la alianza que pactó con vosotros conforme a todas estas palabras. 9Subió Moisés con Aarón, Nadab y Abiú y setenta ancianos de Israel, 10y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies había como un pavimento de baldosas de zafiro, brillantes como el mismo cielo, 11No extendió su mano contra los elegidos de Israel; le vieron, comieron y bebieron.

El texto está manifiestamente alterado en el comienzo de este capítulo, pues los v.3-8 son la continuación lógica Deu_23:19, mientras que los v.1-2 lo son de 9-11. Estos parecen una adición al relato primitivo para recalcar que no estaba solo Moisés al recibir los preceptos del código de la alianza, y así se presenta al sumo sacerdote y a sus hijos con los ancianos representantes del pueblo, junto al caudillo Moisés, en el momento más solemne de la historia de Israel: en el acto de la alianza. Pero es sólo Moisés el que se acerca a Yahvé, privilegio recordado muchas vecesl.
Según los v.1-2, sólo Moisés podrá acercarse a Yahvé, aunque Aarón, sus hijos y los setenta ancianos deben escalar la montaña2. El v.3 empalma con 23:19, siendo como la conclusión de las ordenaciones del código de la alianza. Moisés transmitió las palabras y juicios (mispatim: juicios, costumbres, ordenaciones). Las palabras son, pues, el conjunto de disposiciones y declaraciones de Yahvé; no sólo el Decálogo, sino también las aplicaciones que hemos visto en el código de la alianza. Por eso el pueblo concluye solemnemente: Todo cuanto ha dicho Yahvé (lit. todas las palabras de Yahvé) lo cumpliremos (v.3).
A continuación se dice que Moisés puso por escrito las palabras de Yahvé (v.4). Es la segunda anotación de la actividad literaria de Moisés después del relato de la victoria sobre los amalecitas3. En el v.12 se dirá que Dios mismo escribió las leyes y mandamientos en piedra; sin duda, el Decálogo.
Esa aceptación del primer código de leyes (las palabras y juicios de Yahvé) va a ser solemnizada con un sacrificio cruento al estilo de la época patriarcal. Después del diluvio, Dios hizo un pacto con Noé y con todos los vivientes, prometiendo no volver a enviar otro diluvio sobre la tierra4. Más tarde, Dios confirma sus promesas a Abraham mediante una singular ceremonia5, que sólo vemos después mencionada en Jeremías6. Dios ordena al patriarca sacrificar varias víctimas y disponer sus cuerpos descuartizados formando calle, unos frente a otros. Por medio de ellos pasó Dios en forma de fuego, el cual pronuncia las palabras de la promesa. Es un contrato unilateral (la promesa), que es firme y no será anulado por la ley mosaica posterior7. Con ella Dios queda como obligado a bendecir al patriarca. Pero es claro que no debemos entender de modo humano las promesas divinas, de las que dice San Pablo que son sin arrepentimiento, irrevocables8. En el caso del Sinaí se trata de un contrato bilateral, en el cual Dios e Israel se obligan mutuamente: Dios, a cumplir sus promesas, e Israel, a observar las leyes que Moisés le presenta de nuevo. Tales leyes significan las estipulaciones del pacto. Los profetas expresarán el sentido de este pacto con estas palabras: Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.9 Con esto viene a nacer Israel como pueblo de Dios. Para llenar las formalidades del acto, Moisés hace erigir un altar, que viene a representar a Yahvé; ordena luego levantar doce piedras, que representan las doce tribus allí presentes; finalmente, sacrifican las víctimas y recogen la sangre, con la que Moisés mediador del pacto rocía al pueblo, quizá también las piedras, y el resto de la sangre la derrama sobre el altar, quedando con esto sancionado el pacto entre Yahvé e Israel (v.6s). Las piedras erigidas hay que concebirlas como doce estelas (en heb., masebah) verticales, representando cada una a una tribu. Entre los cananeos estas estelas o cipos eran lo esencial de sus santuarios10. Josué, después de pasar el Jordán, erigió también doce piedras, que tenían un aire conmemorativo, un memorial11. Elías erigirá también un altar con doce piedras12. En todos estos casos no se trata sino de representar numéricamente las doce tribus, presentes así simbólicamente junto al altar de Yahvé, y, por tanto, santificadas por el pacto.
Los que ofrecieron las víctimas sacrificiales fueron algunos jóvenes (v.5), sin especificar si eran primogénitos o no. Quizá su juventud e inocencia los hacía más aptos para acercarse al altar13, o quizá Moisés con este acto quiere santificar a las nuevas generaciones, a las que exclusivamente les estará reservada la entrada en la tierra prometida. Ofrecieron holocaustos (v.6). La expresión hebrea indica que realmente sacrificaron las víctimas y no sólo que las prepararon para el sacrificio, como algunos autores han querido insinuar.
La sangre es lo más sagrado para el hombre y pertenece a la divinidad, pues es el vehículo de la vida. Las alianzas familiares y entre las tribus se sellaban con sangre, incluso en algunos casos con sacrificios humanos14, aunque ordinariamente con sangre de animales. Comer la víctima ofrecida en común es establecer relaciones de afinidad y de comunión entre los participantes. Como antes dijimos, las partes contratantes pasaban por medio de las partes de la víctima para recalcar la unión que los iba a soldar. Solían hacerse imprecaciones contra los posibles transgresores del pacto15. En el contrato del Sinaí esta solidaridad se establece por la aspersión de la sangre sobre el altar y el pueblo reunido ante él. Esa sangre debía sellar la unión que había de haber entre Yahvé y su pueblo. Jesucristo en la última cena, parafraseando las palabras de Moisés sobre el pueblo, dijo solemnemente a sus discípulos: Esta es mi sangre de la alianza, que será derramada por muchos.16
Antes de la aspersión con la sangre, Moisés leyó públicamente las estipulaciones del pacto (el libro de la alianza, v.7), llamando la atención sobre la gravedad del compromiso a contraer, y el pueblo, consciente de su responsabilidad, aceptó las estipulaciones: Todo lo que dijo Yahvé lo cumpliremos y obedeceremos (v.7).
Después el hagiógrafo señala cómo los elegidos Moisés, Aarón, sus hijos y los setenta ancianos vieron al Dios de Israel (v.10). No se especifica cómo se apareció Yahvé. Del hecho de que bajo sus pies había como un pavimento de baldosas de zafiro (v.10), parece deducirse que Dios se apareció en figura humana. Sin embargo, en el Deuteronomio, Moisés, para evitar representaran a Yahvé bajo forma humana, dice que en Horeb no vieron ninguna figura sensible17. Parece que más bien vieron un reflejo, un fulgor especial comparable al zafiro en su base, pero sin determinar más. A continuación el autor sagrado declara gráficamente que los que asistieron a este maravilloso espectáculo siguieron con vida, en contra de lo esperado: le vieron, comieron y bebieron (v.11b).
Más de una vez en el curso de la historia renovó Israel este pacto en señal de penitencia y de que se resolvía a reanudar sus buenas relaciones con Yahvé. Los profetas invocan el pacto para echar en cara a Israel las transgresiones del mismo. Jeremías lo declara anulado a causa de estas transgresiones. Así es juzgando las cosas humanamente. Pero si Dios da por anulado su pacto, es para sustituirlo por otro que no estará condicionado por la flaqueza de los hombres, antes se fundará en la misericordia de Dios: Vienen días en que yo haré una alianza nueva con la casa de Israel y la casa de Judá; no como la alianza que hice con sus padres cuando, tomándolos de la mano, los saqué de la tierra de Egipto; ellos quebrantaron mi alianza, y yo los rechacé, palabra de Yahvé. Esta será la alianza que yo haré con la casa de Israel en aquellos días: yo pondré mi ley en ellos y la escribiré en su corazón, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. No tendrán ya que enseñarse unos a otros, ni exhortarse unos a otros, diciendo: Conoced a Yahvé, sino que todos me conocerán, desde los pequeños hasta los grandes, porque yo perdonaré sus maldades y no me acordaré de sus pecados.18 En la Epístola a los Hebreos se recuerdan estas palabras del profeta, a las que añade el Apóstol: Al decir un pacto nuevo, declara envejecido el primero. Ahora bien, lo que envejece y se hace anticuado está a punto de desaparecer.19 Pero este pacto nuevo, tan expresivamente figurado por el antiguo, no desaparecerá, pues se funda en la infinita caridad del Padre, que nos dio a su unigénito Hijo para que todo el que creyere en El alcance la vida eterna.20

Las Tablas de Piedra (12-18).
12Dijo Yahvé a Moisés: Sube a mí al monte y estáte allí. Te daré unas tablas de piedra, y escritas en ellas las leyes y mandamientos que te he dado, para que se las enseñes. 13Cuando iba a subir Moisés a la montaña con Josué, su ministro, 14dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos. Quedan con vosotros Aarón y Jur; si alguna cosa grave hay, llevadla a ellos. 15Subió Moisés ala montaña, y la nube le cubrió. 16La gloria de Yahvé estaba sobre el monte del Sinaí, y la nube le cubrió durante seis días. Al séptimo llamó Yahvé a Moisés de en medio de la nube. 17La gloria de Yahvé parecía a los hijos de Israel como un fuego devorador sobre la cumbre de la montaña. 18Moisés penetró dentro de la nube y subió a la montaña, quedando allí cuarenta días y cuarenta noches.

Para dramatizar más la importancia de la legislación que Yahvé había dado a su pueblo, se obliga a Moisés a aislarse del pueblo para recoger de las manos de Dios las tablas de piedra, y escritas en ellas las leyes y los mandamientos (v.12). No se especifican qué leyes y mandamientos. Los autores comúnmente sostienen que no es el código de la alianza, que puso Moisés antes por escrito21, sino el Decálogo escueto22. Estas diez palabras síntesis de la voluntad divina y base de las nuevas relaciones con su pueblo elegido debían estar impresas en caracteres fijos en un material duro y consistente. Hammurabi escribió su famoso código en un bloque de diorita negra, los romanos escribieron las Doce Tablas en bronce. Y en la misma Biblia se habla de leyes y tratados escritos en piedra o bronce23. No tiene nada de particular que Moisés hubiera querido fijar la base de la teocracia en tablas de piedras Dada la importancia del hecho, sube sólo con Josué, que había dirigido el combate contra los amalecitas24, y que, como caudillo conquistador de Canaán y sucesor de Moisés, debía empaparse del espíritu del gran libertador y profeta primero (v.13). Una vez en la cima, Moisés se aisla, preparándose durante seis días para recibir solemnemente la Ley. El pueblo desde abajo pudo ver la nube símbolo de la presencia de Yahvé que cubría el monte sagrado. El día séptimo, Dios apareció radiante como fuego devorador sobre la cumbre. Siempre Yahvé aparece fulgurante y como nimbado por un halo aislante de fuego, símbolo de su santidad y transcendencia. Moisés permaneció en la cima cuarenta días y cuarenta noches (v.18). La frase es estereotipada para indicar un largo lapso de tiempo25. En Deu_9:9 se dice que durante esos días no comió pan ni bebió agua. Al cabo de esos días recibió las tablas de piedra con los mandamientos de Yahvé26. En toda esta escenificación debemos destacar el interés del hagiógrafo por vincular la legislación dada por Moisés a Dios, del que era simple mandatario; y para impresionar más al pueblo sencillo, se presenta al caudillo hebreo en familiar conversación con su Dios, recibiendo de El directamente la carta magna de la nueva organización social-político-religiosa.

1 Exo_33:195; Num_12:6-8. 2 Yahvé habla en el verso en tercera persona, como en 9:2; 19:11; 21; 22; en cambio, en el í. 1 en primera persona. 3 Exo_17:14. 4 Gén 9:9. 5 Gén 15; 93. 6 Jer_34:183. En los documentos de Nuzu encontramos un rito similar en los contratos: se descuartizaba un asno, y las partes contratantes pasaban por medio de los trozos alineados frente a frente. De estos ritos viene el idiotismo hebreo Cortó (la víctima) de la alianza, para significar hacer una alianza. 7 Gal_3:17. 8 Rom_11:29. 9 Jer_30:23. 10 Cf. H. Vincent, Canaan d'aprés l'exploration récente (1907) p.109-151 ; M. J. lagran-ge, études sur íes religions sémitiques p.2O4. 11 Cf. Jos_4:2-9. 12 1Re_18:31. 13 Así Josué aparece junto a Moisés en el tabernáculo (Exo_33:10, Y Samuel en el santuario de Silo (1Sa_3:1s). 14 Cf. Herodoto, IV 70; A. Médébielle, L'expiation dans ? ? . ? . et le ? . ? . (1924) P-25s. 15 Gén I5:9s; Jer_34:18s. 16 Me 14:24; Mat_26:28; Luc_22:20; 1Co_11:25; Heb_9:11-14. 18 Jer_31:31-34. 19 Heb_8:13 20 Jua_3:16; Rom_8:28s. 21 Exo_24:4-7· 22 Exo_34:28; Deu_4:13; Deu_10:4. 23 Deu_27:2-3; Jos_8:32; 1Ma_8:22; 1Ma_11:37; 1Ma_14:18; 1Ma_14:26; 1Ma_14:48. 24 Exo_17:8-9. 25 Gen_7:4; Gen_7:12; Gen_8:6; Num_13:25; Num_14:34; 1Sa_17:16; 1Re_19:8. 26 Exo_31:18; Deu_9:11.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XXIIII.

1 Moses is called vp into the Mountaine. 3 The people promise obedience. 4 Moses buildeth an Altar, and twelue pillars. 6 Hee sprinkleth the blood of the Couenant. 9 The glory of God appeareth. 14 Aaron and Hur haue the charge of the people. 15 Moses goeth into the Mountaine, where he continueth 40 dayes, and 40 nights.
1 And hee said vnto Moses, Come vp vnto ye Lord, thou, and Aaron, Nadab and Abihu, and seuentie of the Elders of Israel: and worship ye a farre off.
2 And Moses alone shall come neere the Lord: but they shall not come nigh, neither shall the people goe vp with him.
3 And Moses came and told the people all the words of the Lord, and all the iudgements: and all the people answered with one voyce, and said, [ Exo_19:8; Exo_24:3; Exo_24:7; Deu_5:27.] All the words which the Lord hath said, will we doe.
4 And Moses wrote all the words of the Lord, and rose vp early in the morning, and builded an Altar vnder the hill, and twelue pillars, according to the twelue tribes of Israel.
5 And he sent yong men of the children

[The people promise.]

of Israel, which offered burnt offerings, and sacrificed peace offerings of oxen, vnto the Lord.
6 And Moses tooke halfe of the blood, and put it in basons, and halfe of the blood he sprinkled on the Altar.
7 And he tooke the booke of the couenant, and read in the audience of the people: and they saide, [ Verse 3.] All that the Lord hath said, will we doe, and be obedient.
8 And Moses tooke the blood and sprinkled it on the people, and said, Behold [ 1Pe_1:2 ; Heb_9:20 .] the blood of the Couenant which the Lord hath made with you, concerning all these words.
9 Then went vp Moses and Aaron, Nadab and Abihu, and seuenty of the Elders of Israel:
10 And they saw the God of Israel: and there was vnder his feet, as it were a paued worke of a Saphire stone, and as it were the body of heauen in his clearenesse.
11 And vpon the Nobles of the children of Israel he layd not his hand: also they saw God, and did eate and drinke.
12 And the Lord sayd vnto Moses, Come vp to me into the mount, and be there, and I will giue thee Tables of stone, and a Law, and Commandements which I haue written, that thou mayest teach them.
13 And Moses rose vp, and his minister Ioshua: and Moses went vp into the mount of God.
14 And hee saide vnto the Elders, Tary ye here for vs, vntill wee come againe vnto you: and behold, Aaron and Hur are with you: If any man haue any matters to doe, let him come vnto them.
15 And Moses went vp into the Mount, and a cloud couered the Mount.
16 And the glory of the Lord abode vpon mount Sinai, and the cloud couered it sixe dayes: and the seuenth day hee called vnto Moses out of the midst of the cloud.
17 And the sight of the glory of the Lord was like deuouring fire, on the top of the mount, in the eyes of the children of Israel.
18 And Moses went into the midst of the cloud, and gate him vp into the mount: and [ Leviticus 34.28; Deu_9:9 .] Moses was in the mount forty dayes, and forty nights.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Rito de la Alianza. Como ya es común en tantos otros pasajes del Pentateuco, encontramos aquí una doble tradición en un solo relato: por un lado tenemos 1s.9-11, y por otro 3-8; ambas tradiciones cuentan a su modo los términos con los cuales se concluye la Alianza del Sinaí. Para la primera tradición, la Alianza culmina con una cena (9-11): El Señor recibe a los representantes de todo el pueblo y comparte con ellos una comida; se subraya mediante imágenes la absoluta trascendencia de Dios y al mismo tiempo se aclara que aunque los comensales han visto a Dios, Él no extendió su mano contra ellos (11). Los israelitas creían que quien viera el rostro de Dios moriría. La otra tradición (3-8) subraya el compromiso del pueblo, que expresamente dice: «haremos todo lo que manda el Señor y obedeceremos» (3b.7b). La lectura de los términos de la Alianza (7); la erección de un altar y doce piedras (4); el ofrecimiento de sacrificios de comunión (5) que equivale a decir que todo el pueblo participa del rito de la comida y, finalmente, el rito de aspersión con la sangre de los animales sacrificados (8), formaban parte del rito de cualquier alianza. Pero aquí no se trata de una alianza cualquiera, se trata de un pacto en el que el contrayente principal es Dios, lo cual le da un carácter de exclusividad a una figura tan común entre todos los pueblos del antiguo Cercano Oriente. Nunca se había visto que la divinidad desempeñara el papel de contrayente. A las divinidades se les invocaba y se les ponía de testigos, y se esperaba que de ellas provinieran las bendiciones por el cumplimiento o las maldiciones por el incumplimiento de las cláusulas. Aquí, Dios desempeña ambos papeles, es testigo y pactante, lo cual es garantía de que por su parte jamás habrá infidelidad alguna a su compromiso de ser el Dios del pueblo. Por su parte, tanto el rito de los sacrificios como la aspersión con la sangre sellan de manera definitiva el compromiso de unión entre sí y de adhesión total al Señor. La sangre era para los israelitas el símbolo de la vida, vida que ellos se comprometían a mantener y a defender una vez que eran rociados con ella.
Los versículos 12-18 nos van introduciendo en el relato del becerro de oro, pero al mismo tiempo la escuela sacerdotal los adaptó para preparar el ambiente de las prescripciones sobre la construcción del Santuario (25-31) y la subsiguiente ejecución de las órdenes divinas (35-40). Con todo, la intencionalidad de estos versículos es resaltar el gran valor teológico del Sinaí. A la corriente sacerdotal (P) no le interesa demasiado resaltar el valor del Sinaí como lugar de la Alianza, sino como lugar de la máxima manifestación de Dios y, por tanto, de sus exigencias más claras y fundamentales relativas a la santidad del pueblo, cuya vía más inmediata es el culto. De ahí la vinculación que hace esta corriente (P) entre el Santuario de Jerusalén, su sacerdocio y su sistema cultual sacrificial con el evento de la teofanía del Sinaí.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



La ratificación del pacto

Después de descender del monte, Moisés refirió las palabras de Dios al pueblo. Una vez más expresaron su voluntad de hacer todo lo que Dios había mandado (3; cf. 19:8). Luego sigue una breve descripción de la ceremonia por la cual el pacto entre Jehovah e Israel fue ratificado (4-11). Es interesante que las actividades aquí bosquejadas reflejan las tres secciones principales del discurso de Dios a Moisés (20:24-24:2). La edificación de un altar y el ofrecimiento de sacrificios tiene su paralelo con las instrucciones dadas en 20:24-26. Luego Moisés leyó al pueblo el libro del pacto (24:7), que es la mitad del discurso divino (21:1-23:33). Así Moisés les recordó cómo deberían vivir como pueblo santo de Dios, y la naturaleza recíproca del pacto. Después que los israelitas reconocieran nuevamente su voluntad de obedecer a Dios (7), el pacto fue sellado a través del rociamiento de sangre sobre el pueblo (8). Finalmente, la invitación de Dios a Moisés y a los ancianos de subir al monte fue aceptada, y ésta resultó en una extraordinaria visión de la gloria divina (9-11). Sólo aquellos invitados por Dios se podían acercar a su santa presencia; para los otros el hacerlo significaría la muerte (cf. 19:21, 22, 24).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*20:22-24:11 El Código de la alianza recibe su nombre de Éxo 24:7. Comienza y termina con leyes religioso-cultuales (Éxo 21:22-26 y Éxo 23:12-19), entre las que se insertan otras de tipo humanitario y social. Esta disposición da a entender que las relaciones con Dios deben orientar las que se tienen con los demás.

Torres Amat (1825)



[8] Esto representaba el misterio de una mejor alianza, consumada mediante la sangre de Cristo derramada sobre el altar de la cruz. Hebr 9, 20.

[10] Vieron un rayo de la majestad de Dios, quien se les apareció bajo una especie o imagen sensible.

[11] Se creía que ver a Dios provocaba la muerte. Deut 5, 24; Jue 13, 22.

[18] Durante este tiempo ayunó Moisés, sin comer ni beber. Deut 9, 9.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



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Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *2Re 23:1