Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
12. La fuga del rey. Las angustias del asedio.
Los c.12-19 contienen otra serie de profecías relativas a la suerte de Jerusalén. Para dar a entender la suerte que espera a los que han quedado en la Ciudad Santa, el profeta sigue ejecutando acciones simbólicas. En este capítulo 12 encontramos dos de este tipo:
a) una relativa a la huida del rey Sedecías de Jerusalén, capturado después por las tropas babilónicas (v.1-16);
b) otra sobre la angustia de los habitantes de Jerusalén (v. 17-20), y, por fin,
c) una profecía sobre la inminencia de la catástrofe (v.21-28).
La huida del rey (1-16).
1 Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 2 Hijo de hombre, habitas en medio de gente rebelde, que tiene ojos para ver, y no ven; oídos para oír, y no oyen, porque son gente rebelde. 3 Tú, hijo de hombre, dispon tus trebejos de emigración y sal de día a la vista de ellos. Parte a presencia suya del lugar en que estás para otro lugar, a ver si reconocen que son gente rebelde. 4 Saca tus trebejos como trebejos de camino, de día, a sus ojos, y parte por la tarde a presencia de ellos, como parten los desterrados. 5 A sus ojos horada la pared, y sal por ella, 6 llevando a sus ojos tus trebejos, y te los echas al hombro, y sales al oscurecer, cubierto el rostro y sin mirar a la tierra, pues quiero que seas pronóstico para la casa de Israel. 7 Yo hice lo que se me mandaba, y salí de día con mis trebejos, como trebejos de emigración; horadé con mis manos la pared, y los saqué al oscurecer, y me los eché al hombro a presencia suya. 8 Por la mañana me fue dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 9 Hijo de hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, csia casa de rebeldes: Qué es lo que haces? 10 Pues diles: Así habla el Señor, Yahvé: Este oráculo es para el príncipe que está en Jerusalén y para toda la casa de Israel que allí se halla. 11 Diles: Yo soy para vosotros una señal; lo que yo hago, eso harán ellos; irán al destierro, al cautiverio. 12 El príncipe que entre ellos está se echará al hombro su bagaje en la oscuridad y partirá. Se horadará la muralla para que salga y se cubrirá el rostro para no ver la tierra. 13 Yo le tenderé mis redes, y será apresado en mis mallas, y le llevarán a Babilonia, a la tierra de los caldeos, pero no la verá, y allí morirá. 14 Y a cuantos estén a su lado para servirle, a cuantos le acompañen, los esparciré a todos los vientos y desenvainaré en pos de ellos mi espada.15 Y sabrán que yo soy Yahvé cuando los disemine entre las gentes y los derrame sobre la tierra. 16Pero haré que de ellos quede un corto numero arrancados a la espada, el hambre y la pestilencia, para que cuenten todas sus abominaciones entre las gentes a las que llegaren, y sepan que yo soy Yahvé. Contra todas las optimistas ilusiones de los exilados, que pensaban en un pronto retorno y en una derrota del opresor babilónico, Ezequiel les anuncia de parte de Yahvé el desastre más inconcebible para un israelita: la huida y captura de su rey, el ungido de Yahvé. Para dar a entender este hecho, el profeta debe realizar una curiosa acción simbólica: debe recoger sus
trebejos, o bagajes de emigrante; un hatillo de ropa y una escudilla, y salir con ellos de día, para que le vean; después, al oscurecer, debe huir con ellos al hombro por un orificio hecho con sus manos en las paredes de arcilla de su casa. Con ello debía significar la huida vergonzosa del rey Sedecías en 586, tal como se realizó, pues salió furtivamente por el sur de la ciudad, camino del desierto, siendo capturado en Jericó por las tropas caldeas 8.
Angustias de los asediados (17-20).
17 Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 18 Hijo de hombre, come tu pan con temor y bebe tu agua con anhelo y angustia, 19 y di al pueblo de la tierra: Así habla el Señor, Yahvé, de los moradores de Jerusalén y de la tierra de Israel: Comerán su pan con temor, y con espanto beberán su agua, porque su tierra será despojada de todo por la maldad de cuantos la habitan. 20 Y serán asoladas las ciudades que habitan, y sabrán que yo soy Yahvé. El profeta debe comer su alimento con
temor y angustia, mostrándose preocupado y ansioso, de modo que los exilados pudieran darse cuenta del nuevo
sentido misterioso de sus acciones proféticas: sus ansiedades son un símbolo de las que sufrirán los asediados en Jerusalén, privados de lo más elemental para su sustentación.
Cumplimiento de los oráculos del profeta (21-28).
21 Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 22 Hijo de hombre, ¿qué refrán es ese que corre por la tierra de Israel, diciendo: Pasan los días, y no se cumple la visión? 23 Diles, por tanto: Así habla el Señor, Yahvé: Yo haré que desaparezca ese refrán, y no lo repetirán en Israel. 24 Diles, por lo contrario: Ya se acerca el día y se cumplirá la visión. No habrá ya más en adelante visiones engañosas ni adivinaciones lisonjeras en la casa de Israel. 25 Porque yo, Yahvé, digo: Se cumplirá la palabra que pronuncié y no se dilatará. Antes en vuestros días, ¡oh casa de rebeldes! diré mi palabra y la cumpliré. Oráculo del Señor, Yahvé. 26 Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 27 Hijo de hombre, mira cómo dice la casa de Israel: Las visiones que éste ve no son para pronto, profetiza para muy lejanos días. 28 Diles, por tanto: Así habla el Señor, Yahvé: No se dilatará ya más. Se cumplirá toda palabra que yo hable, dice el Señor, Yahvé.
Los oráculos de Ezequiel se oponían a las esperanzas desmesuradas de los ¡exilados, que, instigados por falsos profetas, creían en una próxima derrota de los opresores babilonios, y, en consecuencia, en la liberación. El profeta, machaconamente, con visiones y acciones simbólicas, iba anunciando día tras día nuevas tribulaciones al pueblo. Como las predicciones siniestras todavía no se habían cumplido, a pesar de que pasaba el tiempo, surgió entre los exilados un ambiente de escepticismo y de desprecio para todo lo que anunciara Ezequiel. De ahí el refrán:
pasan los días y no se cumple la visión (v.22). El profeta sale al paso de estas ironías anunciando la inminencia del desastre, con lo que sus predicciones serán trágicamente confirmadas, mientras que las
visiones engañosas y las adivinaciones lisonjeras (v.24) que hacen los falsos profetas en la
casa de Israel, es decir, entre los exilados israelitas, quedarán al descubierto, resultando fallidas, como obra de puros cálculos humanos.
1 Cf.
Jer_21:8ss;
Jer_25:9;
Jer_27:6-16;
Jer_28:14. 2 En
Jer_1:13 la
olla es el símbolo cíe la invasión babilónica. 3 Cf.
2Re_25:63.18-21;
Jer_52:933.24-27. 4 El texto hebreo puede traducirse se han alejado de Yahvé., que hace perfecto sentido, y así es entendido por muchos autores. 5 Cf.
Eze_3:17-21. 6 Cf.
Exo_19:5;
1Sa_26:19. 7 Cf.
Jer_31:333;
Ose_3:5; Arn9:9;
Isa_1:26;
Isa_4:4;
Isa_44:3;
Isa_66:9;
Exo_6:7;
Lev_25:18;
Lev_26:16;
Deu_4:5. 8 Cf.
2Re_25:4-91 Jer_39:4-7;
Jer_52:7-11.